Por José Natanson
Fernando de la Rúa
firmó ayer por la mañana el decreto de convocatoria a una consulta popular no vinculante
en la Capital Federal para el próximo 28 de marzo. ¿Está de acuerdo que, contra
lo dispuesto por la Constitución Nacional, el Dr. Carlos Saúl Menem intente ser
reelegido como Presidente de la Nación? Esta es la frase que figurará en la boleta
y que será presentada hoy por el jefe de gobierno porteño, quien se reunió con Carlos
Chacho Alvarez para terminar de delinear la breve campaña que comenzará este
fin de semana.
El diputado del Frepaso llegó a la ex Municipalidad a las ocho de la mañana, cuando De
la Rúa ya estaba instalado en su despacho. Los jefes de la coalición volvieron a
utilizar la buena química que los une (y que supera a la relación de cada uno con su
propia tropa) para terminar de diseñar la estrategia que pondrán en marcha en la
Capital. De la Rúa y Alvarez quieren instalar la idea de que el plebiscito es un
instrumento que el gobierno de la ciudad le ofrece a la sociedad para manifestar su
disconformidad con las ambiciones del Presidente. En el desayuno que compartieron ayer, De
la Rúa y Alvarez diseñaron una batería de medidas para potenciar este presunto malhumor
popular. Una solicitada que se publicará la semana que viene y un spot televisivo serán
los medios que utilizarán para difundir el mensaje antirreeleccionista. Además, el
Comité Capital de la UCR y la conducción porteña del Frepaso decidieron instalar mesas
en las principales esquinas de la ciudad para que los dirigentes opositores expliquen
personalmente la necesidad de votar el 28.
La idea es darle un perfil institucional a la campaña, para que no parezca una puja
electoral sino la necesidad de defender la Constitución, señaló a Página/12 uno
de los principales asesores del candidato de la Alianza, quien luego agregó que esto no
impedirá que la fórmula se ponga a la cabeza del operativo. Es más, De la Rúa y
Alvarez quieren participar activamente de la campaña, a punto tal que ayer suspendieron
una gira que tenían previsto realizar por Tucumán durante el fin de semana.
Los estrategas de la coalición están convencidos de que la mayoría de la población se
opone a un tercer mandato y, para reforzar la idea, blanden orgullosos una encuesta de la
empresa Analogías. Fuentes del Comité de Campaña de la Alianza señalaron a este diario
que el tracking (ajuste de datos) marcó una suba en el repudio a la reelección en los
últimos dos días: del 75 al 83 por ciento. El muestreo indicó, además, que el 48 por
ciento de los porteños estaría dispuesto a acercarse a las urnas el 28 de marzo, una
cifra en la que no creen ni siquiera los más optimistas.
Más allá de la dimensión final de la consulta, lo cierto es que en la Alianza aseguran
que el Frente Cívico y Social se impondrá el domingo que viene en las elecciones de
Catamarca. Sostienen que el plebiscito indicará que la mayor parte de los porteños se
opone a la re-reelección. Y confían en que estos dos hechos, sumados a la posible
convocatoria a una consulta bonaerense, alcanzarán para lograr un renunciamiento
definitivo de Menem. Es que en la coalición aseguran que es necesario frenar las
ambiciones del Presidente cuanto antes porque creen que existe el riesgo cierto de que
Menem cometa fraude en las elecciones de octubre.
Mientras tanto, con el decreto ya promulgado, la Secretaría de Gobierno de la Ciudad
continuó ayer trabajando a toda marcha para apurar el operativo. Allí estiman que el
costo total de la elección será de entre 300 y 400 mil pesos, una cifra que incluye el
dispositivo de despliegue y repliegue de urnas, el recuento de votos y la movilización de
las autoridades de mesa. La consulta será controlada por el Superior Tribunal de Justicia
porteño, el órgano de la Capital con competencia electoral. Con las cuestiones técnicas
en movimiento, el jefe de gobierno porteño anunciará formalmente el plebiscito en una
ceremonia que se realizará hoy a las 12.30 en el Salón Blanco de la ex Municipalidad.
Luego de que los diputados nacionales de la UCR le plantearan sin éxito a De la Rúa la
necesidad de levantar la consulta, el Comité Capital del radicalismo salió ayer a
respaldar al jefe del partido. Es necesario que todos apoyemos a De la Rúa, en
quien está depositada la esperanza de millones de argentinos, expresó su titular,
Pedro Calvo. Pero a la hora de votar la convocatoria en la Legislatura reflotaron las
disidencias (ver página 5).
La Alianza polemiza por la consulta porteña |
Simulacro de democracia
Por Facundo Suárez Lastra *
Mediante la consulta se pretende medir qué grado de apoyo tiene la posibilidad de
rereelección del presidente Menem, y esto es una falacia. Lo que la Argentina
decidió es que ni Menem ni nadie debe permanecer en el Ejecutivo más de dos períodos, y
esta cuestión de principios quedará peligrosamente subordinada a una controversia
personal y mezquina.
