La OTAN se
prepara para bombardear directamente al ejército yugoslavo. Hasta ahora la ofensiva
estuvo limitada a estructuras militares e instalaciones antiaéreas. Pero ayer el
comandante de la OTAN en Europa, Wesley Clark, afirmó que es parte de nuestros
planes comenzar a atacar a las fuerzas móviles del ejército serbio: es decir, a
sus soldados. Por lo pronto la OTAN abandonó sus tácticas nocturnas, y atacó en plena
luz del día objetivos cerca de varias ciudades yugoslavas con la usual combinación de
misiles de crucero y cazabombarderos. Los bombardeos continuaron durante la noche, y
terminaron a la una. La sensación de urgencia de la OTAN proviene en parte de los
informes que se filtran desde Kosovo sobre las masacres que los serbios están perpetrando
allí. Al mismo tiempo, el contraataque de Yugoslavia es cada día más temerario. Varios
soldados cruzaron la frontera con Albania y aterrorizaron a los locales. Dos aviones
yugoslavos intentaron bombardear a las tropas de la OTAN en Bosnia, pero fueron abatidos
en el espacio aéreo bosnio antes de que pudieran disparar.
A sólo el tercer día de la ofensiva con la que debutó la OTAN en sus 50 años de
historia, el plan ya está dando signos de estar saliéndose del esquema inicial que se
había trazado. El plan de acción contemplaba atenerse en los primeros días a la
fase uno de ataques contra las instalaciones antiaéreas yugoslavas, pero
ahora la OTAN pasaría de facto a la fase dos: ataques directos contra
cuarteles serbios. Nos concentramos en las fuerzas que están siendo reunidas para
ser utilizadas contra los albano-kosovares, afirmó ayer el portavoz del Pentágono
Kenneth Bacon sobre los ataques que se realizaron desde el jueves. Aunque el general Clark
admitió que anteayer se habían atacado algunos objetivos del ejército serbio, precisó
que había otros blancos militares que la OTAN atacaría si Milosevic no cede
a sus demandas. Se trata probablemente de las columnas móviles del ejército serbio en
Kosovo, que son responsabilizadas por diversos organismos internacionales de cometer
varias matanzas en el curso de una aparente limpieza étnica en Kosovo que
avanza sin pausa.
El premier británico Tony Blair habló ayer por televisión de mujeres humilladas,
jóvenes masacrados sólo por ser albaneses por la maquinaría asesina de los
serbios. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, Martin
Erdmann, demandó ayer la creación de un tribunal de derechos humanos para juzgarlos, en
tanto que el secretario general de la OTAN, Javier Solana, afirmó que querría
debilitar (a las columnas móviles) desde que se veía en las últimas
informaciones a familias enteras sacadas de sus casas por la policía serbia. El
ministro británico de Defensa, George Robertson, reaccionó animadamente y advirtió a
Milosevic de que destruiremos cada día un pedazo de su ejército si no detiene su
agresión genocida.
Los bombarderos de la OTAN cumplieron ayer una parte de la promesa. Despegando de
aeródromos en Italia, Gran Bretaña y (en el caso de los gigantescos bombarderos B-2) de
Estados Unidos, los aviones de la OTAN realizaron violentos ataques contra las
instalaciones militares del ejército serbio a partir de las 13.00 hora local. La radio
yugoslava StudioB detalló cuatro localidades en la periferia de Belgrado sometidas
a bombardeos. La incursión aérea estuvo acompañada por una andanada de misiles cruceros
desde los destructores norteamericanos USS Gonzalez y USS Phillipine Sea, y por el
submarino nuclear británico HMS Splendid.
Mientras se ejecutaba este ataque, los voceros de la OTAN dieron el parte de guerra acerca
de los resultados del bombardeo del jueves, que fueron dirigidos por primera vez contra
instalaciones del ejército serbio. Según el portavoz de la Alianza Jamie Shea, hasta
ayer la OTAN voló 400 misiones contra 50 blancos yugoslavos, sin contar los ataques que
se montaron a la noche. Se reportaron varias explosiones muy fuertes -algunas exhibidas
ayer por la BBC británica de varios depósitos de explosivos en los alrededores de
la capital kosovar Pristina, la capitalyugoslava (y serbia) Belgrado, y la ciudad serbia
de Nis. La OTAN afirmó que uno de sus misiles hizo impacto en un cuartel de las fuerzas
especiales serbias encargadas de la represión y limpieza étnica en Kosovo.
