TELÉFONO
Ya eran las diez de la noche cuando sonó el teléfono en
la gobernación catamarqueña pero, en medio de la fiesta, no había nadie para atenderlo.
Un diputado provincial que pasaba levantó curioso el auricular. "Me podría
comunicar con el gobernador Castillo, de parte del ministro Corach", alcanzó a oír
entre los gritos. "Está en el balcón con su hijo, ¿quiere que le diga algo?",
contestó a mitad de camino entre la amabilidad y la ironía. "Sí, que lo llamó
Corach para reconocerle el triunfo", fue la seca respuesta. El diputado alcanzó a
escuchar el clic del corte de la comunicación, colgó el teléfono y siguió festejando.
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