Por Julio Nudler
Por los cargos que pesan
sobre Marcelo Da Corte, al ex director general de Impositiva podría caberle una pena de
hasta 25 años de prisión, según fuentes del Juzgado Federal de Campana. El juez Osvaldo
Enrique Lorenzo rechazó el pedido de exención de prisión interpuesto por el abogado del
prófugo, manteniendo la orden de captura contra Da Corte, que acto seguido apeló la
decisión ante la Cámara Federal de San Martín. Quien fuera director del Banco Central
entre 1983 y 1985, y jefe de la DGI entre 1986 y 1989, bajo el gobierno de Raúl Alfonsín
y siempre gracias a los buenos oficios de la Coordinadora, tiene que responder por 148
hechos de presunto contrabando calificado, siendo acusado por asociación ilícita con la
familia Sambucetti, dueños de la petrolera Rhasa, y por violación a la ley Penal
Tributaria. Por otro lado, Estancias Realicó, empresa presidida por Da Corte y utilizada
para las maniobras investigadas, entró en convocatoria de acreedores y cesación de
pagos.
Con Realicó se hunde la firma que había acumulado las deudas a largo plazo con la DGI
mediante el diferimiento de impuestos, beneficio con que contaba por efectuar inversiones
en Emexal, una firma también presidida por Da Corte y acogida al régimen de promoción
industrial en San Luis. La quiebra es un destino no infrecuente de las empresas
favorecidas con diferimientos: cuando pasan los diez años de postergación, Impositiva se
encuentra con que no hay a quién cobrarle. En este caso, la fallida consignó pasivos por
13,9 millones de pesos, mientras que la AFIP (Aduana y DGI) estima que el fraude
descubierto ocasionó un perjuicio fiscal de por lo menos 37 millones.
La policía logró detener hasta el momento al síndico, al contador y a dos directores de
Rutilex Hidrocarburos Argentina (Rhasa), y en todos los casos el juez rechazó los pedidos
de excarcelación, fundándose en el monto de la defraudación. Esta consistiría tanto en
un contrabando documental, por importar combustible en condiciones preferenciales al
indicar falsamente como destino la industria hidrocarburífera, y por transferírselo
luego sólo en los papeles a las empresas de Da Corte para obtener las
ventajas promocionales, cuando en realidad el inflamable iba a parar, según los sabuesos,
a las 120 estaciones de servicio de Rhasa.
Jorge Sambucetti, presidente de esta firma, y sus asesores impositivos (entre éstos el
propio Da Corte) siguen prófugos tras denegárseles la eximición de prisión. La
Justicia venía investigando a Rhasa desde hace dos años y medio por adulteración de
naftas, y aunque el juez Lorenzo emitió órdenes de captura contra los Sambucetti ya en
ese caso, en octubre pasado consiguieron que la Cámara los eximiera, ordenándole además
al magistrado veintiún nuevas medidas procesales.
De acuerdo con el criterio del juez de Campana, Da Corte y sus cómplices deben permanecer
en prisión mientras se sustancia la causa, porque de otro modo, teniendo en cuenta el
volumen de las actuaciones, nunca llegarían a ser sancionados. La intención de Lorenzo,
según trascendió en medios próximos a su juzgado, sería llegar lo más rápidamente
posible al juicio oral. Por ahora, de los 148 hechos computados, el informe preliminar del
perito abarca 21, y en todos los casos confirmaría la comisión del fraude contra el
fisco.
El caso Da Corte es particularmente significativo por tratarse de quien condujo Impositiva
durante más de tres años, y porque otros dos ex titulares de la DGI, Hugo Gaggero y
Ricardo Cossio, están también bajo la lupa de la Justicia por otros escándalos
tributarios.
EL PLAN DE CONVERTIBILIDAD CUMPLIO OCHO AÑOS
Cavallo sopló las velitas
Por Pablo Ferreira
El gobierno de
Menem fue el que falló en resolver los problemas de pobreza y desempleo, y no la paridad
peso-dólar. Así el diputado y ex ministro Domingo Cavallo eludió ayer una de las
críticas centrales al Plan de Convertibilidad al cumplirse ocho años de su
instauración.
Además, el candidato presidencial de Acción por la República aseguró que la economía
puede reactivarse inmediatamente si se anularan las reformas impositiva y
laboral, se devolviera rápido y en efectivo el IVA a los empresarios y se
bajara el gasto público. Para Cavallo la panacea para todos los males que sufre Argentina
pasa por más convertibilidad.
La única autocrítica que admitió el ex ministro, cuya gestión fue abortada por Menem a
mediados de 1995, fue la reimplantación de los aportes patronales y el aumento del IVA al
21 por ciento en abril de ese año. Sin embargo, el candidato también en este caso
encontró la manera de autoexculparse. Fue por presión del FMI, de la CGT y algunos
economistas conservadores como Roberto Alemann que se pusieron de acuerdo para decir que
esa era la causa de los problemas, acusó.
El Gobierno, no sólo el ministro Roque Fernández, no atacó el problema de la
desocupación, la salud y la educación, señaló. En su opinión, para promover el
empleo, por caso, deben reimplantarse las modalidades de trabajo promovidas
calificadas por los caciques sindicales como trabajo basura y
bajar los aportes patronales, entre otras medidas. En defensa de su gestión al frente de
Economía, en cuyo transcurso el desempleo del 6 a más del 18 por ciento, dijo que
los costos sociales de la convertibilidad se deben en realidad a las reformas que no
se hicieron.
Con relación a la difícil situación de las pequeñas y medianas empresas, la crisis del
sector agropecuario y las dificultades para exportar de los industriales, Cavallo estimó
que se pueden solucionar en poco tiempo. En ese sentido abogó, por ejemplo,
por la anulación de las reformas impositivas y laborales que incrementan el costo de las
empresas descolocando su producción en los mercados internacionales.
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