Además, la OTAN difundió ayer los resultados de las primeras dos olas de ataque. Según
la OTAN, se han destruido dos centros de comando y control de los yugoslavos, se han
causado daños importantes a un depósito de explosivos en Pristina; cuarteles
de la policía y el ejército serbio en Pristina, Urosevac, Prizem y Danivolgrad, en
Montenegro. Asimismo, los aeropuertos de Batajnica, Padgorique y Ponikve fueron dañados.
La composición de estos ataques (defensas antiaéreas y cuarteles) evidencia las
limitaciones con las que se maneja por ahora la OTAN.
Por lo pronto, las intenciones de los serbios siguen siendo un enigma. Informes oficiales
albaneses afirmaron ayer que los serbios están apostados a sólo metros de su frontera,
de donde montan pequeñas incursiones, y que ya han matado a un jefe de policía que
inspeccionaba la zona, pero los informes no fueron confirmados por la OTAN. Además de ser
una provocación, estas acciones arriesgan una intervención más dura de la OTAN. En
términos estratégicos su ataque contra las tropas de la OTAN en Bosnia es aún más
ilógico. Serbia no ha mencionado este ataque en sus partes de guerra, y un ataque
realizado por dos cazabombarderos Mig-29 nunca podía tener demasiadas esperanzas de
atravesar uno de los espacios aéreos más vigilados de Europa.
Seis claves en el conflicto balcánico
Por Alfredo Grieco y Bavio
* El escenario Primera Guerra Mundial. La actividad de la guerrilla
albanokosovar que desde 1995 buscó la independencia de la provincia yugoslava de
Kosovo y las consiguientes limpiezas étnicas que emprendieron entonces serbios que no han
demostrado hasta ahora ninguna repugnancia a realizarlas, constituyen una prueba de la
constancia de problemas en los Balcanes. Problemas que no han sabido resolverse desde 1914
y que no terminaron con los acuerdos de paz de Dayton que en 1995 pusieron fin a la guerra
de Bosnia. La Primera Guerra Mundial se desencadenó en 1914 en Sarajevo, Bosnia, cuando
un estudiante serbio mató a Fernando, archiduque del Imperio Austrohúngaro. La
referencia no es gratuita: el paneslavismo ruso y su alianza militar con Serbia siguen tan
vigentes como entonces, a lo que se une el lazo del gas subsidiado que vende Rusia a
Belgrado. Y más allá de los vínculos comunitaristas (raza, grupo lingüístico y
religión), que pueden parecer los más fuertes en una era de fundamentalismos
victoriosos, la Rusia de Yeltsin persigue los mismos enclaves geopolíticos y económicos
que la Rusia zarista, fundamentalmente puertos en el Mediterráneo.
* Los ejes de la Guerra Mundial. Un funcionario serbio dijo que es la
guerra de la Cristiandad contra el Islam. La interpretación tiene en cuenta una historia
milenaria, y no es inadecuada. Los serbios son cristianos ortodoxos, los
albanokosovares son musulmanes. La Liga Islámica Mundial, con sede en La Meca,
aplaudió el ataque de la OTAN y pidió que siguiera hasta el fin. La máxima autoridad
católica, el Papa Juan Pablo II, con sede en el Vaticano, pidió que los ataques cesen.
Los aliados inmediatos de los albanokosovares son Albania, los albaneses de
Macedonia, Bosnia, Turquía: todos musulmanes. Los aliados tradicionales de Serbia son
Rusia, Grecia, Bulgaria: todos cristianos ortodoxos. A lo largo de esta oposición, el
conflicto puede servir para recalentar guerras locales apagadas: Grecia y Turquía por
Chipre, o Yugoslavia, Albania, Grecia, y Bulgaria, que quieren repartirse Macedonia. Por
fuera de esta oposición, los países modernos y laicos de la
OTAN, Croacia y Eslovenia quieren neutralizar el supremacismo serbio de Milosevic en
Yugoslavia y su voluntad expansionista de una Gran Serbia.
