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Duhalde-Ortega viajarán en un tren rigurosamente custodiado

El entorno del gobernador ve con malos ojos que la Federal tenga a su cargo la vigilancia del tren que llevará al binomio de Jujuy a la Capital en un viaje de campaña. Pidió a la Gendarmería.

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Por Raúl Kollmann

t.gif (862 bytes)  El binomio Duhalde-Ortega pondrá en marcha mañana el llamado Tren de la Victoria, que saldrá de Jujuy y llegará a la Capital, recorriendo infinidad de ciudades y pueblos de distintas provincias. El problema es el siguiente: las vías férreas son de jurisdicción federal y corresponde por lo tanto que la custodia esté a cargo de la Policía Federal, que justamente tiene para ello la Superintendencia de Seguridad Ferroviaria. Eso a la gente del gobernador bonaerense no le gusta nada: se sabe que la Federal está bajo las órdenes del ministro Carlos Corach y encima se lleva muy pero muy mal con la Policía Bonaerense. Si se toma en cuenta la tensión política por el enfrentamiento entre Menem y Duhalde, el cóctel resulta explosivo. Por lo tanto, los hombres del gobernador hicieron una gestión oficiosa para conseguir que el tren sea custodiado por la Gendarmería –que también tiene jurisdicción federal–, pero allí tiraron la pelota afuera: “No podemos hacer nada sin orden de Corach”.
La custodia del tren tiene evidente importancia: un altercado, un tiro, un muerto tendrían un efecto devastador en la campaña electoral de Eduardo Duhalde y Ramón Ortega. Ni qué decir si el problema es mayor. Además, hay que tener en cuenta que el convoy va a pasar por innumerables localidades dominadas por intendentes, concejales y caciques menemistas, de manera que una provocación está en las hipótesis que manejan los encargados de la travesía.
La seguridad personal de Duhalde y de Ortega estará a cargo de sus propios guardaespaldas. En el caso del gobernador, hombres seleccionados de la Bonaerense, y por parte de Ortega dos o tres profesionales. Pero otra cosa es la totalidad del tren, las estaciones y el recorrido. Desde el punto de vista legal, corresponde que esa custodia esté a cargo de la Policía Federal. “No puede haber confianza en esa gente –recomendaron desde la Bonaerense–. Fueron ellos los que difundieron gran parte de las acusaciones contra la policía provincial y hoy es como entregarle nuestra seguridad a un adversario en el terreno policial y en el terreno político”. Sobre la base de este diagnóstico, se decidió pedir que todo el operativo de seguridad esté en manos de la Gendarmería, una fuerza menos enfrentada a Duhalde, y que hoy custodia a las instituciones judías.
El primer paso fue una gestión informal que terminó en el escritorio de Timar Musumessi, director nacional de la Gendarmería. A la fuerza le interesa este tipo de convites, porque le da prestigio y le otorga una cierta aureola de confiabilidad. De todas maneras, Musumessi es hombre de Menem. Está en el cargo hace nada menos que siete años, algo absolutamente inhabitual en la fuerza, al punto que tiene más años de jefe de la fuerza fronteriza que don Juan Martín de Güemes. Los hombres de la Gendarmería –fieles a la Casa Rosada– contestaron entonces que la consulta debía hacerse oficialmente al ministro del Interior, el único que puede otorgar la autorización y el presupuesto para la operación. Es decir, que la gestión terminó en fracaso. Se pensó incluso en hacer una presentación ante un juez federal para dejar asentada la situación.
Martín Oyuela, uno de los operadores de mayor confianza de Duhalde, reconoció anoche que hubo un contacto oficial con la Gendarmería, pero le dio un cariz distinto: “No es que les pedimos custodia, sino que les informamos el recorrido porque hay algunas provincias como Jujuy, Salta y Santiago del Estero donde hay destacamentos de la Gendarmería y el tren va a pasar cerca. La seguridad la ponemos nosotros”.
–Sin embargo, la jurisdicción es de la Policía Federal –señaló Página/12.
–Bueno, entonces ellos estarán y también nosotros tendremos la custodia habitual de nuestros actos. Igual no va a pasar nada –concluyó Oyuela.
El resultado final de semejante embrollo no puede ser peor: habrá tres fuerzas dando vueltas alrededor del tren -.los bonaerenses de Duhalde, la Federal y la Gendarmería–, además de las policías de cada provincia del recorrido. Y en el operativo, no sólo no va a haber coordinación alguna, sino que son fuerzas enfrentadas y que se tienen absoluta desconfianza.

 

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