El premier
Gerhard Schroeder, líder del gobierno rojiverde de Alemania, hizo ayer un llamado
desesperado para poner fin al genocidio del pueblo kosovar. Pero ayer la
única estrategia viable para la paz en Yugoslavia no era la de un político de izquierda,
sino la del premier del gobernante partido ruso Nuestra Casa Rusia, el ex jefe de la KGB
Yevgueni Primakov. Cuando el premier ruso llegó ayer a la capital alemana de Bonn, ya
había pasado seis horas en Belgrado dialogando con el presidente de Yugoslavia, el líder
ultranacionalista Slobodan Milosevic. Ni Schroeder ni el presidente norteamericano Bill
Clinton aceptaron la propuesta de cese del fuego traída por Primakov. El secretario
general de la ONU, Kofi Annan, condenó la limpieza étnica.
El portavoz del Departamento de Estado norteamericano James Rubin dijo ayer que la Alianza
euroamericana consideraba realmente insuficientes las propuestas del
presidente yugoslavo Milosevic. Debe terminar la ofensiva serbia en Kosovo, retirar
sus fuerzas y aceptar una solución del conflicto fundada en los acuerdos de
Rambouillet: así resumió Rubin las pretensiones atlantistas.
Primakov, de 69 años, había llegado a Belgrado proclamando que consiguió para Moscú el
crédito de miles de millones de dólares del FMI que es necesario para intentar frenar el
próximo crac financiero. Pero ésta no era la única credencial del premier ruso. Experto
en el mundo árabe y amigo de Saddam Hussein, Primakov fue el enviado de Mijail Gorbachov
a Bagdad durante la Guerra del Golfo. Primakov es un campeón del comercio internacional y
cree en el libre comercio y en las fronteras abiertas. Pero también cree apasionadamente
en la inviolabilidad de la soberanía nacional. Después de todo, Rusia tiene dentro su
propio Kosovo en la separatista y también musulmana República de Chechenia, y esto lo
vuelve aún más creíble en Belgrado, más allá del tradicional apoyo ruso a los serbios
eslavos y cristianos ortodoxos.
Si Primakov siempre es bien recibido en Yugoslavia, también lo es en Europa occidental.
Schroeder fue el primero en deplorar ayer no poder aceptar las propuestas de Milosevic que
Primakov llevó a Bonn. El líder nacionalista yugoslavo propone reducir la presencia
militar serbia en Kosovo y entablar negociaciones políticas si cesan los bombardeos de la
OTAN. Tambien está dispuesto a crear las condiciones para el retorno de los refugiados
albano-kosovares a sus regiones de origen. Todos los refugiados pacíficos, en la
propuesta de Milosevic que después también difundieron medios serbios y rusos, serán
considerados como ciudadanos yugoslavos. Primakov sintetizó la propuesta como un
buen comienzo para continuar negociando.
En un principio, Bill Clinton no mencionó ayer directamente el plan de paz de Milosevic.
Se limitó a anunciar que las operaciones militares de la OTAN continúan hoy contra
una serie más amplia de blancos. Pero enfatizó que la violencia serbia contra los
albano-kosovares disminuirá progresivamente el apoyo internacional a las
reivindicaciones de Serbia sobre Kosovo.
Fue el turno del portavoz de la Secretaría de Estado norteamericana, Rubin, de explicitar
la insatisfacción con el plan de paz de Milosevic. Una insatisfacción que compartió con
el ministro de Relaciones Exteriores británico, el laborista Robin Cook. Para Rubin, la
base de la paz deben ser los acuerdos de Rambouillet. Estos acuerdos, discutidos el pasado
febrero cerca de París, establecen una amplia autonomía para los kosovares, garantizada
por el despliegue de una fuerza de la OTAN. Para Washington, el pacto debe sufrir algunas
modificaciones técnicas, pero debe respetarse en lo esencial. En él se excluye la
independencia de los albano-kosovares, al menos en los tres años que durará el período
de transición estipulado. Finalmente, Clinton, en un comunicado, manifestó su
coincidencia con Schroeder.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, manifestó en un comunicado que está
profundamente indignado porque no ha tenido fin la campañaodiosa y
sistemática de limpieza étnica llevada adelante por las fuerzas militares y
paramilitares serbias en Kosovo desde hace un año.
