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Por Adriana Meyer ![]() En julio pasado trascendió que una de las cuentas secretas suizas del caso IBM-Nación estaría a nombre de De Fortuna, aunque el abogado Ricardo Monner Sans lo había denunciado ya en 1996. En aquel entonces, el ex ministro Domingo Cavallo negó vínculos con el millonario y aseguró que "es muy posible que haya prestado su cuenta a otras personas". El ahora desafortunado De Fortuna calculó sus pasos y decidió no esperar a ser citado. Para evitar que la prensa lo vaya a buscar a Ezeiza y lo persiga hasta la puerta del juzgado, voló ayer desde Estados Unidos y se presentó en forma espontánea. En su declaración le dijo a Bagnasco que cuando se lo empezó a mencionar en los medios sufrió "muchas intranquilidades" y un "perjuicio familiar y en los negocios", por lo cual decidió "aportar información para que se aclare su participación". Al ex funcionario se le imputa haber contribuido en operaciones tendientes a ocultar el destino de dinero que se sospecha "mal habido", proveniente de la contratación de la empresa CCR por parte de IBM Argentina en la licitación pública del Banco Nación. De Fortuna permitió la utilización de su cuenta bancaria 127511 EWAD, en el Citibank de Zurich y aseguró de ese modo el producto de una maniobra ilícita. Tras reconocer que es suya la cuenta cuya titularidad Bagnasco estaba tratando de determinar, De Fortuna explicó que la abrió el 12 de noviembre de 1992 y que en mayo de 1994 su "amigo" --tal como lo definió-- Hugo Gaggero le pidió el favor de prestársela para recibir un depósito en el exterior, porque él no poseía ninguna. La transferencia se concretó el 20 de mayo de 1994, como surge de la constancia, que aportó de un giro por 480 mil dólares provenientes del Banque Privé Edmond de Rothschild, sucursal Luxemburgo, efectuado dos días antes. En el mapa de la ruta de la coima aparecen estos mismos datos que ya habían sido rastreados. Pero faltaba el nombre del titular de esa cuenta, que será confirmado en breve por el juez suizo Michel Graber. El titular de la otra cuenta sin identificar sería otro ex director del Nación, Mario Dadone. De Fortuna explicó que cuando se efectivizó el depósito, Gaggero aún era miembro del directorio del Banco Nación y que le pidió dejar el dinero un tiempo en su cuenta. El empresario aseguró al juez que devolvió la totalidad del depósito y que lo hizo con retiros parciales porque Gaggero "no posee ninguna cuenta". El amigo recuperó el dinero con un 8 por ciento de interés, por lo que retiró 520 mil dólares. En octubre de 1995, De Fortuna cerró la cuenta EWAD. Los interrogadores le preguntaron si era habitual que Gaggero no tuviera una cuenta y el indagado respondió que sí, aunque recordó que en los '80 tenía acciones y actuaba como operador extrabursátil y que antes había sido director de un banco del que su padre era accionista. Según De Fortuna, tras el estallido del escándalo informático, Gaggero le dijo que él no tenía nada que ver. Cuando comenzó a mencionarse su cuenta pensó que su amigo se iba a presentar o que, si algo lo involucraba, lo iban a llamar. En los últimos meses De Fortuna le pidió a Gaggero que si tenía algo que aclarar lo hiciera, hasta que lo vio "hace muy poco tiempo" y le comentó que él se iba a presentar ante la Justicia. De Fortuna dijo que conoce a Gaggero "desde la infancia", por haberse desempeñado este último como asesor financiero del grupo de empresas lideradas por su padre, y que los une una relación personal y familiar "continua y estable de más de 30 años". En alguna oportunidad compartieron vacaciones juntos. "Lo considero un profesional exitoso de muy buena reputación moral y sólida posición económica que justificaba ampliamente el importe del depósito en cuestión", afirmó. Por eso nunca le preguntó de dónde salió ese medio millón de dólares. A los investigadores del caso les resultó poco creíble que el millonario ex funcionario haya prestado su cuenta suiza sin saber el origen de los fondos que allí se depositaron. De Fortuna dijo no recordar cuándo Gaggero le pidió la cuenta, pero dijo que fue varios meses antes de concretarse el giro de mayo de 1994. El valor de esta afirmación radica en que probaría que los imputados actuaron con premeditación, sabiendo que iban a cobrar un cohecho porque habrían recibido una promesa. El millonario afirmó conocer a Aldo Dadone como profesional desde hace más de 15 años, cuando éste era miembro del directorio del Banco Hipotecario de Córdoba, propiedad de su padre. Dadone y Gaggero eran accionistas minoritarios. Y manifestó tener una relación de amistad con el autoinculpado ex directivo del Nación Alfredo Aldaco, y con el fallecido Alberto Hevia. El fiscal Carlos Cearras le preguntó a De Fortuna si había hablado alguna vez con Cavallo sobre esta situación, teniendo en cuenta que fue el ex ministro quien aportó el dato que permitió reconstruir la ruta de los sobornos, y que tanto De Fortuna como Gaggero fueron funcionarios durante su gestión en el Palacio de Hacienda. Pero la respuesta fue negativa. Una fuente cercana al cavallismo aseguró a este diario que Cavallo se "alegró de que vayan apareciendo los titulares de las cuentas que él denunció". De Fortuna no estaba imputado hasta ayer y su presentación espontánea no mejora su situación en esta etapa del proceso, pero podría ser un atenuante para quienes tengan que decidir en el futuro una eventual sentencia. Una fuente de la fiscalía calificó su declaración como "un aporte importante a la causa". El millonario autorizó al tribunal a recabar información de todas sus cuentas en el exterior.
Lo que pasó ayer en el mercado financiero
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