Por Stephen Bates, Ian Black y James Meek desde
Bruselas, Londres y Moscú
La OTAN se embarcó ayer
en la segunda etapa de su ofensiva de bombardeos contra Yugoslavia, apuntando directamente
a las tropas y policías serbios que Estados Unidos y Gran Bretaña acusan de cometer
genocidio en Kosovo y crear en Europa la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra
Mundial. En el quinto día de la Operación Fuerza Aliada, el presidente Bill Clinton se
comprometió a continuar los ataques aéreos pese al derribamiento de un bombardero
Stealth supuestamente invulnerable el primer retroceso militar de los aliados.
Gran Bretaña anunció que estaba asignando 12 aviones de combate adicionales a una
campaña que afirmó que ayudaría a parar las atrocidades en marcha contra los albaneses
étnicos. Pero mientras más aviones despegaban anoche de sus bases en Italia, todavía no
había signos públicos de una disposición a enviar las tropas terrestres de la OTAN que
muchos analistas militares insisten en que tendrán que ser usadas para detener los
asesinatos, los saqueos y los incendios de casas.
En Belgrado, golpeada por bombas aliadas en horas tempranas de la mañana, el presidente
Slobodan Milosevic mantuvo su actitud de desafío. Los diplomáticos atisbaron un destello
de esperanza en una iniciativa rusa para persuadirlo a que acepte un acuerdo político
para su rebelde provincia sureña. El presidente francés, Jacques Chirac, habría urgido
al primer ministro ruso Yevgeny Primakov a viajar a Belgrado para pedir personalmente a
Milosevic que actúe para resolver la crisis de Kosovo. El embajador yugoslavo en Rusia
dijo que el presidente Boris Yeltsin también podría participar personalmente en las
negociaciones. Pero en los países de la Alianza Atlántica, los líderes políticos
escalaron su retórica contra el líder yugoslavo. Estamos enfrentando a un régimen
que se propone consumar un genocidio. Estos ataques aéreos tienen un solo objetivo:
detener la violencia genocida dijo el ministro de Defensa británico, George
Robertson. Vamos a golpearlos duro... vamos a atacar duramente su capacidad de
librar esta campaña asesina. Rudolf Scharping, ministro de Defensa alemán,
advirtió por su parte: Aquí está empezando un genocidio. Pero el
vicepremier yugoslavo, Vuk Draskovic, negó que su país estuviera ejecutando un programa
deliberado de limpieza étnica.
La OTAN advirtió que los tanques, blindados, artillería y tropas de Serbia serían
atacados si se los detectaba al sur del paralelo 44, 95 kilómetros al sur de Belgrado.
Aeronaves rompetanques A-10 Thunderbolt de Estados Unidos, así como Tornados y Harriers
de la Real Fuerza Aérea británica serán empleados en estas misiones de baja altitud. El
sábado por la noche, dos andanadas de 66 aviones atacaron 17 blancos yugoslavos. Ayer por
la tarde se escucharon explosiones en Pristina y las sirenas sonaron en Montenegro. La
agencia Kosovapreee, del Ejército de Liberación del Kosovo, afirmó que la aviación de
la OTAN había atacado una columna del Ejército yugoslavo en Malisevo, al oeste de la
capital pristina, destruyendo cuatro tanques. Un oficial de la OTAN no pudo confirmar la
versión, pero dijo que era enteramente posible ya que la aviación aliada
había empezado a atacar tropas de tierra. Kosovapress no dio cifras de bajas humanas.
Alertando de una carrera contra reloj, la OTAN informó que medio millón de refugiados
había cruzado la frontera hacia las vecinas Macedonia y Albania, el equivalente a un
cuarto de la población kosovar, con fugitivos que llegaron hasta 50.000 por día
recientemente y al menos 10.000 más en camino, Jamie Shea, vocero en jefe de la OTAN,
afirmó que debemos darnos cuenta de que estamos al borde de una catástrofe
humanitaria mayor, del tipo que no se ve en Europa desde los tramos finales de la Segunda
Guerra Mundial. La mayoría de los refugiados son mujeres y niños. ¿Qué está pasando
con los hombres de entre 16 y 60 años? Esa es la gran pregunta. Shea agregó que
las pruebas de atrocidades serían reunidas y enviadas al Tribunal de Crímenes de Guerra
en La Haya. Javier Solana, secretario general de la OTAN, dijo que en este momento la
Alianza no planeaba enviar tropas de tierra a Kosovo, pero no descartó esa opción,
afirmando que no sé cómo se desarrollarán los acontecimientos.
