Página/12

Consultores opinan sobre los alcances de la recesion
Consejos en una economía estancada

Controlar el gasto y postergar compras hasta que termine la crisis. Pero esas recomendaciones profundizan la recesión.

Roque Fernández, ministro de Economía. En la intimidad reconoce que la economía no crecerá en el ‘99.
Tendrá que establecer nuevas metas fiscales. Se espera más desempleo y hasta bajas salariales.

El reconocimiento en el Ministerio de Economía, anticipado ayer por Página/12, de que este año el PBI permanecerá estancado es visto como un acto de sinceramiento por parte de los consultores privados. Aún así, la mayoría cree que el panorama es todavía más desalentador y sigue pronosticando que la recesión llevará a una caída del producto para todo el año. Incluso el Fondo Monetario que siempre es muy prudente en sus pronósticos estimó que Argentina tendrá recesión. Según los economistas, ahora Roque Fernández se enfrenta al dilema de tener que anunciar un fuerte ajuste fiscal para compensar la baja de la recaudación inducida por la recesión. También dicen que la gente ya descontó que en el último año de Menem habrá más desempleo y ajustes salariales y, en consecuencia, está acatando lo que dicta el sentido común: postergar compras de autos e inmuebles, evitar endeudarse y en lo posible recortar gastos del presupuesto familiar.
Ayer este diario informó que Roque Fernández ya trabaja con la hipótesis de crecimiento cero para este año, un pronóstico muy distinto al dorado final de mandato que imaginaba para Menem en septiembre pasado, cuando incluyó en el Presupuesto una meta de crecimiento del 4,8 por ciento, luego reducida al 3 por ciento. Menor crecimiento significa menos recaudación y más déficit fiscal, por lo que Roque deberá en abril renegociar las metas fiscales pautadas con el Fondo Monetario. Como la diferencia es grande (alrededor de 1500 millones menos de recaudación) lo más probable es que entonces tenga que anunciar otro ajuste fiscal. Lo que sigue es la opinión de los expertos consultados:
u Martín Redrado, titular de la Fundación Capital: “La realidad ya es evidente, cuando uno mira los números de los últimos dos trimestres se nota que la economía ha entrado en una recesión. Lo mejor era sincerar los números y el equipo ahora se apresta a hacer un ajuste de gasto o pedir un perdón por las metas fiscales. Yo preferiría que hagan el ajuste. Para la gente no cambia mucho, porque ya se está viendo menor crédito, menor consumo e inversión. En algunos sectores (automotor, textil) el problema del empleo ha recrudecido. En la Fundación Capital prevemos una tasa del 15,1 por ciento para fin de año. En este contexto, hay que recortar gastos, consumir lo necesario y no tomar créditos. Y evitar todo consumo superfluo. Si se va a comprar un auto nuevo o un departamento a crédito es mejor postergarlo hasta que la crisis amaine. Lo mismo que se le pide al Estado, que mantenga un estricto presupuesto de caja vale para las familias, a las que les conviene recortar gastos que sean innecesarios”.
u Federico Poli, economista de la Unión Industrial Argentina: “No sorprende esta revisión de la tasa de crecimiento del PBI a la baja. En muchos sectores se está sintiendo el efecto de la recesión en recortes de personal, bajas de producción y cierres de plantas. Ya está aumentando el desempleo y puede haber que se acuerde entre empresarios y trabajadores rebajas transitorias de salarios para permitir la supervivencia de las empresas. Hoy es clave dar financiamiento a la producción para no ahogar más la actividad económica. Los bancos no prestan por temor a no recuperar la plata. Entonces, hay que tomar medidas en este sentido. También hay que promover exportaciones y evitar que haya ingreso de productos brasileños a precios de crisis porque agravaría mucho más el problema del desempleo y la recesión”.
u Luis Secco, del Estudio Broda: “El equipo económico ha sido muy exitoso en modelar expectativas. Hasta hace poco nadie hablaba de recesión, lo cual es un logro de Roque. Si hubiese empezado a reconocer la recesión seis meses antes, la caída hubiera sido mayor porque las expectativas juegan un rol importante. Este nuevo escenario es más razonable. Pero yo creo que el escenario de estancamiento también es optimista. Ya estamos en recesión y lo más probable es que el PBI caiga para todo el año. Para que la tasa dé cero por ciento necesitamos buen crecimiento en el segundo trimestre, pero nosotros creemos que la recuperación recién vendrá en el tercer trimestre y que el desempleo subirá al menos dos puntos”.
u Javier Finkman, del HSBC-Roberts: “Parecía obvio que iba a ocurrir este ajuste en los números. Argentina es muy vulnerable a los shocks externos y hoy se combinan dos efectos: por un lado, la desaceleración postcrisis rusa, que fue el freno más brusco de la historia económica reciente y, por otro, la crisis brasileña. Nosotros estimamos que el consumo va a caer como consecuencia de la menor disponibilidad de financiamiento: hay temor a prestar de los bancos y además hay menor demanda de crédito porque hay menos negocios atractivos. De todos modos la crisis va a ser menor que durante el Tequila porque no está presente la corrida sobre los bancos. La gente tiene que operar si la Convertibilidad fuera inamovible. Si el endeudamiento en dólares es más barato que el de pesos, hay que tomar el de dólares porque no va a haber devaluación”.

