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  AVISO: ENCUENTRO TEMATICO DE PSICOLOGOS DEL MERCOSUR
AVISO: ENCUENTRO TEMATICO DE PSICOLOGOS DEL MERCOSUR

 



LUGARES DEL DINERO EN LAS RELACIONES ENTRE HOMBRES Y MUJERES
“Pero si mi mamá y la puta hacen lo mismo”

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El autor examina “el deseo de recibir dinero de los hombres” en diversas variantes de la relación entre los géneros y en el marco de la sociedad posindustrial, donde “el dinero es el significante aniquilador”.

“Están también las que funcionan como señoras de su casa.”
“Pero ‘no alcanza con el dinero que él puede traer’.”

Por Sergio Rodríguez *

t.gif (862 bytes) Freud descubre que “los muchachos (púberes) se dicen, con cínica corrección, que a pesar de todo no es tan grande la diferencia entre la madre y la prostituta, pues ambas en el fondo hacen lo mismo” (cogen). Anotemos que dicho descubrimiento tiene un antecedente, el del cálculo por los infantes (principalmente femeninos) de la primera ecuación: heces = regalo = dinero = pene = niño.
Mi proposición es que ellos tienen razón, por lo menos para cierto imaginario femenino. Pero no solamente en relación a madres y prostitutas, sino de una manera más generalizada a muchas esposas, novias y amantes. Y que esto se debe, no sólo a que desarrollan la misma actividad sexual, sino también a la función que juega el dinero en la relación entre esas mujeres y esos hombres. Mi tesis consiste en que ello se articula así por el valor que ha ido tomando en la cultura (tanto para ellas como para ellos) el dinero. No olvidemos la relación que Freud establece entre el mismo y los complejos sexuales reprimidos, tanto en el artículo aludido, como en “Sobre la iniciación del tratamiento”. Lacan decía: “El significante más aniquilador que hay de toda significación, a saber, el dinero...”. Observemos que al usar para “significante” el artículo definido, “el”, nos indica al dinero como el único significante con ese grado mayor de capacidad. El desenvolvimiento de la sociedad posindustrial ha acentuado ese rasgo del dinero. Cada vez importa menos qué mercancía se produce, con la excepción del dinero. Este, al representar todas las mercancías y funcionar como equivalente universal, las “mata” en su particularidad.
En la práctica clínica, lo que establezco como tesis se me ha presentado de varias maneras. La más común: las discusiones recurrentes en los matrimonios sobre la escasez de dinero. Suelen tomar la forma de acusaciones al marido porque trae poca plata a la casa y a la esposa porque gasta mucho; a veces con una variante que instala la cuestión en el orden del ser: “Sos muy gastadora”.
Requerimientos de las amantes de ayuda económica a sus hombres. A veces abiertos, otras encubiertos. En ocasiones, no la requieren. Suele ocurrir entonces que los hombre tomen la iniciativa y hagan regalos económicamente importantes, lo que las llena de alegría y satisfacción.
Entre las prostitutas las variantes son diversas. Como dice Elena Reynaga, presidenta de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas), están las “de calle”: sienten que lo hacen por necesidad. Es la única manera que encuentran de hacerse de una suma de dinero que les permita mantenerse y criar a sus hijos. Les cobran a hombres más o menos anónimos a cambio de hacerlos gozar eróticamente. A veces, simplemente por escucharles sus cuitas y mimarlos un poco. Las más caras, que la jerga popular suele llamar “gatos”, son más jóvenes y cuidadas corporalmente. Sus pretensiones son mayores, pagarse el pisito, el auto, la telefonía móvil y, algunas, su carrera universitaria. Están también las que funcionan como señoras de su casa. Ejercen su actividad, a veces a espaldas del marido, otras con su anuencia. “No alcanza con el dinero que él trae a la casa.” A veces esto es más o menos cierto, otras solamente fantaseado. Supe de una de ellas que tenía en su placard 60 pares de zapatos, además de innumerable vestuario.
Las variantes son diversas y dan para un trabajo múltiple. Por ejemplo, camino ya transitado por otros psicoanalistas (entre ellos Freud y Lacan), el efecto que les produce sentirse reconocidas como falo imaginario, a través del valor de desprendimiento fálico que se le otorga al regalo.
En esta ocasión, lo circunscribo a señalar que, en muchas mujeres, el deseo de recibir dinero de los hombres –esposos, novios, amantes, clientes– resulta de atribuirle a la plata dicha representatividad pero, además, del deseo de hacerse reconocer en su feminidad, que atan a lacastración imaginaria. A la vez eso indica que creen que el varón no estaría castrado simbólicamente, aunque de otro modo que las mujeres. Recibir dinero de ellos es vivido entonces como ser valorizada por su feminidad, también por su ser de mujer.
Cierto feminismo trata de eludir estos dilemas, renegando de las diferencias, lo que inevitablemente lo lleva a la disputa con los varones por una igualdad que las masculiniza. Una paciente de fuerte contextura física se ufanaba de cargar bolsas mejor que sus peones.
Otra consecuencia desgraciada de estos malentendidos, en tiempos de recesión y desocupación, suele ser la devaluación del esposo desocupado ante su mujer, con la consecuencia de que se devalúe también ante los hijos.

