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EN LA BOLSA NADIE DEBE TANTO COMO LAS AUTOMOTRICES
Endeudadas hasta el capot

Un estudio de la Fundación Capital sobre las mayores firmas cotizantes muestra ganancias en caída y deudas financieras muy pesadas en algunos sectores. El '99 viene muy complicado.

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t.gif (862 bytes)  Durante 1998 crecieron las ventas pero bajaron las ganancias. Esta es la conclusión más general de un análisis difundido ayer, centrado en los datos de un amplio grupo de sociedades que cotizan en la Bolsa porteña. El año pasado vendieron por 29.890 millones de pesos, 6,7 por ciento más que la facturación de 1997, y así ganaron 2589 millones, 29,9 por ciento que el año precedente, que fue particularmente propicio. En cuanto al endeudamiento financiero, hay indicadores detonantes. Uno es que la industria automotriz debe tanto como todo su patrimonio neto, más un 16 por ciento. Otro, que el sector alimentario debería invertir más de 24 años de ganancias para saldar su pasivo crediticio.

El estudio, llevado a cabo por la Fundación Capital, se basa en los datos de ventas y resultados de más de 70 empresas cotizantes en la Bolsa porteña. Esa muestra representa casi el 90 por ciento de la facturación total de las sociedades con cotización y cubre más del 90 por ciento de la capitalización bursátil para los años 1997 y 1998. Aunque es sabido que en la Argentina la Bolsa no congrega a un número demasiado significativo de compañías, la amplia disponibilidad de información sobre las firmas cotizantes las convierte en el foco de análisis que utilizan tanto los inversores externos como los locales para tomar sus decisiones.

Aquí la lista de los factores adversos que afectaron a los negocios en 1998:

* La pronunciada caída en los precios internacionales de las principales commodities (el petróleo bajó en promedio 35 por ciento, 20 por ciento los metales y 16 por ciento los granos) golpeó a las empresas de los sectores petrolero, químico, metalúrgico, siderúrgico y papelero.

* A partir del tercer trimestre se instala un escenario recesivo, con disminución de ventas en el mercado interno por debilidad de la demanda.

* También caen las exportaciones, en su caso por la pérdida de competitividad en el mercado brasileño (aun antes de la maxidevaluación del real) y a la mayor recesión esperada en ese mercado.

* El crédito se torna más escaso y caro.

Pero no todos sufren. Un conjunto de sectores, básicamente concentrados en los servicios, no fueron impactados por la crisis: electricidad, gas, telecomunicaciones, holdings y tabaco. En cuanto al endeudamiento financiero, considerando la deuda bancaria y las Obligaciones Negociables con vencimiento a corto plazo, la situación difiere marcadamente entre sectores.

En base a los números de 1998, la Fundación Capital elaboró dos indicadores. Uno de ellos señala cuántos años de ganancias (tomando como parámetro las del '98) para amortizar su endeudamiento. Estos son los resultados: Alimentos y Bebidas necesitaría más de 24 años; a los Supermercados les harían falta más de 18; el sector petrolero requeriría casi 8; Gas, casi seis y medio; Construcción y Cemento, seis años y un trimestre. Este cociente entre la deuda financiera y las utilidades anuales no pudo calcularse para los sectores automotor, papelero, químico ni para el de textil y calzado porque el año pasado no obtuvieron beneficios sino quebrantos.

El segundo indicador relaciona la deuda financiera con el patrimonio neto. Lo primero que muestra es que la industria automotriz debe más de lo que tiene: el cociente da 116,4 por ciento. Otros resultados impactantes se refieren a Textil y Calzado, cuya deuda equivale al 63,1 por ciento de su patrimonio. En el caso eléctrico el número es 61,2 por ciento, y le siguen Supermercados (43,4 por ciento), Tabaco (40,3 por ciento), Construcción y Cemento (35,3 por ciento) y Alimentos y Bebidas (33,9 por ciento).

En relación a 1999, se vaticina un magro crecimiento para los depósitos, y por lo tanto para los préstamos bancarios, lo que no ayudará a que el sector Bancos obtenga utilidades, y tampoco a la industria automotriz, a la construcción y al comercio porque todos ellos dependen del financiamiento. Seguirán con mejor estrella que los demás las empresas privatizadas de sectores como telecomunicaciones, gas y electricidad, menos expuestas a los vaivenes del mercado.

 

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