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Por Felipe Yapur El Tren de la Esperanza y la Victoria llegó a la estación Retiro con Eduardo Duhalde y Ramón Ortega luego de recorrer siete provincias en seis días, y desde allí anunciaron que son la fórmula ganadora del justicialismo y prometieron que los que reclaman trabajo lo tendrán. Después de sumarse en el último tramo del trayecto, Carlos Ruckauf dijo que la cúpula del peronismo, en una obvia referencia al presidente Carlos Menem, tiene que reconocer que estos compañeros son los que nos representarán porque lo pide la gente. Ruckauf fue el encargado de inaugurar la lista de oradores e inmediatamente el binomio presidencial repitió su discurso a dos voces. Marcando sus diferencias con el menemismo, el dueto reclamó trabajo y justicia social. Duhalde volvió a hablar del nuevo modelo para los argentinos. Ambos juraron cuidar la economía pero aclararon que lo harán con estabilidad y justicia social. Según los organizadores, más 45 mil personas esperaron a los precandidatos justicialistas. Desde un escenario montado frente a la terminal del Ferrocarril Mitre, el binomio fue acompañado por el precandidato a jefe de Gobierno porteño, Jorge Argüello, la fórmula duhaldista bonaerense Ruckauf y Felipe Solá, además de Hilda Chiche Duhalde y Evangelina Salazar. El convoy recorrió ayer la etapa Rosario-Buenos Aires, última del extenso recorrido, y fue el día en donde el aparato partidario que maneja el gobernador bonaerense hizo su aparición. Colectivos, afiches, pancartas, grandes carteles y cientos de remeras con la frase Duhalde Presidente poblaron las estaciones de la provincia. Con el arribo del convoy a San Nicolás comenzaron a llegar los invitados especiales. Uno de los primeros fue el ministro de Gobierno José María Díaz Bancalari, pero también llegó el presidente de la Nación, eso sí, el presidente en ejercicio Carlos Ruckauf. Este último llegó acompañado del segundo en la fórmula provincial, Felipe Solá, y aprovecharon cada parada para saludar a sus electores. Fue tanta la excitación de los precandidatos a gobernador y presidente que durante el paso por la localidad bonaerense de San Pedro tuvieron que reaccionar rápidamente ante la aparición de unas ramas que los obligaron a sentarse en el piso húmedo del vagón-escenario. Ninguno se lesionó y los colaboradores, con marcado aire jocoso, dijeron que el árbol, sin duda, responde al menemismo. Pasado el susto y ya en Campana, el convoy se conmovió por el arribo de las esposas de los candidatos, Hilda González de Duhalde y Evangelina Salazar. Los guardias de seguridad se pusieron nerviosos cuando les informaron que las damas saldrían al vagón-escenario. Lo hicieron cuando el convoy llegó a tierras de Luis Patti, el partido de Escobar. Evangelina vestía un tailleur azul y Chiche Duhalde, en cambio, prefirió unos pantalones negros y un piloto tipo capa de color rojo. Ambas mujeres saludaron permanentemente, Evangelina no se quedó atrás y envió besos con su dedo índice derecho, que apoyaba suavemente sobre sus labios para enviarles el presente a los que estaban a la vera de la vía. Evangelina sorprendió a propios y extraños saludando al público con sus dedos en ve. El comentario de los duhaldistas que hicieron el último tramo del trayecto fue que el gobernador bonaerense también tiene su piloto de carreras de autos como candidato. Todos se referían a Luis Di Palma, candidato a intendente de Arrecifes, quien acompañó a la formación piloteando, de manera temeraria, su helicóptero, al que le ha pintado en el fuselaje con la leyenda Duhalde-Ortega. La maniobra del Loco Di Palma, como le dicen sus fanáticos en el Turismo Carretera, que provocó los más diversos comentarios, fue cuando llegó a colocar el helicóptero sobre el techo de uno de los vagones mientras el convoy viajaba a más de 70 kilómetros por hora.
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