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Por Ariel Greco ![]() Newells puso marcas personales hasta para los hinchas rojos, pero Independiente se las arregló para moverles el fondo a los rosarinos por la movilidad de Hanuch y Víctor López. El riesgo de hacer marcas individuales se pagó con el gol cuando Hanuch puso el pase largo a López cuyo marcador lo había perdido y el uruguayo definió bien, contra un palo. Lo que siempre hace mal, esta vez Independiente lo hizo bien. No fue a buscar el segundo a lo loco sino que esperó del medio hacia atrás formando un bloque compacto, apoyado en Milito y Cambiasso. La imprecisión en el traslado de los rojinegros le permitió a Independiente recuperar rápido y salir de contra. Tuvo el segundo varias veces y lo desperdició. Newells tuvo fortuna en la desgracia de Fagiani. El ingreso de Guiñazú le dio más movilidad al medio y mejor compañía a Manso. También tuvo suerte en su primer llegada. Un tiro libre sobre el área encontró desconcentrada a la defensa roja; Fernando Crosa le ganó a Rotchen y metió el cabezazo del empate. Luego ocurrió lo previsible. Newells se fue cerrando y amenazando en cada contraataque, pero esta vez el local estaba bien parado atrás. Eso sí, adelante, no tuvo una sola idea. Menotti sacó bien a Garnero y López, pero Graf fue bien tomado y Gómez influyó poco. Tuvo alguna situación, Cejas respondió siempre bien y sin encontrar huecos, Independiente terminó el partido tirando centros para lucimiento de los hermanos Crosa. Después llegaron los silbidos de las plateas y la bronca de la popular, más por impotencia que por resultado del rendimiento. In-dependiente había hecho un buen primer tiempo y mejoró producciones anteriores pero también es cierto que no tuvo contundencia y que los puntos se le escapan desde muy temprano.
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