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Pasados ya varios días desde la entrega del premio Oscar 1999, la trama secreta del polémico premio honorario concedido al delator Elia Kazan, por su notable trayectoria en el cine, empezó a salir a la luz. Un informe del periódico estadounidense Daily Variety reveló ayer que el actor Karl Malden le pidió a Marlon Brando, protagonista de Nido de ratas una de las películas consagratorias de Kazan que le entregara el Oscar a su exitosa trayectoria en el cine. Pero el legendario actor se negó, apelando al pasado delator del realizador. Malden, alto dirigente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, reveló a la periodista Amy Archerd que le había hecho el pedido a Brando antes de hacer la proposición a la junta de gobernadores de la entidad. Les iba a informar que le pediría a Marlon que le entregara la distinción, como una manera de introducir un atractivo extra, precisó. Pero en realidad Malden no necesitó agregar la posibilidad de juntar a las dos potencias en escena para conseguir la aprobación de la iniciativa: con sólo plantear el premio, los miembros directivos de la Academia se la dieron de inmediato y en forma unánime. Malden contó que Brando me respondió que no podía hacerlo. Me dijo: no puedo entregarle un Oscar. Ese tipo fue un soplón. Kazan, está probado, delató a un grupo de figuras de Hollywood que había pertenecido junto a él al Partido Comunista, durante la era del macartismo. Sin embargo, Malden le recordó al columnista que el propio Brando había aprobado su actuación con Kazan en Un tranvía llamado deseo, Nido de ratas y ¡Viva Zapata!. Me decepcionó y sigo decepcionado por la decisión de Marlon. Pero haría cualquier cosa para trabajar hoy con él. Es brillante. Lo hace lucir muy bien a uno, agregó Malden en la entrevista. Brando y Malden trabajaron juntos en Un tranvía llamado deseo, con el que este último obtuvo el Oscar al Mejor Actor de Reparto, en Nido de ratas y en One-Eyed Jacks, que fue dirigida por el propio Brando. En esos días y en los anteriores a las audiencias de la Comisión de Actividades Antiestadounidenses de la Cámara de Representantes, reconoce Malden, no puedo decir cuántas peticiones me había tocado firmar. Todos los días me preguntaba si yo sería el próximo que llamarían a declarar. Gracias a Dios que no lo hicieron, porque no puedo decir ahora lo que habría hecho en ese momento, agregó. Malden se refirió asimismo al efecto del testimonio de Kazan sobre su amistad y asociación profesional con el dramaturgo Arthur Miller. Dos hombres brillantes: Todos mis hijos y Muerte de un viajante. Si trabajaban juntos, ¿qué otra cosa podría haber salido? La política los separó. ¿Y cuál fue la víctima? El teatro estadounidense, ése fue el que sufrió las consecuencias. Y a causa de la política. Malden sigue defendiendo firmemente su decisión de proponer que se le diera el galardón a Kazan, de casi 90 años. Me siento orgulloso de haber adoptado esa posición, dijo, aunque comentó que la misma iniciativa no prosperó cuando la presentó a otras entidades cinematográficas. Malden y su familia ofrecieron una cena privada para Kazan el 19 de marzo, dos días antes de que se le entregara el premio en el Dorothy Chandler Pavilion de Los Angeles. En la ceremonia, en el momento de la aparición de Kazan finalmente introducido por el actor Robert de Niro y el director Martin Scorsese, actores como Nick Nolte y Ed Harris se mantuvieron sentados en sus asientos sin aplaudir y con un gesto adusto. Otros se pararon jubilosos, pero algunos aplaudieron por cortesía. El propio Kazan se dio cuenta de las divisiones que producía su galardón, por lo que salió rápidamente del escenario después que le entregaron la discutida estatuilla.
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