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LUGARES DEL DINERO EN LAS
RELACIONES ENTRE HOMBRES Y MUJERES
Pero si mi mamá y la puta hacen lo mismo
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El autor examina el deseo de
recibir dinero de los hombres en diversas variantes de la relación entre los
géneros y en el marco de la sociedad posindustrial, donde el dinero es el
significante aniquilador. Están
también las que funcionan como señoras de su casa.
Pero no alcanza con el dinero que él puede traer. |
Por Sergio Rodríguez *
Freud descubre que
los muchachos (púberes) se dicen, con cínica corrección, que a pesar de todo no
es tan grande la diferencia entre la madre y la prostituta, pues ambas en el fondo hacen
lo mismo (cogen). Anotemos que dicho descubrimiento tiene un antecedente, el del
cálculo por los infantes (principalmente femeninos) de la primera ecuación: heces =
regalo = dinero = pene = niño.
Mi proposición es que ellos tienen razón, por lo menos para cierto imaginario femenino.
Pero no solamente en relación a madres y prostitutas, sino de una manera más
generalizada a muchas esposas, novias y amantes. Y que esto se debe, no sólo a que
desarrollan la misma actividad sexual, sino también a la función que juega el dinero en
la relación entre esas mujeres y esos hombres. Mi tesis consiste en que ello se articula
así por el valor que ha ido tomando en la cultura (tanto para ellas como para ellos) el
dinero. No olvidemos la relación que Freud establece entre el mismo y los complejos
sexuales reprimidos, tanto en el artículo aludido, como en Sobre la iniciación del
tratamiento. Lacan decía: El significante más aniquilador que hay de toda
significación, a saber, el dinero.... Observemos que al usar para
significante el artículo definido, el, nos indica al dinero como
el único significante con ese grado mayor de capacidad. El desenvolvimiento de la
sociedad posindustrial ha acentuado ese rasgo del dinero. Cada vez importa menos qué
mercancía se produce, con la excepción del dinero. Este, al representar todas las
mercancías y funcionar como equivalente universal, las mata en su
particularidad.
En la práctica clínica, lo que establezco como tesis se me ha presentado de varias
maneras. La más común: las discusiones recurrentes en los matrimonios sobre la escasez
de dinero. Suelen tomar la forma de acusaciones al marido porque trae poca plata a la casa
y a la esposa porque gasta mucho; a veces con una variante que instala la cuestión en el
orden del ser: Sos muy gastadora.
Requerimientos de las amantes de ayuda económica a sus hombres. A veces abiertos, otras
encubiertos. En ocasiones, no la requieren. Suele ocurrir entonces que los hombre tomen la
iniciativa y hagan regalos económicamente importantes, lo que las llena de alegría y
satisfacción.
Entre las prostitutas las variantes son diversas. Como dice Elena Reynaga, presidenta de
AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas), están las de calle:
sienten que lo hacen por necesidad. Es la única manera que encuentran de hacerse de una
suma de dinero que les permita mantenerse y criar a sus hijos. Les cobran a hombres más o
menos anónimos a cambio de hacerlos gozar eróticamente. A veces, simplemente por
escucharles sus cuitas y mimarlos un poco. Las más caras, que la jerga popular suele
llamar gatos, son más jóvenes y cuidadas corporalmente. Sus pretensiones son
mayores, pagarse el pisito, el auto, la telefonía móvil y, algunas, su carrera
universitaria. Están también las que funcionan como señoras de su casa. Ejercen su
actividad, a veces a espaldas del marido, otras con su anuencia. No alcanza con el
dinero que él trae a la casa. A veces esto es más o menos cierto, otras solamente
fantaseado. Supe de una de ellas que tenía en su placard 60 pares de zapatos, además de
innumerable vestuario.
Las variantes son diversas y dan para un trabajo múltiple. Por ejemplo, camino ya
transitado por otros psicoanalistas (entre ellos Freud y Lacan), el efecto que les produce
sentirse reconocidas como falo imaginario, a través del valor de desprendimiento fálico
que se le otorga al regalo.
