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ACERCA DE LA DIRECCION DE LA
CURA PSICOANALITICA EN LA ANOREXIA
La nena no se alimenta “como corresponde”

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Todo neurótico
–es decir, todo ser humano cuerdo– tiene algún “trastorno
alimentario”: según la autora, la anorexiapuede corresponder a un
“dis-gusto” propio de la histeria.
“Parecen sobrenaturales esas
figuras que desafían la gravedad.
“Ante ellas, los médicos no saben bien qué hacer por sí mismos.” |
Por Silvia Fendrik *
La
extrema delgadez de algunas adolescentes y su férrea negativa a alimentarse “como
corresponde” producen una gran angustia en quienes comen “normalmente”.
Entre la alarma y el enojo ante esas figuras etéreas que parecen seres sobrenaturales
(que desafían las leyes de la gravedad), los médicos no saben bien qué hacer y suelen
querer compartir su responsabilidad con otros especialistas: psicólogo, psiquiatra,
endocrinólogo, ginecólogo, nutricionista, bajo el rótulo “caprichos, miedo a
crecer y/o a engordar, enfermedad de moda”. Del lado de la difusión mediática
tenemos poco confiables estadísticas y consejos alarmistas cuyo efecto inmediato es que
la anorexia sea el convidado de piedra –figura de la muerte amenazadora– en toda
mesa familiar donde una adolescente se proponga hacer una dieta más o menos estricta para
adelgazar.La angustia frente a esos seres “sobrenaturales” se manifiesta del
lado “psi” en resistencias que precipitan diagnósticos apresurados y con
frecuencia equivocados.“Descubierta” por la psiquiatría del siglo pasado, la
anorexia fue asociada a cuadros histéricos graves y rápidamente tomó consistencia como
cuadro en sí mismo: anorexia mental, anorexia nerviosa, anorexia histérica. Freud a su
vez no dejó de mencionar síntomas anoréxicos o bulímicos en prácticamente todos los
historiales de Estudios sobre la histeria, y en una carta a Fliess, el manuscrito G,
afirma: “La neurosis alimentaria paralela a la melancolía es la anorexia. La tan
conocida anorexia nerviosa de las adolescentes me parece representar, tras detenida
observación, una melancolía en presencia de una sexualidad rudimentaria. La paciente
asevera no haber comido simplemente porque no tenía apetito, y nada más. Pérdida de
apetito equivale, en términos sexuales, a pérdida de la libido”. Actualmente,
cuando se habla de anorexia, se vacila implícita o explícitamente entre neurosis y
psicosis y en esa vacilación se multiplican las confusiones en donde entran las
adicciones, las perversiones y las nuevas patologías, psicoculturales y/o “de
borde”. Siempre con un grado alarmante de generalización.Esto es sin embargo
sencillo de explicar: solemos olvidar que la histeria tiene muchos bordes, que van desde
el síntoma como llamado al Otro hasta sus usos variados como escenarios de goce donde
todo el mundo se transforma en espectador impotente. Que la confusión entre lo real y lo
simbólico sea la primera manifestación en el psiquismo de la pulsión oral, debería
alertar a los analistas para no hacer diagnósticos anoréxicos (o bulímicos) sobre la
anorexia. Solemos también olvidar que no hay neurosis histérica –o sea,
neurosis– que no presente algún tipo de trastorno “alimenticio”. El tubo
digestivo es una vía regia para la inscripción del significante en el cuerpo. Para Freud
el dis-gusto era la primera manifestación de un síntoma histérico. Disgusto
alimentario, disgusto sexual, disgusto con la propia imagen, disgusto con el cuerpo
imaginario al que siempre le sobra o le falta algo en relación al Ideal. Con Lacan
podemos agregar que las histerias que se manifiestan a través de síntomas orales,
muestran la esencia fálica del objeto oral, y no la relación dual con una Madre
omnipresente y devoradora. También recordemos que, para Freud como para Lacan, la
histeria sólo puede escucharse y resolverse por medio del dispositivo analítico. Si se
le responde con un desdoblamiento multidisciplinario, lo único que se logra es nutrir,
alimentar, multiplicar el sentido del síntoma, impidiendoque el deseo atrincherado pueda
retomar la vía significante que le abrirá el acceso a otros posibles objetos.Es cierto
que también debemos reconocer aquellos casos donde el significante fálico no ha operado
