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LA OTAN EN PLENA FASE DE ATACAR TROPAS SERBIAS
Serbia ya es carne de cañón

Ayer fue la ofensiva más importante de la OTAN contra Yugoslavia. Pueblos, aeropuertos civiles y militares y tanques serbios fueron bombardeados en Kosovo. Fue un día de manifestaciones multitudinarias en contra y a favor.

El ejército macedonio patrullaba ayer la frontera de Macedonia con la provincia yugoslava de Kosovo.

Unas 10.000 personas se reunieron en Tirana, capital de Albania, para denunciar las masacres del líder serbio Milosevic.

Unas 10.000 personas en Belgrado, capital yugoslava y serbia, protestaron contra los bombardeos.

Por Stephen Bates, Ian Black y James Meek desde Bruselas, Londres y Moscú

t.gif (862 bytes) La OTAN se embarcó ayer en la segunda etapa de su ofensiva de bombardeos contra Yugoslavia, apuntando directamente a las tropas y policías serbios que Estados Unidos y Gran Bretaña acusan de cometer genocidio en Kosovo y crear en Europa la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. En el quinto día de la Operación Fuerza Aliada, el presidente Bill Clinton se comprometió a continuar los ataques aéreos pese al derribamiento de un bombardero Stealth supuestamente invulnerable –el primer retroceso militar de los aliados–. Gran Bretaña anunció que estaba asignando 12 aviones de combate adicionales a una campaña que afirmó que ayudaría a parar las atrocidades en marcha contra los albaneses étnicos. Pero mientras más aviones despegaban anoche de sus bases en Italia, todavía no había signos públicos de una disposición a enviar las tropas terrestres de la OTAN que muchos analistas militares insisten en que tendrán que ser usadas para detener los asesinatos, los saqueos y los incendios de casas.
En Belgrado, golpeada por bombas aliadas en horas tempranas de la mañana, el presidente Slobodan Milosevic mantuvo su actitud de desafío. Los diplomáticos atisbaron un destello de esperanza en una iniciativa rusa para persuadirlo a que acepte un acuerdo político para su rebelde provincia sureña. El presidente francés, Jacques Chirac, habría urgido al primer ministro ruso Yevgeny Primakov a viajar a Belgrado para pedir personalmente a Milosevic que actúe para resolver la crisis de Kosovo. El embajador yugoslavo en Rusia dijo que el presidente Boris Yeltsin también podría participar personalmente en las negociaciones. Pero en los países de la Alianza Atlántica, los líderes políticos escalaron su retórica contra el líder yugoslavo. “Estamos enfrentando a un régimen que se propone consumar un genocidio. Estos ataques aéreos tienen un solo objetivo: detener la violencia genocida –dijo el ministro de Defensa británico, George Robertson–. Vamos a golpearlos duro... vamos a atacar duramente su capacidad de librar esta campaña asesina”. Rudolf Scharping, ministro de Defensa alemán, advirtió por su parte: “Aquí está empezando un genocidio”. Pero el vicepremier yugoslavo, Vuk Draskovic, negó que su país estuviera ejecutando un programa deliberado de limpieza étnica.
La OTAN advirtió que los tanques, blindados, artillería y tropas de Serbia serían atacados si se los detectaba al sur del paralelo 44, 95 kilómetros al sur de Belgrado. Aeronaves rompetanques A-10 Thunderbolt de Estados Unidos, así como Tornados y Harriers de la Real Fuerza Aérea británica serán empleados en estas misiones de baja altitud. El sábado por la noche, dos andanadas de 66 aviones atacaron 17 blancos yugoslavos. Ayer por la tarde se escucharon explosiones en Pristina y las sirenas sonaron en Montenegro. La agencia Kosovapreee, del Ejército de Liberación del Kosovo, afirmó que la aviación de la OTAN había atacado una columna del Ejército yugoslavo en Malisevo, al oeste de la capital pristina, destruyendo cuatro tanques. Un oficial de la OTAN no pudo confirmar la versión, pero dijo que era “enteramente posible” ya que la aviación aliada había empezado a atacar tropas de tierra. Kosovapress no dio cifras de bajas humanas.
Alertando de una carrera contra reloj, la OTAN informó que medio millón de refugiados había cruzado la frontera hacia las vecinas Macedonia y Albania, el equivalente a un cuarto de la población kosovar, con fugitivos que llegaron hasta 50.000 por día recientemente y al menos 10.000 más en camino, Jamie Shea, vocero en jefe de la OTAN, afirmó que “debemos darnos cuenta de que estamos al borde de una catástrofe humanitaria mayor, del tipo que no se ve en Europa desde los tramos finales de la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de los refugiados son mujeres y niños. ¿Qué está pasando con los hombres de entre 16 y 60 años? Esa es la gran pregunta”. Shea agregó que las pruebas de atrocidades serían reunidas y enviadas al Tribunal de Crímenes de Guerra en La Haya. Javier Solana, secretario general de la OTAN, dijo que en este momento la Alianza no planeaba enviar tropas de tierra a Kosovo, pero no descartó esa opción, afirmando que “no sé cómo se desarrollarán los acontecimientos”.
Las reverberaciones de la crisis siguieron en Rusia, donde la policía impidió un ataque misilístico contra la embajada norteamericana en Moscú, abriendo fuego contra un hombre en ropa de camuflaje que salía de un auto sosteniendo un lanzamisil portátil. La policía disparó, obligándolo a replegarse dentro del automóvil, que arrancó rápidamente mientras un tirador que se encontraba en él hacía caer sobre la embajada una lluvia de balas. Posteriormente, tres hombres fueron arrestados. La embajada ha sido escenario de protestas por miles de manifestantes desde que empezaron los ataques aéreos de la OTAN.
En un signo positivo, un trío de ex ministros, incluyendo al ex premier Yegor Gaidar, salió rumbo a Belgrado en un intento de mediar entre Milosevic y Occidente. Yeltsin envió un mensaje expresando “el apoyo del liderazgo ruso al pueblo de Yugoslavia” y condenando ásperamente las acciones de la OTAN. El canciller Igor Ivanov intentó seguir un camino delicado y ambivalente el sábado ante una furiosa Duma del Estado, rehusándose a descartar un levantamiento unilateral de las sanciones contra Yugoslavia, pero desaconsejando “aventuras militares” y una confrontación abierta con Occidente.
Desde Kosovo mismo llegaron más informes escalofriantes en el sentido de que las fuerzas serbias están librando una guerra de “tierra arrasada” contra los albaneses étnicos que forman un 90 por ciento de la población. Tres cadáveres fueron hallados en Dardania, un barrio de Pristina, y se informó de un nuevo éxodo desde la localidad sudoccidental de Djakovica. “Una mezcla de paramilitares y policías militares serbios llegó temprano a la mañana a nuestra casa a decirnos que teníamos que irnos a Albania –relató por teléfono un residente de 70 años–. Nos fuimos, pero perdimos a nuestro hijo adolescente y nuestra hija en el apuro. Somos una familia de 10”.
Fuentes albanesas étnicas dijeron que casi la mitad de la ciudad parecía demolida o en llamas. En Prizren, al sur de Djakovica, los serbios atacaron el Centro de Conmemoración de la Liga Albanesa con granadas disparadas por rifles. Y se informó que 42 personas fueron asesinadas en el pueblo de Bellacrka, cerca de la ciudad centrooccidental de Orahovac.