En una entrevista con la radio francesa RTL, el representante político del Ejército de
Liberación de Kosovo (ELK), Hashim Thaci, despreció ayer todo compromiso con
Belgrado y reclamó la independencia para su provincia. El ELK es una formación
extremista enfrentada con los demócratas del Frente Democrático de Kosovo, cuyo número
dos, Fehmi Agani, uno de los firmantes de la paz de Rambouillet, fue asesinado el lunes.
LA RESPUESTA DE LA OTAN A LAS MASACRES
Fuego las 24 horas del día
Mientras
los informes de limpiezas étnicas y atrocidades crecían desde Kosovo, la OTAN decidió
intensificar su ofensiva sobre Yugoslavia. En una conferencia de prensa, el comandante
militar de las operaciones, el comodoro David Wilby, afirmó que las fuerzas serbias
desplegadas en la provincia serán bombardeadas las 24 horas del día. Esta nueva
intensificación de la ofensiva Fuerza Aliada tiene el propósito de frenar
las masacres de la policía y el ejército serbios. Los ataques de ayer comenzaron a
seguir este patrón, y se concentraron en la capital kosovar de Pristina. Fuentes citadas
por la agencia AFP afirmaron que en la reunión de ayer del Consejo Atlántico se planteó
pasar pronto a la Fase Tres de los ataques: bombardeos contra tropas serbias en toda
Yugoslavia y no sólo a las fuerzas que se encuentran al sur de Belgrado, como se ha hecho
desde el fin de semana.
Las incursiones aéreas continuarán durante las 24 horas. Este fue el
comunicado específico de la OTAN sobre la escalada de su presión militar a Yugoslavia.
Hasta ahora, los bombardeos habían procedido en oleadas individuales en horas
específicas del día. Según Wilby, los bombardeos tienen el objetivo de destruir
sistemáticamente todos las instalaciones del ejército yugoslavo en la provincia.
Esto implicó ayer varios ataques a baja altura principalmente por aviones A-10 y
F-15 contra las columnas de tanques y artillería serbios que combaten contra la
guerrilla separatista albano-kosovar. También se registraron ataques contra dos fábricas
militares serbias en las localidades yugoslavas de Batanjica y Pancevo. Sin embargo, Wilby
concedió en la conferencia de prensa que la falta de visibilidad debida al clima
dificulta una ofensiva totalmente efectiva para impedir la limpieza étnica en
Kosovo. Un piloto británico citado por el diario británico The Guardian agregó que otro
obstáculo son los misiles tierra-aire yugoslavos, que aparentemente no han sido
enteramente suprimidos por la ofensiva inicial de la OTAN.
Mientras tanto, las acciones serbias contra los kosovares fueron calificadas por el
portavoz de la OTAN Jamie Shea como algo que no hemos visto desde los Jhemres Rojos
en Camboya en 1976. Shea agregó que tenían informes de que la ciudad kosovar de
Pec la segunda más grande después de la capital Pristina estaba ayer
casi totalmente destruida por las fuerzas serbias. El portavoz de la Casa
Blanca Joe Lockhart afirmó que se vislumbra el comienzo de un genocidio en
Kosovo. Y el ministro de Defensa alemán, Rudolf Scharping, calificó al Milosevic como un
criminal de guerra, y agregó que sería mejor si estuviera ante el
tribunal internacional de La Haya.
4000 refugiados por hora
Las
bombas de la OTAN puede destruir para siempre el equilibrio inestable de los Balcanes. No
sólo desde el punto de vista militar, en una complicada red de alianzas y enemistades que
incluiría a todos los países de la región, sino incluso sólo por la catástrofe
humanitaria de los refugiados. Cuatro mil refugiados por hora cruzan las fronteras de
Yugoslavia. La mayoría lo hace en dirección a Albania y Macedonia. Ninguno de los dos
países tiene infraestructura para recibirlos. Albania es el país más pobre de Europa, y
la región limítrofe con Kosovo es la región más pobre de Albania. Pero al menos es un
país homogéneo desde el punto de vista étnico (son albaneses), lingüístico (hablan
albanés) y religioso (Albania es el único país europeo abrumadoramente musulmán). La
de Macedonia, en cambio, es una sociedad multiétnica (donde los albaneses son el 20 por
ciento de la población) y religiosa y lingüísticamente plural. No debe extrañar que su
gobierno haya declarado ayer que el equilibrio está a punto de reventar.
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