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Por Raúl Kollmann  Los dirigentes de la
Alianza pueden lanzar un suspiro de alivio. La decisión del Supremo Tribunal que
desarticuló el plebiscito parece haberlos salvado de una situación más que difícil:
sólo un 40 por ciento de las personas estaban dispuestas a ir a votar el domingo, pero la
experiencia indica que al final, en la realidad, terminan concurriendo a las urnas la
mitad, es decir el 20 por ciento. Eso sí, casi todos los que iban a ir a votar están
contra la re-reelección.Las conclusiones surgen de una encuesta exclusiva realizada para Página/12 por la consultora Sofrés–Ibope, que conduce Enrique Zuleta Puceiro. El sondeo se hizo en forma telefónica a lo largo de toda la jornada de ayer y en total se encuestaron 300 personas, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. “La base de lo que dice la gente es el rechazo a la ofensiva de Menem por la re-reelección –explica Zuleta Puceiro–. Muchos encuestados dijeron que iban a ir a votar sólo para hacerle la contra al Presidente. En paralelo, el grado de movilización es nulo. Era muy probable que al final la concurrencia a votar fuera muy baja. En la encuesta, la gente quería dejar en claro su oposición al primer mandatario y nada más.” En general, los sondeos de opinión han mostrado que De la Rúa tiene gran ascendiente entre las mujeres, algo que se vuelve a confirmar en esta encuesta. Son ellas las que mayoritariamente dicen que van a ir a votar. Tomando la totalidad de los consultados, hay un 43% de las personas que estaban de acuerdo con la consulta y un 45% que están en contra. La cuestión de la asistencia a votar –cuando el sufragio no es obligatorio– ha sido estudiada en los últimos años, básicamente por las sucesivas internas abiertas que se realizaron. La corta experiencia indica que suele ir a votar más o menos la mitad de los previstos en las encuestas. Los que afirman que seguro concurrirán a las urnas, terminan no yendo, sobre todo en el caso de los jóvenes. Lo que se nota en la gente es una enorme confusión. Hay un 20% de los consultados que afirman que la consulta favorece a Menem, un 40 % dice que lo perjudica y el resto no sabe. Según el sondeo, otro que iba a ser beneficiado por la consulta es Duhalde y también la Alianza en su conjunto como opción electoral. Con este cuadro de situación, el plebiscito amenazaba con producir un resultado más que adverso para la fórmula De la Rúa–Alvarez. “Una concurrencia a votar del 20 % significaban 600.000 personas. Era una gran cantidad que demostraría el rechazo a Menem”, le argumentó a Página/12 uno de los más conocidos dirigentes radicales. En la Casa Rosada respondían ayer de esta manera: “Es indudable que si votaba el 20 %, significaba que el 80% les dio la espalda. Era una derrota impresionante para la Alianza y por eso se las arreglaron para suspender la consulta”. Zuleta sostiene que “se llegó a esta situación porque se está imponiendo en la política el estilo de Menem, el estilo del poker o del quiero retruco. La Alianza juega ese juego, pretende mostrar una enorme firmeza y termina exponiéndose a resultados más que peligrosos, como los que hubieran surgido de esa consulta popular. Por otra parte, el otro riesgo presente era el organizativo. En 72 horas iba a ser imposible la preparación de la logística necesaria para tener presidentes de mesa, urnas, procesamiento de datos, padrones, custodia adecuada”.
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