 

La primera victoria para Yugoslavia

Después de sufrir cuatro días bajo el fuego de los aviones de la OTAN y de sus misiles, ayer los serbios tuvieron un día que mu-chos vivieron como revancha. Bailando alrededor de los restos celebraron el primer derribamiento confirmado de un avión de las fuerzas atlantistas. El avión era un bombardero furtivo F-117 que se estrelló en suelo yugoslavo. Todavía no se sabe si la caída fue por una falla mecánica o si el avión fue derribado por las poderosas defensas antiaéreas serbias. Esto no impidió que estas últimas se adjudicaran sin vacilar la victoria y proclamaran ayer haber derribado al menos dos más. El piloto se eyectó y fue recuperado por la OTAN.


Historia de dos ciudades

t.gif (862 bytes) Entre las múltiples manifestaciones que en todo el mundo acompañaron a los ataques de la OTAN contra Yugoslavia, se pudieron ver ayer dos ejemplos contrastados del conflicto civil que la ocasionó. En la capital yugoslava de Belgrado alrededor de 10.000 personas asistieron a un concierto de rock que se realizó inmediatamente después de los ataques del sábado, mientras que en Tirana, capital de Albania, un número similar de albaneses se manifestó paralelamente a favor de sus hermanos étnicos al otro lado de la frontera. En California miles de emigrantes serbios montaron una ruidosa demostración donde mostraron fotos comparando al presidente Bill Clinton con Adolfo Hitler. Sus compatriotas también se manifestaron en Australia, París, Austria, Alemania, y frente al mismo cuartel general de la OTAN en Bruselas.
El evento más notable de oposición al ataque de la OTAN se realizó en el epicentro mismo de los bombardeos: la capital serbio-yugoslava Belgrado. Luego de que el sábado se apagaran las alarmas que prevenían contra bombardeos, en el centro de la ciudad unas 10.000 personas asistieron a un enorme concierto de rock con el lema “La canción nos sostiene”. Los jóvenes vestían camisas estampadas con la imagen de un blanco de tiro y la leyenda “target”. “Esta es la protesta cultural de Serbia ante la incivilizada agresión de la OTAN”, resumió uno de ellos. La extensa red de comunidades serbias en todo el mundo realizó manifestaciones desde el sábado en Estados Unidos y en la mayoría de los países de la OTAN.
Pero también la OTAN contó con partidarios. En la plaza principal de Tirana, cerca de 10.000 albaneses montaron un acto en apoyo a los ataques aéreos de la OTAN contra el gobierno del presidente serbio Slobodan Milosevic. Los manifestantes desplegaron ostentosamente banderas de varios países de la OTAN junto con la albanesa, y carteles con lemas como “Milosevic es un criminal de guerra”.

