La temida
catástrofe humanitaria en la provincia yugoslava de Kosovo ya es un hecho. La
Comisión de la ONU para los Refugiados estima que hasta 40.000 refugiados
albano-kosovares llegaron tan sólo durante el último fin de semana a Albania, Macedonia
y Montenegro lugares donde ya hay decenas de miles y que hay 250.000 en marcha
hacia las fronteras. La OTAN ya no duda sobre la causa: la limpieza étnica
serbia. Las primitivas infraestructuras de Albania y Macedonia no dan abasto. Los estados
de la OTAN se prepararon para darles asistencia. Italia ya se movilizó para ayudar a
evacuar a los refugiados que se encuentran en Albania. El comodoro británico David Wilby,
comandante militar de la ofensiva de la OTAN, reveló que los paramilitares dieron ayer
seis horas para que los albaneses étnicos abandonen la capital kosovar de Pristina.
Alarmantemente, según Wilby los hombres fueron separados del grupo principal.
La OTAN afirmó que delegados albano-kosovares que firmaron el mes pasado en Rambouillet
la paz que los serbios rechazaron fueron ejecutados el domingo por la policía serbia.
De 70.000 a 90.000 refugiados según el gobierno albanés, con otros tantos en camino por
las expulsiones serbias del fin de semana; 12.000 refugiados en la capital de Macedonia,
que pronto tendrá que lidiar con otros 15.000 que se dirigen a su territorio: estas
cifras constituyen los elementos de la catástrofe humanitaria que los
líderes de la OTAN vaticinaban como inminente. El portavoz de la Alianza Jamie Shea
llegó a afirmar que estamos al borde de la peor (catástrofe humanitaria) desde la
Segunda Guerra Mundial.
En total se estima que durante el fin de semana unos 100.000 albanokosovares se sumaron a
los refugiados que atestan los caminos buscando huir de la provincia. Unos 10.000 se
dirigen además hacia la República de Montenegro (la otra que con Serbia forma la
República Federativa de Yugoslavia), donde creen que hay menos sumisión a los designios
del gobierno de Belgrado. Los gobiernos de Albania y Macedonia realizaron varios llamados
urgentes a la OTAN para que los auxilie en la tarea de alimentar y mantener a los
refugiados. La situación es altamente crítica declaró el ministro de
Información albanés Musa Ulquini, miles de personas están amenazadas por el
hambre. Ya no podemos hacer nada más para evitar la catástrofe. Los problemas
surgen de que Macedonia y Albania carecen de presupuesto para enfrentar el problema con
eficacia. El ministro de Relaciones Exteriores alemán Joschka Fischer pidió a la Unión
Europea (UE) que ayudara económicamente a estos países que reciben
refugiados. Francia y Alemania propusieron una cumbre europea para coordinar un programa
de auxilio.
Italia el país de la UE que por su proximidad más teme una avalancha de refugiados
en su propio territorio realizó acciones más concretas. Roma ordenó ayer el
envío de barcos militares para evacuar a los refugiados de Albania. Desde Italia los
barcos irán cargados de ómnibus para acelerar la evacuación del interior de Albania, y
volverán con refugiados albano-kosovares. El gobierno italiano anunció que ya no quería
permitir el tráfico de personas a través del mar Adriático, que cobraba al menos 1000
dólares por persona para realizar el viaje a Italia. A fin de evitar demoras
burocráticas, Italia declaró oficialmente ayer un estado de emergencia.
Sin embargo, las depredaciones de los paramilitares serbios están a punto de multiplicar
el problema. Los informes que hablan de una limpieza étnica a gran escala en
la región ya no provienen exclusivamente de fuentes albano-kosovares, sino de la misma
OTAN. Según los servicios de inteligencia de la Alianza, la policía serbia procedió
durante el fin de semana a eliminar a los líderes políticos de los albano-kosovares,
además de continuar con la expulsión del resto. La OTAN difundió ayer la noticia de que
Fehmi Agani y Baton Haxhiu dos delegados que firmaron el acuerdo de paz de
Rambouillet que dio el marco legal alegado para el ataque fueron ejecutados el
domingo. Asimismo, fuentes informales de la Alianzaafirmaron tener informes de que Ibrahim
Rugova, el presidente moderado de la etnia albanesa, también se encuentra entre los
muertos. El gobierno yugoslavo de Slobodan Milosevic afirmó que no existen
indicios de que esto sea cierto, pero el ministro de Defensa alemán Rudolf
Scharping ya calificó ayer abiertamente las acciones serbias de genocidio.
