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UN CENTENAR DE CHICOS Y DOCENTES INTOXICADOS
Una jornada escolar pesada

Una descompostura generalizada y 38 chicos en el hospital fue el saldo de un almuerzo escolar. Suspenden a la empresa proveedora.

Delia Montiel, la directora, en la escuela que quedó desierta.
Muchos chicos ni siquiera fueron; a otros los debieron atender.

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Por Mariana Carbajal

t.gif (862 bytes) Más de un centenar de alumnos y varios docentes de una escuela municipal de Pompeya y tres estudiantes de otra del barrio Ramón Carrillo sufrieron ayer por la mañana vómitos, diarrea y dolores estomacales, al parecer originados por una intoxicación con el almuerzo recibido el día anterior en el comedor escolar. Treinta y ocho niños –5 de ellos con cuadros graves– fueron trasladados a distintos hospitales, pero ninguno quedó internado. Ambas escuelas recibían el servicio de comidas de la misma firma, cuya planta de elaboración fue inspeccionada poco antes del mediodía por funcionarios de la comuna, quienes ordenaron el decomiso de 260 kilos de carne y una serie de viandas que habían perdido la cadena de frío. Preventivamente, el gobierno de la ciudad reemplazó temporariamente a la empresa en la provisión de los dos establecimientos afectados, pero la firma seguirá alimentando a los alumnos de otras tres escuelas municipales en las que ganó la concesión. “Una vez que se determine con certeza la causa de la intoxicación, se tomará una medida definitiva, que puede llegar a la suspensión del contrato”, informó a Página/12 el subsecretario de Educación, Antonio Magliano.
“Los baños funcionaron a pleno”, describió por la tarde, con humor, Lidia Greco, vicedirectora de la escuela Nº 10 del distrito escolar 5º, de Pompeya, donde ayer por la mañana alrededor de cien alumnos (de un total de 330, la mayoría proveniente de la villa 21) manifestaron malestar estomacal apenas ingresaron a clase y hubo un marcado ausentismo. La otra escuela afectada fue la Nº 19 del DE 19, del barrio Ramón Carrillo, en Villa Soldati. Pero allí hubo sólo tres chicos intoxicados que no requirieron internación, según precisó el subsecretario Magliano.
La vicedirectora Greco y otros docentes de la misma escuela padecieron en carne propia los síntomas de la intoxicación. “A medida que pasaban los minutos se iban agregando más alumnos descompuestos. Y varias madres se acercaron para informar que sus hijos faltaban porque desde la noche anterior estaban con diarrea o vómitos”, contó a este diario la vicedirectora, que inmediatamente llamó al SAME.
Cuatro ambulancias trasladaron a 38 de los alumnos intoxicados a las guardias de los hospitales Penna, Argerich, Ramos Mejía y Piñero. Los niños fueron dados de alta posteriormente, aunque 5, que estaban más graves, permanecieron varias horas en observación. Los otros estudiantes recibieron atención médica en la escuela, donde se tomaron muestras de materia fecal para realizar cultivos y poder determinar con precisión el origen de la intoxicación. Todas las sospechas apuntan al almuerzo del jueves entregado por la Unión Transitoria de Empresas (UTE) Andrés S.A., Servicios Integrales de Food and Catering S.A., que también tiene la concesión del comedor escolar de la escuela del barrio Ramón Carrillo y de otras tres más dependientes de la ciudad. Ese día los chicos y los maestros comieron carne al horno con papas y flan y yogur de postre. “Ayer la comida no me pareció fea ni noté nada raro”, comentó la vicedirectora Greco.
Poco antes del mediodía, los directores porteños de Seguridad Alimentaria, Guillermo Guido, y de Protección de Alimentos, Anderson Zorrilla, encabezaron una inspección a la planta elaboradora de la firma, ubicada en California al 1300, la Boca. “Se decomisaron 260 kilos de carne vacuna sin elaborar porque estaban en una cámara con una temperatura muy elevada: 13 grados en lugar de 7. Y también una serie de viandas con alimentos elaborados –como ensalada rusa, croquetas de papa y tarta de jamón y queso– que estaban a temperatura ambiente en lugar de estar refrigerados”, detalló Guido a Página/12.
Por el momento, el gobierno porteño sólo ordenó suspender la provisión de alimentos en las dos escuelas afectadas, pero no en las otras tres que la misma UTE atiende.

 

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