 

El debate por la ofensiva de la alianza

La guerra era inevitable
Por Alain Finkielkraut*

En muchas reacciones que se escuchan sobre la operación de la OTAN, un antinorteamericanismo impermeable a la inteligencia prevalece sobre la preocupación por los derechos humanos. Entonces tengo ganas de decir que, a veces, hay que hacer la guerra para detener la guerra. Después de haber intentado todo, los occidentales resolvieron atacar por aire a Yugoslavia. ¿Qué otra cosa podían hacer salvo aceptar, por la inacción, la limpieza étnica que se está llevando a cabo en Kosovo? Intervinieron tarde, pero tuvieron razón.
La intervención de la OTAN era inevitable. Por lo tanto, resulta muy extraño que hoy quieran oponer la vía política a la vía militar. Dada la absoluta intransigencia de Slobodan Milosevic, sólo una derrota militar de Serbia hará que sea posible una solución política. Hay que agregar que el tiempo acuciaba. El ejército yugoslavo procedía desde hace algunas semanas a la limpieza metódica del valle de Drenica. Los soldados cercaban los pueblos, perseguían a los habitantes, quemaban las casas, dispersaban los animales.
Hoy es molesto ver a los norteamericanos dirigir las operaciones militares de un país europeo. Pero no hay que perder el sentido de la proporción: lo que es realmente grave es la situación que los serbios infligen a los kosovares desde hace diez años. Hay que defender la posición democrática de Ibrahim Rugova en contra de la guerrilla separatista.
La guerra de Yugoslavia comenzó hace diez años en Kosovo. Es natural que termine. Hay que seguir combatiendo la agresión. El sueño sería ver a Milosevic desertar finalmente del poder. Cuando un hombre acumula los dos roles de instigador de la guerra y de negociador de la paz, sólo se llega a resultados decepcionantes y frágiles.

*Filósofo francés
Un escándalo de hipocresía
Por Max Gallo*

El ataque a Yugoslavia, un Estado soberano, fue organizado y decidido por un grupo de potencias en el marco de la OTAN. Es decir, dirigido por Estados Unidos, un país que marginalizó a la ONU –cuya misión es, precisamente, evitar la extensión de los conflictos reuniendo a las grandes potencias en el Consejo de Seguridad–.
Estoy también escandalizado por la hipocresía o el enceguecimiento de los que apelan a principios morales, a los derechos humanos, a todo tipo de pretextos humanitarios. En realidad, sólo se convierten en “grandes causas humanitarias” aquellas que coinciden con el interés de Estados Unidos. Cuando esto ocurre, la estrategia norteamericana apunta a fragmentar o a sofocar todo país considerado como un enemigo o un obstáculo potencial.
Los kosovares tienen derecho a su autonomía, si no, a su independencia. El régimen de Milosevic es un régimen al que, como mínimo, se puede calificar de autoritario. Pero la estrategia de Estados Unidos en esta región es la de apoyarse en Turquía, en las monarquías petroleras y en Israel para asegurar el control de las fuentes de energía y crear alrededor de Rusia una especie de cordón sanitario (apoyándose sobre las poblaciones musulmanas).
Estados Unidos procura, por lo tanto, evitar que un cierto número de naciones, entre las que se encuentra Francia, tengan una política independiente. El estado de Europa satisface especialmente a los Estados Unidos: Francia está suficientemente encadenada a Europa como para tener una política exterior autónoma, y Europa lo suficientemente atada a la Otan como para zafar de la misma situación. Por la misma razón, me opuse a la Guerra del Golfo. Francia habría podido favorecer soluciones pacíficas sin dejar de condenar la invasión de Kuwait. Desde entonces, uno o dos millones de iraquíes murieron, víctimas del embargo, y Saddam Hussein sigue ahí.


*Novelista francés. Las columnas fueron publicadas en Libération.

 

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