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OPINION
La Constitución y el Poder
Por Darío Alessandro*

En estos días es frecuente leer y escuchar una queja: “Me tienen harto (los políticos) con Menem y su re-reelección, ocúpense de nuestros problemas, no de las disputas por el poder”. Si comenzamos a enumerarlos: desempleo, corrupción, falta de justicia, abuso por parte de las empresas privatizadas, inseguridad, etc., etc., reconoceremos casi unánimemente que el principio de solución para la mayoría de ellos pasa por el fin del estilo de gestión menemista. La cuestión es que este estilo, con Menem o sin él, intenta continuar. Por lo tanto, es crucial para solucionar aquellos problemas, terminar cuanto antes con su deseo e impedir cualquier capacidad de condicionamiento del próximo gobierno.
A su vez, los intentos por prolongar el poder de Menem y la posibilidad de una nueva candidatura ayudan al Gobierno a no tener que enfrentarse con el dramatismo de la Argentina actual.
Pero la clave no pasa por decir “olvidemos a Menem, ocupémonos de los problemas”. Justamente lo que él espera es una débil respuesta que le permita seguir manejando los tiempos a través de ambigüedades e insinuaciones. Llegar al momento de la decisión lo más fuerte posible para lograr un acuerdo “conveniente”. Una forma indirecta de seguir conservando poder. Por eso hay que aprovechar su actual debilidad y terminar cuanto antes con su ambición ilegítima. Este domingo, Catamarca mediante, y el próximo en Buenos Aires, es la oportunidad. No podrá inventar proscripciones ni persecuciones, el pueblo con más contundencia que cualquier encuesta le dirá basta.
A un presidente que no reconoce límites, capaz de sojuzgar a la Justicia, favorecer durante años a mafias como la de Yabrán o fotografiarse con el encarcelado Rousselot, no le basta con la claridad de dos artículos de nuestra Constitución. Hay que vencerlo políticamente dentro de los marcos institucionales.
Cuando el adversario se llama Menem no hay lugar para ingenuidades. Su voluntad de poder ha demostrado que no respeta principios republicanos. Tampoco podemos confiar en una Corte Suprema que ha dado muestras de docilidad. Durante diez años Menem ha moldeado una Argentina a su deseo y conveniencia; para cambiarla potenciemos las instituciones con la fuerza de la voluntad popular.

* Diputado Nacional, Alianza.

 

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