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Por Victoria Ginzberg El Colegio Médico del Distrito V de la Provincia de Buenos Aires le renovó la matrícula al mayor médico Norberto Atilio Bianco, quien fue partícipe del plan sistemático para apropiarse de los hijos de los desaparecidos durante la última dictadura militar y que, además, robó dos bebés que anotó como propios. El traumatólogo pidió también ser aceptado como miembro de la Asociación Médica de General Sarmiento, cosa que necesita para poder cobrarle a las obras sociales. Esta entidad recibió la semana pasada a representantes de Abuelas de Plaza de Mayo, quienes expusieron los antecedentes de Bianco. La Comisión Directiva todavía está pensando qué hacer. A fines de noviembre del año pasado Bianco tramitó la renovación de su matrícula médica de número 51.309 en el Colegio Médico del distrito V, en Luján. Luego concurrió a la Asociación Médica de General Sarmiento para inscribirse como aspirante a socio de esa institución. Allí cumplió con los trámites necesarios y hasta fue recomendado por cuatro colegas. Constituye una violación patente de la ética médica, así como un delito con arreglo a los instrumentos internacionales aplicables, la participación activa o pasiva del personal de salud, en particular de los médicos en actos que constituyen participación o complicidad en torturas u otros tratos crueles, inhumanos o denigrantes, incitación a ello o intento a cometerlo, dice el artículo 3º del Código de Etica Médica de la Provincia. Bianco fue uno de los responsables de la maternidad clandestina que funcionó el pabellón de Epidemiología del Hospital Militar de Campo de Mayo. Por testimonios de sobrevivientes, enfermeras y obstetras se sabe que fue miembro activo de un grupo de tareas del Ejército y que llevaba personalmente a las parturientas desde el lugar de detención llamado El Campito al pabellón donde daban a luz. En 1985 las Abuelas denunciaron que Bianco había anotado como propios a dos hijos de desaparecidos. Una vez descubierto, el médico se fugó con su familia a Paraguay. Fue extraditado recién en 1997. El militar espera sentencia. Alcira Ríos la abogada de las Abuelas y Abel Madariaga, querellante, pidieron que sea condenado a veinte años. El juez Roberto Marquevich sigue acumulando pruebas. Por esta causa fue detenido el dictador Jorge Rafael Videla, luego de que el médico Julio César Caserotto admitiera que había órdenes verbales y escritas del Comando en jefe acerca de las embarazadas y los partos clandestinos. Pese a sus antecedentes y a la letra del Código de Etica, Bianco no tuvo problemas para tramitar su matrícula. La diputada provincial del Frepaso Graciela Podestá presentó un proyecto para que la Cámara de Diputados de la provincia declare que vería con agrado que el Colegio revea esa resolución. ¿La conducción del Colegio Médico del Distrito V desconoce el sentimiento y la voluntad política de la comunidad internacional respecto de la sanción de los crímenes contra la humanidad? ¿Desconoce el sufrimiento de miles de madres que han perdido sus hijos en manos de profesionales de la muerte?, se preguntó la diputada. Las autoridades del Colegio argumentaron que si un médico no está sumariado o tiene una sanción administrativa corresponde otorgarle la matrícula. Sin embargo, la misma institución puede decidir la apertura de sumarios. El sábado pasado, en una reunión de consejeros se discutió el tema Bianco por más de dos horas. Se decidió no iniciar ninguna acción de forma orgánica. Pero los consejeros Oscar Castillo, Osvaldo Biondini, y Esther Di Rago presentaron la denuncia. La pena máxima con que el Colegio puede sancionar a Bianco es de 6 meses de inhabilitación. Pero el juez Marquevich, cuando dicte la sentencia, podría quitarle la matrícula de por vida. Por ahora es la Asociación Médica quien puede coartarle la posibilidad de ejercer la profesión a este traumatólogo. Los médicos Raúl Fuentes y Domingo Grande, presidente y secretario general de esa entidad se reunieron el miércoles 17 de marzo al mediodía con representantes de Abuelas de Plaza de Mayo, quienes se enteraron del tema a través del periódico local La Hoja. Los médicos recibieron documentación acerca de los bebés desaparecidos y sobre el rol de Bianco en el plan sistemático ideado por los militares para apropiárselos. Tres horas después, tuvieron una entrevista con Bianco. Le dijimos que íbamos a tomarnos un tiempo para decidir si era aceptado o no, porque teníamos que revisar los documentos. El argumentó que había cumplido con todas las exigencias de la justicia e hizo un alegato acerca de que necesitaba trabajar, relató Grande a Página/12. No se trata sólo de lo que le digamos a él si no, lo que le digamos a las Abuelas, a los medios, a la sociedad, aceptó Fuentes. Mientras tanto, la Asociación sigue pensando si va a aceptar o no al represor como uno de los suyos.
PIDEN UNA CITACION PARA ETCHECOLATZ Y BERGES Por A.M.
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