del todo como separador del Otro primordial, y recordar que los rituales obsesivos no son
sino uno de los dialectos que habla la histeria, empobrecida, reducida, enflaquecida y
consumida por la diet religion. También las fobias alimenticias, en virtud de la
significación fálica que ha tomado el alimento en la historia edípica del sujeto,
producen un empobrecimiento de su universo simbólico, donde las palabras ya no encuentran
nuevas entradas ni salidas.Este breve panorama “diagnóstico” es sólo para
mostrar que las que suelen llamarse “nuevas patologías” no son sino un
desconocimiento o un olvido progresivo y sintomático de aquellos analistas que
desconfían de las herramientas clínicas y conceptuales del “viejo”
psicoanálisis para conquistar nuevos “mercados”.¿Cómo podemos enfrentar
nuestra angustia para poder escuchar e interpretar la enigmática relación que a través
del síntoma anoréxico el sujeto mantiene con el Otro y con el objeto? Por empezar,
reconociendo nuestras resistencias y nuestros errores, por ejemplo cuando decimos “no
hay transferencia” luego de haber sancionado la necesidad de un multienfoque, o
cuando asociamos libremente alimento simbólico con Madre real o alimento real con madre
imaginaria. Sólo un equipo disciplinado, es decir una reflexión rigurosa y sostenida con
otros analistas puede permitir dilucidar si las dificultades con las que nos enfrentamos
se deben a la falta de herramientas conceptuales, al desconocimiento de nuestros propios
recursos, a la insuficiencia de nuestro análisis personal, o a que no es un analista lo
que el paciente está buscando.Si confiamos en el dispositivo analítico y en su paso a
paso, también podremos reconocer sus límites. Como psicoanalistas nunca podremos
prescindir del tiempo de comprender. Si el paciente o su familia no aceptan ese tiempo
imprescindible para sustraerse al instante de la mirada mediática o multidisciplinaria
sobre la anorexia, es que el paciente se equivocó de dirección. Lo esencial es que
nosotros hagamos lo posible para no equivocarnos de paciente.La mirada
“devoradora” del padre sobre su hija adolescente, la relación de la sexuación
femenina con el espejo y los ideales plagiarios, la topología del cuerpo y sus torsiones
y distorsiones, la recuperación textual de la larga historia que precede a la pretendida
posmodernidad de la anorexia de nuestros tiempos, son algunos de los caminos necesarios
que tenemos que recorrer y conceptualizar para que la contingencia del encuentro del
psicoanálisis con la anorexia mental cese de no escribirse con letras analíticas. Esa es
nuestra apuesta.
* Directora de Ambrosía, Enfoque Psicoanalítico de los Trastornos
del Hambre.
POSDATA |
Psicoanálisis. Posgrado en el
Centro Sigmund Freud. 4823-9450.
Vocacional. Seminarios en la Escuela de Postgrado en Orientación
Vocacional Ocupacional. 4772-4900.
Cuerpo. Carrera de coordinadores en técnicas y lecturas
corporales dirigida por Perla Stoppel. 4864-0018.
Adolescencia. Posgrados-pasantías para trabajadores sociales, de
la salud y educación en Fundación Síntesis. 4964-0091.
Jornadas. El 10 de abril en Necochea, con paneles sobre adopción,
ética y presentaciones actuales en la clínica. Colegio de Psicólogos de la Provincia de
Buenos Aires. (0221) 4211687.
Pánico. Taller “Reflexiones acerca del ataque de
pánico” en Fundamento, el 17 a las 19.30. 4823-2056.
Clínica. “Clínica de las neurosis, de Freud a Lacan”,
curso anual por Jorge Linietsky en el servicio de psicopatología del Hospital Rivadavia.
4809-2000. Gratuito.
Social. Cursos en el Instituto Mundo Abierto (4783-7009) y en la
Escuela Psicoanalítica de Psicología Social (4774-5097).
Erótica. Seminario “Causas, escenas y razones en la vidas
erótica” por Sergio Rodríguez y Ricardo Estacolchic. 4862-2560.
Seminarios. De clínica psicoanalítica, supervisiones y
pasantías en la Liga Israelita. 4582-0421.
Grupos. Programa de especialización en coordinación de grupos
dirigido por Graciela Jasiner. 4833-7808.
¿Nuevas? Curso “El psicoanálisis ante el malestar: ¿nuevas
patologías?” por Marta Toppelberg en Nuevo Centro. 4953-4326.
Lactantes. Curso sobre observación de lactantes en Fundación
Kamala. 4328-8977. |
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