En esta ocasión, lo circunscribo a señalar que, en muchas mujeres, el deseo de recibir
dinero de los hombres esposos, novios, amantes, clientes resulta de atribuirle
a la plata dicha representatividad pero, además, del deseo de hacerse reconocer en su
feminidad, que atan a lacastración imaginaria. A la vez eso indica que creen que el
varón no estaría castrado simbólicamente, aunque de otro modo que las mujeres. Recibir
dinero de ellos es vivido entonces como ser valorizada por su feminidad, también por su
ser de mujer.
Cierto feminismo trata de eludir estos dilemas, renegando de las diferencias, lo que
inevitablemente lo lleva a la disputa con los varones por una igualdad que las
masculiniza. Una paciente de fuerte contextura física se ufanaba de cargar bolsas mejor
que sus peones.
Otra consecuencia desgraciada de estos malentendidos, en tiempos de recesión y
desocupación, suele ser la devaluación del esposo desocupado ante su mujer, con la
consecuencia de que se devalúe también ante los hijos.
* Psicoanalista.
PSICOANALISIS Y RELACIONES DE GENERO
No con Lacan como con Marx
Por Ana M. Fernández *
Creo que esta discusión
lleva implícitas por lo menos tres dimensiones (que exceden el debate teorías de
género-psicoanálisis):
1. El psicoanálisis como cualquier otro campo de producción de conocimientos
no descubre ni describe realidades, construye sistemas de
pensamiento. Estos se transforman en regímenes de producción de verdad cuando: a)
suponen que en un texto-autor hay una verdad a descifrar, una sola lectura válida. El
resto serán malentendidos. Aquello que esté por fuera de la exégesis de los
especialistas legitimados serán errores o desinformaciones. Al mal-entendido habrá que
oponerle el bien-entendido corrector. No es muy grave. La magnífica violencia de lo
inacabado no sólo lo instituido en la obra de Jacques Lacan resiste bien los
intentos de dogmatización. b) Instituyen un modo particular de imaginar un campo teórico
como completo. Significar los instrumentos conceptuales como teoría completa supone que
los autores fundadores ya han dicho todo. No sólo pensar se vuelve sinónimo de citar,
sino que la verdad que no necesita demostración sólo es posible en la
exégesis de los ya mencionados especialistas de bien entender. Verdad única y teoría
completa son dos de los procedimientos principales con que cuentan los dispositivos
institucionales de dogmatización.
No hagan con Lacan lo que hicieron con Marx.
2. El sujeto político característico de la modernidad es sin duda el
ciudadano. Sería interesante interrogar en su constitución sociohistórica
es decir desesencializar el sujeto de deseo. Genealogizar al Hombre de
Deseo implica dos operaciones deconstructivas: a) Articular la noción de deseo como
fundante de la subjetividad con un momento particular del histórico-social: la
modernidad. Esto abre vía para pensar en modos históricos de subjetivación y no
estructuras universales del sujeto. b) Acotar la noción de deseo como
carencia a la herramienta hegeliana con que fue pensada y no considerar la carencia
como inherente al deseo. No hay confusión entre ciudadano, individuo y sujeto, sólo otro
modo de pensar la articulación entre el Deseo y la Historia.
3. El psicoanálisis no puede saber cuántos modos de gozar
existen. Esto supondría que una teoría aprehende una realidad. Los dos modos
que ha construido son la forma en que los límites de la lógica binaria (atributiva y
jerárquica) con que piensa la diferencia sexual, más la noción moderna de la diferencia
como Otro, le han permitido conjeturar. Que no es poco.
La apuesta utópica (creencia que permite desalojar realidades insoportables) del amor
entre pares políticos, tampoco confunde el goce con la política. Simplemente supone
cuerpos sociohistóricos y no esencias (universal ante-rem). Para que un goce haga
estragos, hay una sociedad que desalojó derechos de palabra y volvió ilegítimos muchos
placeres.
* Profesora titular en la Facultad de Psicología de la UBA.
(Esta nota responde a la firmada el jueves pasado por Graciela Musachi, quien a su vez
respondía a una anterior de la autora sobre temas de género y psicoanálisis. N. de la
R.)