Rodríguez vs. Silvani

El ex viceministro de Economía, Carlos Rodríguez, disparó ayer misiles contra el director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Carlos Silvani. “Hay algo que no cierra en la economía porque a pesar de que se llevaron a cabo dos reformas fiscales desde 1996 la recaudación no evolucionó en forma positiva”, aseguró. Además, comparó la gestión de su amigo, Roque Fernández, con la del enemigo número uno del gobierno, Domingo Cavallo. “El déficit fiscal de este año sería de 6 mil millones de pesos, lo mismo que cuando se fue Cavallo, pero con dos reformas tributarias en el medio. Algo no cierra ahí, porque teóricamente se hicieron para recaudar más”, afirmó. Para Rodríguez, actual director del CEMA, “normalmente la teoría económica dice que cuando se cae el nivel de actividad conviene bajar impuestos y endeudarse”. Pero consideró muy peligrosa esa solución porque “estamos endeudados hasta la coronilla”. El lunes pasado, el sucesor de Rodríguez, el secretario de Hacienda, Pablo Guidotti, también había disparado por elevación a Silvani: “En la lucha contra la evasión me hubiera gustado avanzar más; los resultados fueron muy lentos”, dijo el actual viceministro en una entrevista concedida a Página/12.

LA ALIANZA SE REUNIO CON REPRESENTANTES DEL CAMPO
Menos impuestos para pasar la crisis

El candidato a presidente, Fernando de la Rúa, les prometió ayer a los representantes de las cuatro principales entidades agropecuarias que la Alianza impulsará en la Cámara de Diputados un proyecto para suspender, por un año, los impuestos, recientemente establecidos, sobre la renta presunta y los intereses de los préstamos.
En la reunión a la que también asistieron Chacho Alvarez, Graciela Fernández Meijide y los economistas José Luis Machinea y Adalberto Rodríguez Giavarini, se acordó con los hombres del campo en la necesidad de tomar medidas urgentes para paliar la difícil situación del sector.
Valentín Levisman, de Coninagro, Enrique Croto, de la Sociedad Rural Argentina, René Boneto, de la FAA y Marcelo Muniagurria, de la CRA, llevaron al encuentro la misma lista de reclamos que les habían entregado a Carlos Menem y al ministro Roque Fernández, el martes pasado. Munurriaga señaló a Página/12 que “estaban satisfechos por la iniciativa de De La Rúa”, pero que además hacen falta medidas de largo plazo. “Necesitamos un plan de estabilidad fiscal, como el minero y el forestal”, remarcó.
De la Rúa también propuso la formación de una comisión entre los técnicos de las entidades gremiales y de la Alianza, para que comiencen a estudiar políticas de largo plazo. Por su parte, Machinea aseguró que está de acuerdo con instrumentar medidas de promoción de las exportaciones y buscar la forma de bajar costos impositivos, de transporte y de insumos. Las entidades gremiales del campo aseguraron que están pasando el peor momento de las últimas décadas.” La caída del precio de los granos y del ganado al mismo tiempo, la recesión de Brasil, la restricción del crédito y el aumento de algunos costos, como el peaje y la electricidad, terminaron con la rentabilidad del campo”, detallaron.

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