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Por Diego Schurman y Pablo Feldman Pidió la palabra. Tomó aire y lanzó todo de golpe, con una crudeza inusitada que pocas veces sucede delante de Carlos Menem. Hay un problema ético. Usted dijo que no iba a ser candidato y tiene que cumplirlo. Hay un nivel de responsabilidad política. Y la Constitución dice que el ciudadano Carlos Menem no puede ser candidato a presidente. Así como no se le ocurriría por decreto derogar la convertibilidad tampoco puede dejar de lado la Constitución por un fallo judicial. Recién entonces Arturo Lafalla hizo su primera pausa. El gobernador de Mendoza fue tan duro como su par de Santa Fe, Jorge Obeid, y de San Luis, Adolfo Rodríguez Saa. Se trata de los tres mandatarios provinciales que por primera vez le dijeron en la cara a Menem que se opondrán a una nueva reelección. El encuentro tuvo una apertura singular. Eduardo Bauzá, alejado últimamente del centro de maniobras re-reeleccionistas, reapareció sorpresivamente en escena. El senador acercó un pedido de los gobernadores para que en la cena no hubiera otra representación que los miembros del Gabinete. Querían evitar de esta forma discutir bajo la mirada del menemismo más rancio, en alusión a Alberto Pierri y Antonio Cafiero. Al presidente de la Cámara de Diputados se lo menciona como uno de los probables acompañantes de fórmula de Menem y al senador bonaerense que tuvo un aperitivo a solas con Menem como precandidato a gobernador bonaerense.Terminada la intervención de Bauzá, los gobernadores se sentaron a la mesa para degustar alternativamente un plato de ñoquis y pejerrey con papas, bien rociados con vinos Menem, y con la promesa de helado de postre.Menem los recibió atajándose de las versiones, generadas por el propio Gobierno, que aseguraban que el encuentro iba a ser utilizado como plataforma de lanzamiento. Lo que les puede decir es que de ninguna manera me voy a lanzar. Paso seguido se justificó del abrupto cambio de decisión sobre su virtual postulación. Yo los quiero escuchar a ustedes, ya que me autoexcluí en julio del año pasado pero el fallo de Bustos Fierro cambió las cosas. Igual, todavía no tengo una decisión tomada, dijo abriendo la discusión. La apertura estuvo a cargo de José Manuel de la Sota, uno de los responsables del fallo judicial que permitió a Menem competir en la interna del PJ. El gobernador electo de Córdoba fue, a la luz de los hechos, el que adoptó la posición más condescendiente de los presentes.Menem tiene el apoyo de la gente y lo que dice la gente lo legitima más allá de la letra de la Constitución dijo ante la mirada atónita de los presentes y tras asegurar que sus palabras representan el pensamiento de Córdoba. Ni los menemistas de más vieja data, como el gobernador riojano, Angel Maza, se animaron a ir tan lejos.Obeid tomó la posta. Y lo hizo con unas palabras que sonaron a chicana para De la Sota. Yo no hablo en nombre del pueblo de Santa Fe, porque el principal representante de mi provincia es Reutemann, mi candidato. Después fue al grano. Esto no es una cuestión interna, sino institucional. No se discute que si pudiera tendría nuestro apoyo y ganaría. Pero no debemos avanzar y meternos en un terreno peligroso. Lo que está en juego es su prestigio, y no de Corach y De la Sota. Porque nadie que violenta la Constitución es respetado internacionalmente.Como si esas palabras no alcanzaran para malhumorar al Presidente, Alberto Kohan apuntó las únicas palabras que diría en toda la noche: Gol de Palermo, uno a cero. Menem amagó un puñetazo en la mesa, previendo una jornada deportiva aciaga. Alimentó así el mito de visionario: Boca finalmente ganó 3 a 0.El secretario general de la Presidencia, junto con el ministro del Interior, Carlos Corach, y el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, fueron los únicos miembros del Gabinete presentes. Que escucharon en silencio cómo se sucedían los reparos a la re-reelección. Hasta Jorge Escobar,gobernador de San Juan, dijo que no se puede traspasar la Constitución. Para equilibrar baño de elogios al Presidente. Para que lo legitimen tiene que haber legalidad y, claro, usted pensará cómo carajo no puede ser presidente si tiene el apoyo del pueblo, se exaltó.Rodríguez Saa también trató de ser ecuánime, pero se convirtió en un claro opositor a un tercer mandato. Después de la transformación sería una pena desprestigiarse violando la Constitución. No debe ser candidato, se despachó a la hora del café.Menem jugaba el juego de los gestos mientras hablaba el pampeano Rubén Marín, quien no se salió de su papel de menemista moderado, lo mismo que el formoseño Gildo Insfrán, el misionero Ramón Puerta y el jujeño Eduardo Fellner. El salteño Juan Carlos Romero y el santiagueño Carlos Juárez estuvieron ausentes con aviso.El Presidente guardó todas sus palabras para el final. Y tuvieron un tono que algunos interpretaron como un apriete y a la vez alcanzaron un dato que se leyó como un adelanto de la fecha en que Menem tomará una decisión definitiva. Fue cuando dijo que viajará dos veces a Catamarca para apoyar la candidatura de Ramón Saadi, que peleará por la gobernación contra el referente del Frente Cívico, Oscar Castillo, el próximo domingo 21. Después de eso nos volvemos a reunir para que tomemos una decisión entre todos, se despidió.
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