Los serbios no dan signos de detenerse. Sus tropas mataron ayer a trece
terroristas que querían cruzar la frontera con Macedonia. Pero su acción
más destacada de ayer se dio en la capital kosovar de Pristina. Según informes de la
OTAN corroborados por vuelos de reconocimiento, una enorme columna de personas huyó de la
ciudad luego de que los serbios dieran seis horas para que los albano-kosovares la
evacuaran. Pero los hombres no se encontraban entre los refugiados. Según la OTAN ellos
habían sido reagrupados el sábado a la noche y conducidos a lugar
desconocido. Los informes desde Albania y Macedonia coincidieron ayer en destacar
que la gran mayoría de los refugiados consiste en mujeres, niños y ancianos.
Claves
* La Operación Fuerza Aliada se encuentra en su fase dos, que consiste en operaciones
aéreas ofensivas contra las tropas yugoslavas.
* En las cancillerías y ministerios de Defensa occidentales empieza a discutirse la
posibilidad de usar tropas de tierra si Slobodan Milosevic no cede, pero todos descartan
en público que ese paso vaya a concretarse.
* Los serbios han acelerado las masacres étnicas en la provincia rebelde de Kosovo, y se
ha creado la crisis de refugiados más grave desde las etapas finales de la Segunda Guerra
Mundial.
* La visita a Belgrado hoy del primer ministro ruso Yevgeny Primakov abre una ventana para
la diplomacia, pero Yugoslavia dice que no negociará bajo las bombas.
* A siete días del inicio de los bombardeos, la posición de Belgrado se mantiene
inconmovible, aunque la OTAN espera cambiarla por medio de una fuerte erosión de la
capacidad de combate yugoslava. |
YA VAN SEIS DIAS DE OFENSIVA ATLANTISTA
Tormenta de acero sobre los serbios
Una gran
cantidad de tanques serbios y el cuartel general de la policía serbia en Pristina,
capital de Kosovo. Estas fueron las pérdidas que estimó la OTAN en su segundo día de
ataques directos contra sus tropas al sur de Belgrado. Desde el fin de semana, la Alianza
había hecho su objetivo primario de las fuerzas de represión serbias en
Kosovo. El comodoro británico David Wilby líder operativo de los ataques
calificó a los ataques como un éxito considerable. Por primera vez desde el
desencadenamiento de la ofensiva, entraron en acción los aviones rompetanques
A-10. Armados con un cañón que dispara proyectiles adecuados, del tamaño de una
botella, los A-10 pueden volar aun luego de perder un ala. El ministro de Relaciones
Exteriores ruso, Igor Ivanov, aseguró que Estados Unidos tiene planes para bombardear
el centro de Belgrado. Para el ministro de Defensa, Igor Sergueyev, las
víctimas yugoslavas de los ataques fueron 1000 civiles y 100 militares. El portavoz de la
OTAN Jamie Shea calificó a esta cifra de exagerada.
El principal logro reclamado por la OTAN fue la destrucción del cuartel de la policía
serbio en Pristina. Desde allí se coordinaban las acciones de las tropas
especiales (paramilitares), a cargo de gran parte del proceso de limpieza
étnica contra los albano-kosovares. El ataque que dio cuenta del cuartel se
ejecutó en las primeras horas de la mañana del lunes por aviones y misiles crucero.
Ayer Yugoslavia se atribuyó haber derribado al menos un avión de la OTAN que volaba
sobre Montenegro y otro habría caído en Bosnia-Herzegovina. Una corresponsal en Belgrado
del diario francés Le Monde informó ayer que el Estado Mayor yugoslavo resguarda una
reserva estratégica de aviones Mig-29 el modelo de los cazas más modernos que
tiene en cuevas y bajo puentes de autopistas. Ahora los aviones aliados están en
mayor peligro porque vuelan a baja altura. A tres días del primer cambio de por la OTAN,
los resultados de la Fase Uno todavía no no puede afirmarse que haya logrado su objetivo,
la destrucción de las defensas antiaéreas serbias. Y mucho más lejos quedó su
propósito secundario, el de servir como advertencia para que Milosevic vuelva
a la mesa de negociaciones.
