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Por Pablo Ferreira El empleo en el área metropolitana cayó en febrero un 0,8 por ciento respecto de enero y un 3,4 por ciento comparado con octubre de 1998. Esto significa que desde la última encuesta de hogares entre 130 y 150 mil personas perdieron su trabajo en todo el país. Las cifras, que surgen de un relevamiento realizado durante este mes por la Sociedad de Estudios Laborales (SEL), ponen en duda la efectividad del piloto automático adoptado por el ministro Roque Fernández para enfrentar la crisis financiera internacional. Por su parte, el secretario de Empleo, Héctor Gambarotta, insistió ante Página/12 que la cartera laboral está consensuando un programa de empleo que será lanzado desde abril. Esta tendencia negativa, que se inició en octubre del 98, continuará con toda seguridad todo este semestre, y es muy probable que se prolongue incluso hasta el tercer trimestre del año, advirtió el titular del SEL, Ernesto Kritz, ante este diario. La Encuesta de Coyuntura Laboral releva 250 empresas de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires que concentran algo más de 50 mil ocupados que son representativos de los 1,6 millones de trabajadores formales de esa región del país. La ocupación en el sector privado formal concentra alrededor del 40 por ciento de la ocupación total de la Argentina. La investigación destaca que la caída de febrero es la cuarta que se produce en forma consecutiva, ubicando el índice de desocupación apenas 3,6 por ciento por encima de su nivel de diciembre de 1995 en pleno efecto Tequila. Además, según admitió el experto, es difícil que este descenso no haya tenido efectos en la desocupación. Es probable que aumente en un punto. De acuerdo al análisis del SEL, el retroceso del mes último se concentró en las empresas pequeñas y medianas. En los establecimientos de 10 a 49 ocupados la sangría de trabajadores fue del 1,9 por ciento, mientras que en los de 50 a 199 ocupados alcanzó el 1,2. En contraste, en las compañías con 200 trabajadores o más la ocupación se contrajo apenas 0,1 por ciento. Con respecto a febrero del año pasado la cantidad de operarios en las pymes sufrieron un retroceso del 5,7 por ciento contra el 0,7 en las grandes compañías. No tienen la capacidad financiera para soportar altos costos si se les caen las ventas como han podido hacer, por ejemplo, las automotrices que financiaron miles de suspensiones en sus plantas, aclaró Kritz respecto del mayor grado de desocupación que muestran las pymes. Por otra parte, el estudio muestra que los sectores que alimentaron el descenso del empleo fueron principalmente los servicios. Entre ellos figura comercio, restaurantes y hoteles (-1,9 por ciento) y los servicios financieros (-1,1), sectores que impulsaron la generación de ocupación durante 1997 y 1998. La única excepción a la regla fue transporte, almacenamiento y comunicaciones, que absorbió empleo en el segundo mes del año (+0,9 por ciento) respecto al mes previo. El trabajo especifica que ese comportamiento se debió a factores estacionales, de los cuales el más evidente fue el turismo. En la rodada se sumaron la construcción, con un récord de caída con relación a febrero del 98 del 29,3 por ciento, electricidad, gas y agua (-5,4) y la industria manufacturera (-4,9). Para el responsable del SEL el desbarranque laboral en los servicios es un indicador de una reducción en el consumo. Una plena confirmación de la recesión en que está inmersa la economía ya que el consumo es la última variable en desmoronarse en estos procesos. Hay una conjunción de elementos que conforman este marco, admitió indirectamente Gambarotta. En su opinión los factores determinantes son la caída del precio internacional de las commodities, la revalorización del dólar y la crisis de Brasil. Según su diagnóstico el retroceso laboral responde a las expectativas de los actores económicos. Al respecto destacó que nosotros estamos revisando las estimaciones de crecimiento. Aunque consideró que estas crisis se enfrentan con optimismo. Para el secretario de Empleo la estrategia gubernamental busca básicamente sentar a los trabajadores, las empresas y el gobierno a consensuar la necesidadde modificar hasta que pasen las situaciones de crisis de las relaciones laborales.
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