* El frente interno en Serbia. En 1989, cuando quitó la autonomía a Kosovo,
Milosevic anunció que Serbia estaba en la vigilia de nuevas batallas.
Milosevic fue el modelo, después imitado en toda Europa del Este, del comunista
convertido en nacionalista virulento. En la República de Serbia, dominada por el
desempleo, la inflación, una balanza comercial deficitaria a la que se suman las
sanciones económicas por la guerra de Bosnia y por Kosovo, la resistencia a la OTAN es un
medio seguro de obtener apoyo popular, silenciar a la oposición y retener el monopolio de
la información y el apoyo de las mafias que dominan la economía.
* El secesionismo de Montenegro. El gobierno de Montenegro, la otra república que
junto con Serbia forma la Federación Yugoslava, se negó a reconocer el estado de
emergencia decretado por Milosevic ante la operación atlantista. Esto le ganó la
declaración de zona protegida por parte de la OTAN, a pesar de que
bombardeará objetivos militares (del ejército federal yugoslavo) en la República.
Estados Unidos pensó directamente que el presidente montenegrino Milo Djiukanovic podía
ser una alternativa a Milosevic en el vértice del poder federal. Los bombardeos sobre
Serbia podrán favorecer el movimiento independentista en Montenegro, pero la República
es un interés vital para Belgrado porque la flota yugoslava está en los puertos
montenegrinos: Milosevic no se resignará a perderlo.
* Voivodina, un Kosovo en el norte de Serbia. En el norte de Serbia está la
provincia de Voivodina. Como a Kosovo, Tito el líder croata de la Yugoslavia
socialista de la posguerra le amplió a Voivodina la autonomía en la Constitución
de 1974. Y como a Kosovo, Milosevic se la quitó en1989. En Voivodina viven cerca de dos
millones de húngaros étnicos, agricultores prósperos, que siguen con simpatía las
pretensiones de los dos millones de albanokosovares que forman el 90 por ciento de
la provincia de Kosovo, y con horror las masacres de represalia de los serbios. Esto está
en la base de los reparos que Hungría, flamante miembro de la OTAN, opuso a esta primera
operación conjunta atlantista.
* ¿Comenzó la agonía de la República Federativa de Yugoslavia? Sobre el fondo de
la guerra de Kosovo, quedan así las cuestiones de Montenegro y de Voivodina. Pero el
resto de Serbia dista de ser tan étnicamente uniforme como le gusta proclamar al gobierno
nacionalista de Belgrado. Un mosaico musulmán forma el anillo que atraviesa la República
y une a Albania con la Bosnia musulmana. Si la guerra de Kosovo reúne a los serbios en
torno del ideario nacionalista, puede también servir como fuerza centrífuga imparable
para todos los que no entren en la definición étnica. |
La limpieza étnica avanza Se informó ayer de soldados serbios fuera de control ayer en Pristina, la
capital de Kosovo, tirando bombas dentro las casas y patios de miembros de la etnia
albanesa, quemando pueblos, y llevando a cabo ejecuciones sumarias. Cuando la OTAN lanzó
su primer ataque diurno contra objetivos en los alrededores de Pristina y Belgrado, la ONU
afirmó que se habían cumplido sus temores. Esto es exactamente lo que pensábamos
podía ocurrir: que una vez que comenzara el bombardeo Kosovo pasaría a regirse por la
ley de la jungla, declaró una portavoz del Alto Comisionado para los Refugiados
(ACNUR).
Personal del ACNUR afirmó que 174 albanokosovares fueron echados de la aldea de
Goden, en Kosovo. Los soldados serbios atacaron su aldea, congregaron a sus habitantes en
frente de la escuela pública, y quemaron la escuela y toda la aldea. Entonces separaron a
los hombres de sus familias y ejecutaron a 20 de ellos, según informó Kirs Janowsky, un
miembro de la ACNUR, a periodistas en Ginebra. Las autoridades albanesas difundieron la
misma información, agregando que las víctimas fueron el director de la escuela local y
varios maestros de aldeas locales.