* Psicoanalista.

 


 

PSICOANALISIS Y RELACIONES DE GENERO
“No con Lacan como con Marx”

Por Ana M. Fernández *

t.gif (862 bytes) Creo que esta discusión lleva implícitas por lo menos tres dimensiones (que exceden el debate teorías de género-psicoanálisis):
1. El psicoanálisis –como cualquier otro campo de producción de conocimientos– no “descubre” ni “describe” realidades, construye sistemas de pensamiento. Estos se transforman en regímenes de producción de verdad cuando: a) suponen que en un texto-autor hay una verdad a descifrar, una sola lectura válida. El resto serán malentendidos. Aquello que esté por fuera de la exégesis de los especialistas legitimados serán errores o desinformaciones. Al mal-entendido habrá que oponerle el bien-entendido corrector. No es muy grave. La magnífica violencia de lo inacabado –no sólo lo instituido– en la obra de Jacques Lacan resiste bien los intentos de dogmatización. b) Instituyen un modo particular de imaginar un campo teórico como completo. Significar los instrumentos conceptuales como teoría completa supone que los autores fundadores ya han dicho todo. No sólo pensar se vuelve sinónimo de citar, sino que la verdad –que no necesita demostración– sólo es posible en la exégesis de los ya mencionados especialistas de bien entender. Verdad única y teoría completa son dos de los procedimientos principales con que cuentan los dispositivos institucionales de dogmatización.
No hagan con Lacan lo que hicieron con Marx.
2. El sujeto político característico de la modernidad es sin duda “el ciudadano”. Sería interesante interrogar en su constitución sociohistórica –es decir desesencializar– el sujeto de deseo. Genealogizar al “Hombre de Deseo” implica dos operaciones deconstructivas: a) Articular la noción de deseo como fundante de la subjetividad con un momento particular del histórico-social: la modernidad. Esto abre vía para pensar en modos históricos de subjetivación y no estructuras universales del sujeto. b) Acotar la noción de “deseo como carencia” a la herramienta hegeliana con que fue pensada y no considerar la carencia como inherente al deseo. No hay confusión entre ciudadano, individuo y sujeto, sólo otro modo de pensar la articulación entre el Deseo y la Historia.
3. El psicoanálisis no puede “saber” cuántos modos de gozar “existen”. Esto supondría que una teoría aprehende una realidad. Los dos modos que ha construido son la forma en que los límites de la lógica binaria (atributiva y jerárquica) con que piensa la diferencia sexual, más la noción moderna de la diferencia como Otro, le han permitido conjeturar. Que no es poco.
La apuesta utópica (creencia que permite desalojar realidades insoportables) del amor entre pares políticos, tampoco confunde el goce con la política. Simplemente supone cuerpos sociohistóricos y no esencias (universal ante-rem). Para que un goce haga estragos, hay una sociedad que desalojó derechos de palabra y volvió ilegítimos muchos placeres.

* Profesora titular en la Facultad de Psicología de la UBA.