OPERACION FUERZA ALIADA ANTE SUS PRIMEROS
PROBLEMAS
Luces rojas en el horizonte
Por Claudio Uriarte
Todavía puede ser muy
pronto para hacer un diagnóstico sobre la Operación Fuerza Aliada, pero algunos de sus
problemas ya parecen evidentes. Uno es la crisis de refugiados. Operación Fuerza Aliada
se inició con la ostensible premisa de evitar la continuación de las limpiezas
étnicas de albaneses por el régimen de Slobodan Milosevic en la provincia rebelde
de Kosovo. Pero desde el inicio de los bombardeos, medio millón de albaneses ha
abandonado Kosovo, hay más en marcha y, por detrás, las fuerzas serbias masacran a todos
los hombres en capacidad de combatir. De continuar estas tendencias, Milosevic puede
acercarse bastante a su sueño de una limpieza étnica total: los que se fueron ya son una
cuarta parte de la población albanesa de la provincia. El otro problema concierne a la
extensión del conflicto. Aunque la operación se presentó en público como el salvataje
de un pueblo en vías de ser exterminado, el verdadero objetivo era obligar a Milosevic a
aceptar un plan de paz para la provincia que congelara una guerra que podía tener
ramificaciones centrífugas en todos los Balcanes. Sin embargo, luego de seis días de
bombardeos durísimos Milosevic no ha cedido un ápice; Albania y Macedonia ya son parte
de la confrontación, y desde el flanco sur de la OTAN, Italia, Grecia y Portugal suenan
cada vez más incómodos con la dirección aparente de los acontecimientos.
En la lógica con la que se lanzó la operación, los bombardeos de la OTAN deberían
bastar para destruir el Ejército yugoslavo. En la práctica, y pese a lo que digan los
generales de las fuerzas aéreas, no existe antecedente de una guerra ganada
exclusivamente desde el aire. Y como dijo en estos días Jonathan Eyal, director del
Instituto de Investigaciones Estratégicas de Londres, nadie me hará creer que es
posible destruir armas de mano con aviones. Pero es con armas de mano como se efectúa la
limpieza étnica. Entonces, si la OTAN no rompe la columna vertebral del Ejército
yugoslavo si Milosevic sigue resistiéndose al plan de paz de Rambouillet, que
estipulaba el estacionamiento de tropas de la Alianza Atlántica en Kosovo, la
escena estará lista para que se plantee la hipótesis de entrada en acción de la
infantería. Esa sería una decisión de altísimo riesgo y de altísimo costo político.
Yugoslavia, un país montañoso de muy difícil conquista, tiene un Ejército de 90.000
hombres que ha estado en guerra por lo menos desde 1992, con la proclamación de las
independencias de Croacia y Eslovenia. La OTAN, por contraste, ha adoptado con rapidez la
ultimísima doctrina de cero baja del Pentágono, que bien puede traducirse en
cero ganancia. Para librar una exitosa campaña terrestre se necesitarían
entre 150.000 y 200.000 soldados y el padecimiento de bajas que la opinión pública
occidental puede encontrar intolerables. Una hipótesis incomprobable sostiene que Estados
Unidos lanzó la operación para unir y dar un sentido a la OTAN después de la
desaparición del enemigo soviético y en el 50 aniversario de su fundación, pero lo
opuesto puede resultar cierto: un fracaso de la operación corre el riesgo de dividir la
Alianza Atlántica, y en ese caso la primera salida será la de Francia.
El imponderable que resta es la actitud de Rusia. Pocos pueden creer seriamente en las
amenazas de un país postrado ante el Fondo Monetario Internacional, pero su humillación
ante el bombardeo de su aliado, el criminal de guerra Milosevic, es tangible. En realidad,
el alejamiento de Rusia de Occidente estaba planteado desde mucho antes, pero la
operación precipita el larvado proceso de trazado de una nueva línea divisoria en
Europa: después de la incorporación de Polonia, Hungría y la República Checa los
próximos en entrar a la OTAN son verosímilmente Eslovenia y Rumania, las repúblicas
bálticas también quieren un lugar bajo el paraguas, al tiempo que Macedonia y Albania
golpean desesperadamente a las puertas. Del otro lado de la nueva Guerra Fría quedan
Rusia y Bielorrusia, y es inseguro si Ucrania logrará conservar su punto de equilibrio.
Entonces, si la operación es tan compleja, ¿por qué está en marcha? Primero, por un
tema de prestigio de la OTAN burlada hasta el hartazgo por Milosevic y luego,
sí, por los derechos humanos: porque en esta época las masacres vuelan por televisión,
y se pide que los poderosos hagan algo.
Moscú no cree en las lágrimas, pero
mediará
En Belgrado, el premier ruso Primakov
mediará para frenar la ofensiva de la OTAN. Moscú relativiza el genocidio kosovar. |
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El País
de Madrid
Por Luis Matías López,
Desde Moscú
El
gobierno ruso convirtió su rabia por la intervención de la OTAN en Yugoslavia en una
iniciativa diplomática para intentar que callen las armas. El primer ministro, Yevgueni
Primakov, los titulares de Exteriores, Igor Ivanov, y de Defensa, Igor Sergueyev, y los
jefes del espionaje civil y militar vuelan hoy a Belgrado para intentar que el líder
serbio Slobodan Milosevic cambie de actitud. Si Milosevic puede ceder ante alguien, ése
es Primakov, representante del hermano eslavo que se está comportando como
amigo y portavoz de Yugoslavia. Pero hasta ahora, en ningún momento como un aliado.
