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Por Carlos Rodríguez Como en un filme de suspenso, más la carga dramática que es atributo de la vida real, el FBI informó anoche que apenas pudo ser identificado uno de los dos cadáveres calcinados que fueron hallados en California, en el Parque Yosemite, donde hace más de un mes desapareció la joven cordobesa Silvina Pelosso, de 16 años. El cuerpo individualizado es el de Carole Sund (43), la madre de Julie Sund, de 15, la tercera desaparecida. El anuncio oficial, formulado a las 22 (hora argentina) por el oficial James Maddock, ratifica la hipótesis del homicidio múltiple. Raquel y José Pelosso, los padres de Silvina, siguieron la conferencia de prensa por TV desde el hotel de la localidad de Modesto donde se alojan, a una hora y media del centro de operaciones del FBI. Si ya era una agonía no encontrarla, esperar la identificación es todavía peor, declaró la mamá minutos antes de conocerse la novedad. Después, frente a la pantalla, apenas atinó a llorar, abrazada con su marido. En el caso del segundo cuerpo no fue suficiente el análisis de las piezas dentales, de manera que ahora habrá que esperar el resultado de la prueba de ADN para lograr la identificación, confirmó a Página/12 el cónsul argentino en Los Angeles, Luis María Kreckler. Estimó que esto implica que hay que esperar por lo menos una semana más para saber quién es la segunda víctima encontrada hasta el momento. Kreckler se trasladó a Modesto, para acompañar a los padres de Silvina Pelosso en la difícil instancia vivida anoche. Están muy mal en lo emocional, con permanentes subas y bajas, pero todavía conservan la esperanza. La nueva espera va a ser durísima para ellos, señaló el cónsul. El sheriff del condado de Toulumne, Dick Rogers, precisó que Carole Sund pudo ser identificada con el auxilio de la ficha odontológica de la víctima, pero ese método no fue suficiente con el segundo cadáver. Ayer, el FBI continuaba la búsqueda del tercer cuerpo, mientras se mantiene en reserva la existencia de sospechosos. James Madden, el agente especial que está al frente del caso, sostuvo que no se llegó a ninguna conclusión sobre cuántas personas pueden haber cometido el crimen. De todos modos estimó que deben haber participado por lo menos dos. Ya que nadie ha sido acusado oficialmente, no se harán comentarios sobre individuos que están siendo investigados, dijo el FBI por medio de una cinta grabada que se actualiza en forma permanente y que puede ser consultada telefónicamente. Sin embargo, por trascendidos, se han mencionado a varios sospechosos. El principal sigue siendo Billy Strange, el limpiador de pisos del hotel Cesar Lodge donde paraban Silvina Pelosso y sus amigas. Strange, de 39 años, sigue detenido. También lo estuvo Darrell Gray Stephen, de 55, un hombre con antecedentes por robo y ataque sexual. Finalmente fue liberado por falta de pruebas. Un tercer nombre apareció en las últimas horas. Se trataría de Michael Larwick, de 42 años, quien fue detenido hace unos días muy cerca del lugar donde apareció la billetera de Carole Sund. La policía trató de detenerlo por una infracción de tránsito, pero lejos de entregarse huyó. Tras una corta persecución, el auto de Larwick se estrelló contra un árbol, pero él se bajó y pudo refugiarse en una casa deshabitada, donde estuvo 12 horas antes de su rendición. Larwick tiene antecedentes por posesión de drogas, asalto y un intento de homicidio. Los investigadores están realizando un rastreo espiral tomando como punto de partida el lugar donde fue encontrado el automóvil. El cónsul en Los Angeles, Luis María Kreckler, explicó que se hace un recorrido en forma de espiral hasta cubrir un área de 40 millas aproximadamente. En las cercanías del auto rojo se habrían encontrado fotografías de las tres mujeres, aparentemente tomadas por ellas mismas durante el viaje que estaban realizando. Para el FBI fueron pruebas importantes que permiten saber dónde estuvieron en los últimos días. Raquel, la mamá de Silvina Pelosso, comentó a los periodistas que a las tres se las veía muyfelices. A pesar del inmenso dolor, dijo que esas instantáneas demostraban que por lo menos habían estado disfrutando hasta ese momento.
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