(Esta nota responde a la firmada el jueves pasado por Graciela Musachi, quien a su vez respondía a una anterior de la autora sobre temas de género y psicoanálisis. N. de la R.)

 


 

MAS SOBRE “LA VITA E BELLA”
Jugar a que papá regresa

Por Marcelo Chirico *

t.gif (862 bytes) La película La vida es bella ha generado un debate globalizado, centrado alrededor de la pregunta: ¿hasta dónde puede llegar la licencia artística para narrar una historia? Algunos resaltan el arte de su director para contar en un tono de comedia cómo un padre se las arregla para ocultarle a su hijo el horror. Otros sostienen con indignación que no se debería haber banalizado la memoria trágica de los campos de la muerte.
Los psicoanalistas pensamos en un síntoma cuando una idea se contrapone con otra, de modo tal que ambas se satisfacen en una solución intermedia, que aparentemente expresa el dominio de una, pero en realidad reparte los beneficios para ambos lados. Es un síntoma porque la solución intermedia, a la larga, termina no satisfaciendo adecuadamente a ninguna de las dos tendencias en pugna. Y todo vuelve a empezar, como en un dibujo de Escher.
El arte de Benigni, como búsqueda de belleza, encuentra sus fronteras en las respuestas sintomáticas que provoca: premios y lamentos. Pocos quizás se hayan enterado de que el propio actor, autor y director de la obra, cuando era niño jugaba con sus hermanos al regreso del “Pappo”, que volvía a casa después de dos años de detención en un campo de prisioneros de guerra (por haber luchado contra el fascismo). Se trataría de pensar que, ante el dilema de la muerte, el hombre reacciona creando un mundo propio, lleno de belleza, o con la aniquilación del otro, fatalmente vaciado de amor.

* Director del Programa de Cultura y Psicoanálisis, Facultad de Psicología, UBA.

 

“Carga genética inmortal”

En la nota de Raúl Courel publicada el 25 de febrero bajo el título “Muchos consideran el coito como un suplicio”, al transcribir el original se cometieron dos errores: donde dice “espacio” debe decir “especie” y donde dice “eléctrica” debe decir “genética”. Por lo tanto el segundo párrafo de la nota debe leerse así: “La continuidad de cualquier especie requiere, aunque sus individuos perezcan, que al menos una parte de su sustancia viva no muera. En los humanos, como en otros casos, algo del protoplasma que porta la carga genética resulta en cierto modo inmortal, conservándose a través de la reproducción sexuada”.

 

POSDATA

Psicodrama. Charlas informativas: especialización en psicodrama, el 30 a las 19; psicoterapias escénicas, corporales y poéticas, el 31 a las 19. Por Mario Buchbinder en Instituto de la Máscara. 4775-5424.
Hambre. Seminarios “Enfoque psicoanalítico de los trastornos del hambre”, en Ambrosía, por Silvia Fendrik, Adolfo Benjamín y Michel Sauval, viernes de 13.30 a 15 desde el 16 de abril. 4831-5359.
Congreso. 1º Congreso Latinoamericano de Psicoterapia en la Universidad de Belgrano, 8 y 9 de abril. 4784-3563.
Gerontología. Curso anual de gerontología aplicada, por Patricia Guido en la Asociación Gerontológica de Buenos Aires. 4811-9238.
Breves. “Abordaje en psicoterapias breves” por Williams Smith, del Apple Wood Center de Ohio, el 9 de abril. Fundación Prosam. Gratuito. 4816-6221.
Entevista. Curso sobre entrevista profesional, con el psicólogo Lino Guevara, el arquitecto Rodolfo Livingston, el médico Jorge Galperín y otros. 4861-4606.
Revistas. Actualidad Psicológica sobre “Patologías del amor”, con Maldavsky, Vegh, Gurman y otros. Ensayos y Experiencias: “Instituciones educativas, proyectos e intervenciones”.
Psicoterapias. Posgrado en psicoterapias psicoanalíticas, por Héctor Fiorini en la Facu de Psico, desde el 7 de abril a las 13.30. 4931-6900.
Bella. Mesa redonda y debate sobre La vida es bella, mañana a las 21 en Maipú 618 con J.C. Volnovich y César Hazaki. Gratuito.

 

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