Las reverberaciones de la crisis siguieron en Rusia, donde la policía impidió un ataque
misilístico contra la embajada norteamericana en Moscú, abriendo fuego contra un hombre
en ropa de camuflaje que salía de un auto sosteniendo un lanzamisil portátil. La
policía disparó, obligándolo a replegarse dentro del automóvil, que arrancó
rápidamente mientras un tirador que se encontraba en él hacía caer sobre la embajada
una lluvia de balas. Posteriormente, tres hombres fueron arrestados. La embajada ha sido
escenario de protestas por miles de manifestantes desde que empezaron los ataques aéreos
de la OTAN.
En un signo positivo, un trío de ex ministros, incluyendo al ex premier Yegor Gaidar,
salió rumbo a Belgrado en un intento de mediar entre Milosevic y Occidente. Yeltsin
envió un mensaje expresando el apoyo del liderazgo ruso al pueblo de
Yugoslavia y condenando ásperamente las acciones de la OTAN. El canciller Igor
Ivanov intentó seguir un camino delicado y ambivalente el sábado ante una furiosa Duma
del Estado, rehusándose a descartar un levantamiento unilateral de las sanciones contra
Yugoslavia, pero desaconsejando aventuras militares y una confrontación
abierta con Occidente.
Desde Kosovo mismo llegaron más informes escalofriantes en el sentido de que las fuerzas
serbias están librando una guerra de tierra arrasada contra los albaneses
étnicos que forman un 90 por ciento de la población. Tres cadáveres fueron hallados en
Dardania, un barrio de Pristina, y se informó de un nuevo éxodo desde la localidad
sudoccidental de Djakovica. Una mezcla de paramilitares y policías militares
serbios llegó temprano a la mañana a nuestra casa a decirnos que teníamos que irnos a
Albania relató por teléfono un residente de 70 años. Nos fuimos, pero
perdimos a nuestro hijo adolescente y nuestra hija en el apuro. Somos una familia de
10.
Fuentes albanesas étnicas dijeron que casi la mitad de la ciudad parecía demolida o en
llamas. En Prizren, al sur de Djakovica, los serbios atacaron el Centro de Conmemoración
de la Liga Albanesa con granadas disparadas por rifles. Y se informó que 42 personas
fueron asesinadas en el pueblo de Bellacrka, cerca de la ciudad centrooccidental de
Orahovac.
La primera victoria para Yugoslavia Después de sufrir cuatro días bajo el fuego de los aviones de la OTAN y de
sus misiles, ayer los serbios tuvieron un día que mu-chos vivieron como revancha.
Bailando alrededor de los restos celebraron el primer derribamiento confirmado de un
avión de las fuerzas atlantistas. El avión era un bombardero furtivo F-117 que se
estrelló en suelo yugoslavo. Todavía no se sabe si la caída fue por una falla mecánica
o si el avión fue derribado por las poderosas defensas antiaéreas serbias. Esto no
impidió que estas últimas se adjudicaran sin vacilar la victoria y proclamaran ayer
haber derribado al menos dos más. El piloto se eyectó y fue recuperado por la OTAN. |
Historia de dos ciudades
Entre las
múltiples manifestaciones que en todo el mundo acompañaron a los ataques de la OTAN
contra Yugoslavia, se pudieron ver ayer dos ejemplos contrastados del conflicto civil que
la ocasionó. En la capital yugoslava de Belgrado alrededor de 10.000 personas asistieron
a un concierto de rock que se realizó inmediatamente después de los ataques del sábado,
mientras que en Tirana, capital de Albania, un número similar de albaneses se manifestó
paralelamente a favor de sus hermanos étnicos al otro lado de la frontera. En California
miles de emigrantes serbios montaron una ruidosa demostración donde mostraron fotos
comparando al presidente Bill Clinton con Adolfo Hitler. Sus compatriotas también se
manifestaron en Australia, París, Austria, Alemania, y frente al mismo cuartel general de
la OTAN en Bruselas.
El evento más notable de oposición al ataque de la OTAN se realizó en el epicentro
mismo de los bombardeos: la capital serbio-yugoslava Belgrado. Luego de que el sábado se
apagaran las alarmas que prevenían contra bombardeos, en el centro de la ciudad unas
10.000 personas asistieron a un enorme concierto de rock con el lema La canción nos
sostiene. Los jóvenes vestían camisas estampadas con la imagen de un blanco de
tiro y la leyenda target. Esta es la protesta cultural de Serbia ante la
incivilizada agresión de la OTAN, resumió uno de ellos. La extensa red de
comunidades serbias en todo el mundo realizó manifestaciones desde el sábado en Estados
Unidos y en la mayoría de los países de la OTAN.