Rusia, hundida en la crisis y con un ejército que no es ni la sombra de lo que fue, no
quiere oír hablar de guerra.
La visita, en palabras de Ivanov, pretende coordinar con Milosevic los pasos que
puedan conducir a una solución política del conflicto. Se trata de romper la
dinámica negativa de una situación que amenaza la paz y la seguridad mundiales. En
principio, está previsto que la delegación viaje tan sólo a Belgrado. Pero no se
descarta que, en función de los resultados, Primakov (y tal vez Ivanov) extiendan su
misión para mediar ante la OTAN y detener los bombardeos.
Desde que cayó la primera bomba de la OTAN sobre Yugoslavia, Rusia se convirtió en el
portavoz de Belgrado. Si la Alianza asegura que hay una limpieza étnica en toda regla,
Moscú replica que los independentistas del Ejército de Liberación de Kosovo han lanzado
una ofensiva a gran escala. Si Javier Solana afirma que ha sido la intransigencia serbia y
el rechazo de los acuerdos de Rambouillet lo que ha forzado a hacer hablar a las armas,
Ivanov replica a su viejo amigo de cuando era embajador en España que la firma por los
kosovares de ese compromiso fue una vergüenza urdida para echar a
Belgrado la culpa del fracaso de la negociación y comenzar la agresión militar. Y
si los aliados sostienen que no habrá intervención terrestre, el ministro ruso afirma
que 3000 guerrilleros se preparan en las fronteras de Albania y Macedonia con Kosovo para
ser la punta de lanza de esa invasión.
Rusia recuperó un violento lenguaje de la Guerra Fría, que choca tremendamente cuando
sale de la boca de Ivanov, un diplomático de carrera, meticuloso y moderado, forjador de
compromisos y, hasta ahora, enemigo de los choques frontales. Sus palabras son el fiel
reflejo de la atmósfera que se respira en el gobierno ruso, y en prácticamente la
totalidad de la clase política. Este conflicto está centrando ya el debate interno.
Probablemente, condicionará las elecciones legislativas de diciembre. Los que adopten la
retórica antioccidentalista tienen votos garantizados. Seguro que el liberal Grigori
Yavlinski está más que arrepentido de haber dicho que confiaba que Rusia fuera miembro
de la OTAN dentro de 20 años.
Desde el Ministerio de Defensa, de forma sistemática, se intenta echar por tierra los
balances de la OTAN (ver nota aparte). Un alto mando del ejército, el general Yuri
Baliuevski, señaló incluso que las bombas han alcanzado a un monasterio y a un monumento
histórico protegido por la Unesco. Añadió que la tan cacareada precisión de la fuerza
aérea aliada es un mito, y que son poco significativos los daños sufridos por los
sistemas de defensa aérea.
Previsiblemente, los jefes del espionaje no desperdiciarán la ocasión de echar una buena
ojeada, y de traerse de vuelta a casa toda la información posible sobre la tecnología
del ultramoderno avión invisible caído el sábado sobre Yugoslavia. Esta
pieza de caza mayor se ha celebrado en Rusia como propia. Sergueyev aseguró ayer que el
aparato fue derribado por un sistema antiaéreo ruso que fue instalado en territorio
serbio en tiempos soviéticos.
La conexión francesa
Francia duda ante la evolución de la guerra en Yugoslavia. Sobre todo, no quiere enviar
tropas al suelo kosovar. Todas sus esperanzas están ahora en la mediación rusa. Ya el
sábado por la noche, el presidente francés, Jacques Chirac, telefoneó al premier ruso,
Yevgueni Primakov, con la propuesta de que hay que intentar convencer a Milosevic de que
vuelva a la mesa de negociaciones. Los rusos son los únicos que tienen la llave que
da paso al estrecho pasillo de la paz, dijeron fuentes de la presidencia francesa.
Los sondeos de la opinión francesa son contradictorios. La sensación generalizada es que
los bombardeos no están consiguiendo los objetivos políticos marcados y que los medios
están haciendo fracasar los fines. El jefe de gobierno, Lionel Jospin, subrayaba la idea
de que Francia no será arrastrada a un terreno que no desea. La diplomacia
francesa ha dejado de poner el énfasis en la responsabilidad criminal exclusiva de
Slobodan Milosevic. La opción de los bombardeos es criticada doblemente: por quienes la
juzgan insuficiente para detener las masacres en Kosovo, y por quienes se oponen a ella
por principio.
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