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Por Cecilia Bembibre Mario Pergolini, Juan Di Natale y Eduardo de la Puente, acompañados por Andy Kusnetzoff, Daniel Tognetti y Nacho Goano, escaparán esta noche de la cárcel a los tiros, chocarán varios autos sin rasguñarse y aterrizarán, tras una espectacular maniobra aérea, sanos y salvos, para retomar la conducción de uno de los mejores programas de la televisión argentina. El corto de apertura de Caiga quien caiga se verá a las 22 por América y continúa la historia que ocupaba el año pasado en los primeros minutos del ciclo. Las diferencias con la introducción anterior son, ante todo, de números: el gusto de convertir a los periodistas en héroes de acción le costó a la productora Cuatro Cabezas 600.000 dólares. Aunque Pergolini dice que tiene en claro que CQC no es un programa masivo, es por lejos el más visto de América: mantuvo el año pasado un rating promedio de 14 puntos (alrededor de un millón y medio de espectadores), en una noche tradicionalmente competitiva. Este año comparte el horario con Campeones, una de las apuestas fuertes del 13, con la serie ER Emergencias (Telefé) y con un ciclo de cine de Azul Televisión. La presencia de un programa así en la aburguesada pantalla argentina multiplica su importancia en un año electoral. De hecho, CQC y el ciclo de Mariano Grondona son los únicos espacios destinados a la actualidad política en pantalla, si bien, está claro, desde puntos de vista diferentes. Las elecciones le van a dar al programa un tono mucho más político, subrayó al presentar la apertura el conductor del ciclo que desacartonó el tratamiento televisivo de la política, y, a la vez, contribuyó a formar televidentes menos ingenuos. El notero Daniel Tognetti, por su parte, lamentó notas ya irrealizables: Es una pena que el Presidente esté reculando en su intento de reelección: era un tema que daba mucha tela para cortar. Hoy se verá la cobertura que Tognetti realizó en Catamarca, entrevistando al candidato derrotado Ramón Saadi y al nuevo gobernador, Oscar Castillo. También, se inaugurará una sección (Enciclopedia), se verá la ya tradicional cobertura de la entrega de los Oscar, en Los Angeles, a cargo de Kusnetzoff (a quien, en el corto de apertura, apalean en la cárcel por enumerar los apellidos de las famosas a quienes supuestamente sedujo) y habrá un anticipo del partido amistoso que las selecciones de la Argentina y Holanda jugarán mañana en Amsterdam. La visita del príncipe Carlos de Inglaterra y su desempeño en un partido de polo completa el menú. El futuro del programa parece ligado a la intención de Pergolini, varias veces repetida, de dedicarse a full a la producción, dejando su tarea delante de cámaras. En eso, también le va bien. En España, la versión local de CQC ganó el premio al ciclo más innovador de la pantalla española. Pergolini dice que Alemania, México y los Países Bajos están interesados en producir su propio Caiga quien caiga. El retorno de CQC recuerda que este año estarán de moda las aperturas. En general, se trata de cortos que cuestan cientos de miles de dólares, cuya realización detiene el tráfico, exige la colaboración de técnicos de efectos especiales y suma en pocos minutos varias caras famosas. Marcelo Tinelli pionero del rubro disfrazado de beatle de los tempranos 60, María Laura Santillán otra vez con Julio Bocca, Dolores Barreiro en un bar de cowboys y Susana Giménez como estrella de su propio musical son los ejemplos más inmediatos de que la simpleza de los títulos es, para los programas más vistos, un valor en decadencia. El de Pergolini es, hasta ahora, el intento más extenso: son quince minutos de película el programa dura una hora y media que irán reduciéndose a medida que pasen los meses.
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