Pero también la OTAN contó con partidarios. En la plaza principal de Tirana, cerca de
10.000 albaneses montaron un acto en apoyo a los ataques aéreos de la OTAN contra el
gobierno del presidente serbio Slobodan Milosevic. Los manifestantes desplegaron
ostentosamente banderas de varios países de la OTAN junto con la albanesa, y carteles con
lemas como Milosevic es un criminal de guerra.
El debate por la ofensiva de la alianza |
La guerra era inevitable
Por Alain Finkielkraut*
En muchas reacciones que se escuchan sobre la operación de la OTAN, un
antinorteamericanismo impermeable a la inteligencia prevalece sobre la preocupación por
los derechos humanos. Entonces tengo ganas de decir que, a veces, hay que hacer la guerra
para detener la guerra. Después de haber intentado todo, los occidentales resolvieron
atacar por aire a Yugoslavia. ¿Qué otra cosa podían hacer salvo aceptar, por la
inacción, la limpieza étnica que se está llevando a cabo en Kosovo? Intervinieron
tarde, pero tuvieron razón.
La intervención de la OTAN era inevitable. Por lo tanto, resulta muy extraño que hoy
quieran oponer la vía política a la vía militar. Dada la absoluta intransigencia de
Slobodan Milosevic, sólo una derrota militar de Serbia hará que sea posible una
solución política. Hay que agregar que el tiempo acuciaba. El ejército yugoslavo
procedía desde hace algunas semanas a la limpieza metódica del valle de Drenica. Los
soldados cercaban los pueblos, perseguían a los habitantes, quemaban las casas,
dispersaban los animales.
Hoy es molesto ver a los norteamericanos dirigir las operaciones militares de un país
europeo. Pero no hay que perder el sentido de la proporción: lo que es realmente grave es
la situación que los serbios infligen a los kosovares desde hace diez años. Hay que
defender la posición democrática de Ibrahim Rugova en contra de la guerrilla
separatista.
La guerra de Yugoslavia comenzó hace diez años en Kosovo. Es natural que termine. Hay
que seguir combatiendo la agresión. El sueño sería ver a Milosevic desertar finalmente
del poder. Cuando un hombre acumula los dos roles de instigador de la guerra y de
negociador de la paz, sólo se llega a resultados decepcionantes y frágiles.
*Filósofo francés |
Un escándalo de hipocresía
Por Max Gallo*
El ataque a Yugoslavia, un Estado soberano, fue organizado y decidido por un grupo de
potencias en el marco de la OTAN. Es decir, dirigido por Estados Unidos, un país que
marginalizó a la ONU cuya misión es, precisamente, evitar la extensión de los
conflictos reuniendo a las grandes potencias en el Consejo de Seguridad.
Estoy también escandalizado por la hipocresía o el enceguecimiento de los que apelan a
principios morales, a los derechos humanos, a todo tipo de pretextos humanitarios. En
realidad, sólo se convierten en grandes causas humanitarias aquellas que
coinciden con el interés de Estados Unidos. Cuando esto ocurre, la estrategia
norteamericana apunta a fragmentar o a sofocar todo país considerado como un enemigo o un
obstáculo potencial.
Los kosovares tienen derecho a su autonomía, si no, a su independencia. El régimen de
Milosevic es un régimen al que, como mínimo, se puede calificar de autoritario. Pero la
estrategia de Estados Unidos en esta región es la de apoyarse en Turquía, en las
monarquías petroleras y en Israel para asegurar el control de las fuentes de energía y
crear alrededor de Rusia una especie de cordón sanitario (apoyándose sobre las
poblaciones musulmanas).
Estados Unidos procura, por lo tanto, evitar que un cierto número de naciones, entre las
que se encuentra Francia, tengan una política independiente. El estado de Europa
satisface especialmente a los Estados Unidos: Francia está suficientemente encadenada a
Europa como para tener una política exterior autónoma, y Europa lo suficientemente atada
a la Otan como para zafar de la misma situación. Por la misma razón, me opuse a la
Guerra del Golfo. Francia habría podido favorecer soluciones pacíficas sin dejar de
condenar la invasión de Kuwait. Desde entonces, uno o dos millones de iraquíes murieron,
víctimas del embargo, y Saddam Hussein sigue ahí.
*Novelista francés. Las columnas fueron publicadas en Libération.
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