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Por Santiago Rodríguez Fernando de la Rúa ya tiene todo listo para realizar el plebiscito contra la re-reelección del presidente Carlos Menem: la Legislatura porteña derribó ayer los obstáculos normativos que le impedían hacer el plebiscito el 28 de este mes, le aprobó la partida presupuestaria que necesita para financiarlo y ratificó la competencia electoral del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires. Como precio para satisfacer los deseos de su candidato presidencial la Alianza debió pagar que ocho de sus legisladores cinco del Frepaso y tres del radicalismo abandonaran el recinto en desacuerdo con la convocatoria a la consulta, que obviamente tampoco fue avalada por el peronismo. Nueva Dirigencia, en cambio, la apoyó. Lo que hizo la Legislatura no fue otra cosa que sacarle las papas del fuego a De la Rúa. En su afán por enfrentar la embestida re-reeleccionista del menemismo, el jefe de gobierno porteño no advirtió que convocar al plebiscito para el último domingo de este mes lo dejaba al margen de la ley: la reglamentación del mecanismo constitucional de la consulta popular sancionada hace menos de seis meses establece que entre su convocatoria y su realización deben pasar como mínimo treinta días. La fórmula que encontraron radicales y frepasistas para salvar el error de De la Rúa fue modificar la ley que ellos mismos aprobaron el 22 de octubre pasado. Así, esa norma dice desde ayer que el plazo de convocatoria a la consulta podrá acortarse en caso de situaciones de gravedad institucional. Lo cierto es que esta salida con forceps no convenció ni a los mismos diputados aliancistas que la avalaron y que justificaron su posición en la necesidad de acompañar la jugada política de la fórmula de la Alianza, pero que para sí mascullaban bronca y repetían: Al menemismo no se le gana con más menemismo. Ni qué decir a los que se retiraron del recinto: los radicales Facundo Suárez Lastra, Marta Oyhanarte y Agustín Zbar y los frepasistas Eduardo Jozami, María Elena Naddeo, Adriana Zaccardi, Lilia Saralegui y Dora Barrancos, cuya decisión de retirarse del recinto fue interpretada por muchos de sus pares como un posicionamiento de cara a las internas de sus respectivos partidos y dio pie a un debate de pasillo en el que cada uno dijo lo suyo. Naddeo destacó que la convocatoria al plebiscito se tendría que haber consensuado dentro del marco jurídico de la ciudad; Zbar prefirió el mismo silencio de Alfonsín y Suárez Lastra dijo soy abogado, no puedo votar esto. Del otro lado replicaron Caram y Fatala: Son una caricatura y parecen la contracara del Grupo de los Ocho, que nació haciendo oposición al menemismo: quieren crecer oponiéndose a la Alianza que enfrenta a Menem, ironizó el frepasista, mientras que el radical les reprochó que terminaran yéndose del recinto como los menemistas. Los peronistas abandonaron sus bancas pero a diferencia de los aliancistas díscolos y del duhaldista Jorge Argüello, que ni siquiera fue a la sesión en desacuerdo con la consulta después de decir lo suyo en el recinto. Alicia Pierini señaló que el decreto de convocatoria al plebiscito haría sonrojar a cualquier estudiante de derecho y hasta habló de la malversación de caudales públicos por parte de De la Rúa. Kelly Olmos recurrió a palabras como hipocresía y politiquería barata para denunciar lo que el jefe de la bancada del PJ, Guillermo Olivieri, calificó como un disparate y un circo de la Alianza. Las críticas del peronismo no sólo tuvieron por destinatarios a radicales y frepasistas, sino también a los diputados de Gustavo Beliz que disciplinadamente levantaron sus manos para posibilitar a De la Rúa la realización de la consulta popular el próximo 28. Eso sí, se diferenciaron de la coalición al momento de votar el financiamiento para el plebiscito, que se calcula costará unos 300 mil pesos: entonces, manifestaron sudesacuerdo con la afectación de la partida prevista para casos de necesidad y plantearon que debía pagarse con ahorros de los sueldos de los funcionarios políticos. Para dejar su nombre a salvo, exigieron votación nominal.
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