ENCANTADO
El sonrió, los empresarios sonrieron. Carlos de Gales
acababa de enterarse de la importancia del whisky en el comercio bilateral con Uruguay.
"Siempre supe que los británicos se ponían tontos con champagne", dijo el
príncipe. "Lo que no sabía era que los uruguayos se ponían tontos con whisky.
Pero, bueno..., estoy encantado de oírlo."
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