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¿Por qué los Oscar se entregan el domingo?

La respuesta es: por el negocio de la tele. Lo raro es que la ceremonia se desarrollaba en día lunes desde hace cuarenta y seis años.

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Por Rocío Ayuso
Desde Los Angeles


t.gif (862 bytes)  El Oscar, el galardón conocido en Hollywood como “el chico de los lunes”, cambió este añona26fo02.jpg (7214 bytes) de día sin explicaciones previas. De hecho, el anuncio de que la 71ª ceremonia de entrega del premio más importante de la industria del cine se celebraría el domingo 21 de marzo no causó al principio polémica alguna. Sin embargo, una vez que la fecha fue acercándose, en Estados Unidos se hizo del tema un debate nacional, del que queda claro que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas inclinó su cerviz ante el poder de la televisión. Los lunes, que eran indefendibles desde una lógica externa, habían sido adoptados como día de los Oscar en 1953, porque las estadísticas indican que es el día de menos concurrencia a los cines.
A favor del domingo está el hecho de que es día de descanso para la profesión del cine, cuyas figuras podrán asistir a la ceremonia del “Dorothy Chandler” sin que sus trabajos se interpongan. Además, el brillo de las estrellas y la longitud de sus automóviles no se verán deslucidos en medio de los atascamientos habituales en las calles de Los Angeles, en cualquier día laborable. “La ciudad es más tranquila los domingos. El tráfico es mucho más fluido. Los actores tienen los domingos libres. Este año será un espectáculo mayor de lo que ya es”, indicó Gil Cates, productor de la velada.
Estas palabras esconden, aunque rozan, la razón fundamental de este cambio: aumentar el rating de una de las transmisiones televisivas con mayor número de espectadores en el mundo. A pesar de que la última celebración tuvo los mayores índices de la historia, gracias al interés despertado por la película Titanic, la Academia parece haber tomado como algo personal mejorar estas cifras. La última edición registró una media de 55 millones de espectadores por minuto en Estados Unidos, y en el mundo la cifra oficial de rating fue de mil millones de personas. La celebración en domingo, la noche de mayor rating televisivo en todo el planeta, puede llevar a que la ceremonia bata records de records.
El cambio de fecha entra en conflicto con la razón que situó la festividad de los Oscar en lunes, la competencia con los cines. La gala de entrega de los Oscar tuvo su primera noche de fiesta en jueves, en una cena celebrada en el Hotel Roosevelt de Los Angeles, en 1928. Desde ese año, la ceremonia siempre alternó su celebración durante los seis días de la semana, dejando el domingo fuera de su calendario. Con la primera transmisión de la velada en 1953, la cita quedó fijada en los lunes. La razón fue un acuerdo de la Academia con los distribuidores de cine que, para evitar la competencia de la TV decidieron hacerlo en la noche de menor presencia de público en los cines. En los últimos 46 años, el Oscar sólo faltó a su cita de los lunes en dos ocasiones: cuando se retrasó un día tras el atentado sufrido por el presidente Ronald Reagan, en 1981, y cuando ese lunes coincidió con una festividad religiosa.
Este año, las tres largas horas de ceremonia se verán ampliadas por la creación de un programa previo a la entrega, que se encargará de mostrar la llegada de los actores al “Dorothy Chandler”. Presentado por la actriz Geena Davis, ofrecerá un acceso inusual de las cámaras a las actividades entre bambalinas. Esta edición, bautizada con el festivo nombre de “Domingo de los Oscar”, será transmitida en Argentina por Azul Televisión, en un regreso a la TV abierta: el año pasado, la emisión estuvo a cargo de la señal de cable Volver, en el programa “El acomodador”. Esta vez, la conducción correrá por cuenta de Roberto Pettinato, desde las 21. La ceremonia en sí comenzará después de las 22 y concluirá cerca de las 2.

 

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