MAS SOBRE LA VITA E BELLA
Jugar a que papá regresa
Por Marcelo Chirico *
La película La vida es
bella ha generado un debate globalizado, centrado alrededor de la pregunta: ¿hasta dónde
puede llegar la licencia artística para narrar una historia? Algunos resaltan el arte de
su director para contar en un tono de comedia cómo un padre se las arregla para ocultarle
a su hijo el horror. Otros sostienen con indignación que no se debería haber banalizado
la memoria trágica de los campos de la muerte.
Los psicoanalistas pensamos en un síntoma cuando una idea se contrapone con otra, de modo
tal que ambas se satisfacen en una solución intermedia, que aparentemente expresa el
dominio de una, pero en realidad reparte los beneficios para ambos lados. Es un síntoma
porque la solución intermedia, a la larga, termina no satisfaciendo adecuadamente a
ninguna de las dos tendencias en pugna. Y todo vuelve a empezar, como en un dibujo de
Escher.
El arte de Benigni, como búsqueda de belleza, encuentra sus fronteras en las respuestas
sintomáticas que provoca: premios y lamentos. Pocos quizás se hayan enterado de que el
propio actor, autor y director de la obra, cuando era niño jugaba con sus hermanos al
regreso del Pappo, que volvía a casa después de dos años de detención en
un campo de prisioneros de guerra (por haber luchado contra el fascismo). Se trataría de
pensar que, ante el dilema de la muerte, el hombre reacciona creando un mundo propio,
lleno de belleza, o con la aniquilación del otro, fatalmente vaciado de amor.
* Director del Programa de Cultura y Psicoanálisis, Facultad de Psicología, UBA.
Carga genética inmortal En la nota de Raúl Courel publicada el 25 de febrero bajo el título
Muchos consideran el coito como un suplicio, al transcribir el original se
cometieron dos errores: donde dice espacio debe decir especie y
donde dice eléctrica debe decir genética. Por lo tanto el
segundo párrafo de la nota debe leerse así: La continuidad de cualquier especie
requiere, aunque sus individuos perezcan, que al menos una parte de su sustancia viva no
muera. En los humanos, como en otros casos, algo del protoplasma que porta la carga
genética resulta en cierto modo inmortal, conservándose a través de la reproducción
sexuada. |
POSDATA |
Psicodrama. Charlas
informativas: especialización en psicodrama, el 30 a las 19; psicoterapias escénicas,
corporales y poéticas, el 31 a las 19. Por Mario Buchbinder en Instituto de la Máscara.
4775-5424.
Hambre. Seminarios Enfoque psicoanalítico de los trastornos del
hambre, en Ambrosía, por Silvia Fendrik, Adolfo Benjamín y Michel Sauval, viernes
de 13.30 a 15 desde el 16 de abril. 4831-5359.
Congreso. 1º Congreso Latinoamericano de Psicoterapia en la Universidad
de Belgrano, 8 y 9 de abril. 4784-3563.
Gerontología. Curso anual de gerontología aplicada, por Patricia Guido
en la Asociación Gerontológica de Buenos Aires. 4811-9238.
Breves. Abordaje en psicoterapias breves por Williams Smith,
del Apple Wood Center de Ohio, el 9 de abril. Fundación Prosam. Gratuito. 4816-6221.
Entevista. Curso sobre entrevista profesional, con el psicólogo Lino
Guevara, el arquitecto Rodolfo Livingston, el médico Jorge Galperín y otros. 4861-4606.
Revistas. Actualidad Psicológica sobre Patologías del amor,
con Maldavsky, Vegh, Gurman y otros. Ensayos y Experiencias: Instituciones
educativas, proyectos e intervenciones.
Psicoterapias. Posgrado en psicoterapias psicoanalíticas, por Héctor
Fiorini en la Facu de Psico, desde el 7 de abril a las 13.30. 4931-6900.
Bella. Mesa redonda y debate sobre La vida es bella, mañana a las 21 en
Maipú 618 con J.C. Volnovich y César Hazaki. Gratuito. |
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