Más de 300 de los prisioneros más duros de las cárceles serbias se dice que
fueron liberados para engrosar las filas de los paramilitares. Los militares y los
paramilitares están entrando en las casas y matando indiscriminadamente a los
residentes, declaró un trabajador social local. En el medio de la masacre en
Pristina, se hallaron sin vida los cuerpos de Bajram Kilmendi, un prominente abogado
kosovar de derechos humanos, y sus dos hijos. Esto fue sólo horas después de que
Jonathan Steele, del Guardian, informara que habían sido detenidos por la policía
serbia. |
UN ABANICO DE ALIADOS PARA SERBIA
Amigos íntimos y no tan
Rusia
pidió ayer al representante de la OTAN Alexei Shajtajtinski que abandone el territorio
del país, formalizando la ruptura de sus relaciones con la Alianza Atlántica tras el
bombardeo a Serbia. También suspendió su colaboración con EE.UU. sobre la llamada falla
informática del milenio, y presentó -pero perdió- un proyecto de resolución al Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas para que cesen los bombardeos. Sin embargo, el abanico
de disidentes respecto a las acciones empezaba a ampliarse ayer, con Italia, Grecia y el
Vaticano reclamando un espacio de negociación. estas fueron las principales
declaraciones:
u Rusia: El canciller Ivan Ivanov denunció que en los primeros días de bombardeo
murieron más de 100 personas y 400 resultaron heridas. Ivanov habló de un doble crimen:
La agresión contra un Estado soberano y un genocidio indisimulado contra los
pueblos de Yugoslavia. Mientras tanto, una mayoría de 12 naciones entre las
que estaba Argentina rechazó el cese del fuego pedido por Rusia en la ONU, que fue
apoyado sólo por China y Namibia.
u Italia: El Parlamento italiano pidió el cese de los ataques por 318 votos de
centroizquierda contra 188 de la oposición de derecha.
u Grecia: El portavoz Yannis Nicoalu dijo que los bombardeos deben parar. Es hora de
regresar a las discusiones para encontrar una solución política para Kosovo.
u Vaticano: El Papa Juan Pablo II pidió que callen las armas y se restablezca el
diálogo . El diario La Repubblica de Roma informa de una ofensiva diplomática
vaticana, y dice que los embajadores de la Santa Sede en Estados Unidos, Europa y Serbia
están sondeando posibilidades de negociación.
Cuando huir de Kosovo es lo único que
queda
El testimonio directo de los
albano-kosovares que pudieron fugarse a Macedonia y escapar de las represalias serbias en
Kosovo.
Manifestantes serbios queman banderas y
protestan ante la embajada norteamericana en Macedonia.
Los serbios compararon los ataques de la OTAN con las agresiones de Hitler en la última
guerra mundial. |
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Por John Sweeny desde Blace*
Debajo de montañas
brillantes como hueso pulido, el camino a Kosovo corre hacia el norte, primero a través
de la frontera yugoslava, luego a lo largo de una hilera de álamos, de un lindo pueblito
llamado Seqishte, de una mezquita con su cúpula brillante, pasando por las torres y las
chimeneas de una fábrica de cemento, hasta terminar en una línea de nieve. El camino, el
pueblo, la mezquita, la fábrica, todos tienen una única cualidad en común: el silencio.
De pronto, un sucio Mercedes blanco aparece por el camino y se detiene en el puesto de
frontera.
Le lleva una hora al Mercedes cumplir con las formalidades, y luego se detiene frente a
nosotros. La cara del conductor está tallada de tensión contenida. Tres chicos jóvenes
saltan y sus tíos, dos hombres fuertes que no pueden dejar de llorar, los abrazan. El
conductor sale del auto y se para bajo el sol. Uno puede ver la forma en que curva la
espalda y cierra los ojos y sacude suavemente su cabeza que ha estado en una especie de
infierno en la tierra y ahora salió. Su alivio es indescriptible. Su nombre es Shaqir
Dullovi y pudo salir de Ferizaj con sus tres hijos de ocho, doce y trece años, su mujer y
su madre. Sus primeras palabras son terribles para escuchar: Catástrofe,
catástrofe, catástrofe. Si no se hace algo, habrá una enorme masacre.