La Constitución Nacional lo establece de manera inequívoca. El principio que sustentaron
por unanimidad los constituyentes fue evitar los riesgos que la perpetuación en el poder
conlleva para la democracia.
Ese pronunciamiento torna la consulta innecesaria. Pero, además de innecesaria, es
dañina. El solo acto de realizar la consulta, cualquiera fuere su resultado, obliga a la
sociedad a discutir lo que hasta ahora sólo Menem y los miembros de su círculo íntimo
querían discutir.
Fernando de la Rúa y Chacho Alvarez, los dos dirigentes en mejor situación para liderar
un proceso electoral exitoso y los que seguramente conducirán a la Argentina en su camino
de salida de la decadencia, la exclusión social, la inseguridad y la abusiva trivialidad
del poder, no deberían aceptar un mecanismo que es propio del modelo político y cultural
que se pretende cambiar. Los candidatos de la Alianza tienen en esta crisis una nueva
oportunidad de exhibir su profunda diferencia con la concepción menemista de la
política: defender la legalidad sin consentir la manipulación; es decir, no preguntarle
a la gente si la ley debe cumplirse o no.
Menem sabe que el resultado de una consulta le sería adverso. Pero sabe también que la
mera convocatoria a la consulta representa para él un triunfo: ponerse a sí mismo por
encima de la ley, y de imponerle su iniciativa a los otros.
Como dirigente radical y militante de la Alianza siento que la mejor contribución que hoy
puedo hacer a la campaña de De la Rúa y Alvarez es pedirles que adviertan que lo que
define a la consulta no es su resultado sino su concepción, y que esta concepción está
en línea con el modelo autoritario de Menem: montar un simulacro de democracia directa
para eludir los verdaderos mecanismos de las instituciones democráticas.
En este año de elecciones, todo debate que no esté estrictamente dirigido a presentarle
a la sociedad los programas y las soluciones para el próximo período de gobierno es una
malversación de tiempo y de recursos.
La Alianza debe sortear esta trampa para afirmarse como la opción de cambio profundo que
la Argentina necesita.
* Legislador porteño (UCR). |
Una batalla cultural
Por Nilda Garré *
La única posibilidad legal de un nuevo período como presidente para el presidente Carlos
Menem es una reforma de la Constitución. Es claro que no hay condiciones políticas que
permitan cumplimentar una declaración de necesidad de la reforma por parte del Congreso,
que requiere ser aprobada por los dos tercios de sus miembros.
El intento del Presidente y algunos de sus diputados y voceros de reglamentar la Consulta
Popular vinculante como medio para activar el procedimiento de reforma es imposible, no
sólo por lo que indica el artículo 30, sino también porque esa Consulta Popular
vinculante sólo puede abarcar las materias de carácter legislativo contempladas en el
artículo 75.
El Presidente aparenta redoblar la apuesta e intenta transmitir seguridad sobre el
resultado de las urnas, pero en realidad empantana el tema para ganar tiempo, y encontrar
así una salida airosa al laberinto en el que se ha metido.
Distinta es la situación de las consultas populares no vinculantes que, como la convocada
por el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, apuntan a crear un ámbito de
movilización y participación popular para expresar, con volumen amplificado, el rechazo
de los ciudadanos a la violación de la Constitución, que es el pacto, el gran consenso
por el cual la sociedad establece reglas de juego que regulan sus instituciones, y los
derechos y deberes de sus integrantes.
La Alianza recorrió todos los caminos jurídicos e institucionales para evitar la
manipulación de la Carta Magna y lo seguirá haciendo con todos los sectores y con todos
los ciudadanos que coincidan en este objetivo, porque sabemos de las dolorosas
conse-cuencias que trajeron a nuestro pueblo los reiterados atentados al estado de
derecho.La convoca-toria del 28 de marzo y las simi-lares que esperamos se puedan dar en
otras provincias, apuntan a crear un escenario más, de natura-leza fundamentalmente
política, que complemente otros esfuerzos que pongan al presidente Menem frente al más
contundente de los obstáculos, la realidad que se niega a aceptar. La Constitución
sanciona a los que atenten contra ella con las más severas penas, y los califica como
infames traidores a la Patria. Esa condena que reivindica el imperio de la Constitución
nos pone en la obli-gación de movilizar a la ciudada-nía en su defensa y a dar, incluso,
una batalla cultural contra el intento menemista que pretende adaptar o flexibilizar las
normas, las instituciones, los grandes consensos sociales plasmados en la Constitución, a
las necesidades coyunturales de un bloque de poder.
* Diputada nacional (Frepaso). |
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