Primero nos cuenta detalles de su viaje. Tuvo que pagar 100 marcos alemanes a un soldado
serbio en un puesto de control privado, cinco millas antes de la frontera y
temía tener que hacer lo mismo en la frontera. Pero la policía serbia fronteriza se
portó correctamente. Lentamente, confusamente, surgieron los detalles: Cuando los
ataques de la OTAN comenzaron, todos los serbios fueron a los bunkers. Los albaneses se
quedaron en sus casas. Pero después que el desconcierto del primer bombardeo pasó,
el ánimo cambió. Recuerda cómo los soldados serbios y los civiles armados iban por la
ciudad a la noche, aterrorizando a albaneses, disparando y quemando. Vinieron a mi
casa a las 11pm, pero mi vecino, un serbio pero un buen hombre, dijo: Tienen niños
ahí, déjenlos. No toquen a los chicos. Y se fueron. Solloza ante el recuerdo
de la amenaza a su familia y de la intervención del buen serbio y se compone: Han
quemado el hogar de Sania Aliu. Ella es una importante figura en la Liga
Democrática de Kosovo, el partido de Ibrahim Rugova, en Ferizaj.
Aliu es una política moderada cuya tarea era hablar con los monitores del cese de fuego
en la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, que luego negociaría con
los comandantes de la policía serbia. Los monitores de la OSCE huyeron de Kosovo y están
descansando en la relativa seguridad de la capital de Macedonia. ¿Está
muerta?, preguntamos. No lo sé. Sólo vimos que su casa se quemaba.
¿La ciudad estaba vacía? No, estaba llena de gente. Vinieron de todos lados,
porque está cerca de la frontera. Pero todos están atrapados en la ciudad, todos están
muy asustados de mostrar sus rostros. ¿Tiene familia todavía ahí?
No lo sé, no lo sé, no lo sé. Y luego repite tan suavemente que casi no
escuchamos, Catástrofe, catástrofe, catástrofe.
Otro automóvil cruzó la frontera y se nos une. El nombre del conductor es Rasim Mehmeti,
un robusto albano-kosovar vestido con un saco de cuero negro que aspira un cigarrillo
mientras habla con nosotros desde detrás del volante. Manejó desde su ciudad natal de
Ferizaj, a unas 20 millas de la frontera. Los tanques están en el medio de la
ciudad. Todos tienen miedo de salir de sus casas. Los serbios destruyeron todos los
negocios albaneses sobre la avenida Mariscal Tito, en el centro de la ciudad. Todos tienen
miedo de abandonar sus casas. Su Audi está lleno con cuatro chicos, su mujer y una
anciana. Los motores de un bombardero rasgan el cielo pero vuela tan alto que es imposible
de ver contra el cielo azul y frío. Uno de los nuestros. La voz de Rasim se apaga,
mientras suspira, imposibilitado de describir el desastre humanitario que está sucediendo
en Kosovo: disparos en la noche, adolescentes serbios armados, el terror mudo de los
albaneses, el susurro de masacres no contadas. Esperamos toda la mañana, pero ningún
otro auto rompe el silencio de la ruta del norte. Tomamos un camino lateral paralelo a la
frontera y pasamos por un puesto del ejército macedónico, rodeado de alambre de púas, y
trepamos a un pequeño pueblo que mira la silenciosa ruta. La perspectiva se abre y vemos,
mucho más cerca, las chimeneas de la fábrica de cemento. El campesino nos advierte que
seamos silenciosos y nos señala un punto a unos cientos de metros. El soldado serbio, en
el uniforme azul de la policía militar, está sentado sobre un risco, mirando la
frontera, acunando su Kalashnikov en sus brazos. El enemigo parece bastante
relajado, bombas de la OTAN o no.
*En la frontera de Kosovo (Yugoslavia) con Macedonia.
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