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MENEM HACE SUFRIR A ROQUE POR LA REMOCION DE ALONSO
En las Pascuas no se despide

Aunque en el Gobierno nadie duda de que el Presidente terminará respaldando a Roque Fernández, la demora en avalar el despido del secretario de Agricultura muestra su desagrado por la medida.

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Roque Fernández, ministro de Economía. Buscó imponer su autoridad.
Recién el lunes se enfrentará a la prensa para explicar el despido.

Por David Cufré

t.gif (862 bytes) Para no verse involucrado en la desprolija salida de Gumersindo Alonso de la Secretaría de Agricultura, y no tensar más la cuerda en la conflictiva relación del Gobierno con los ruralistas, Carlos Menem optó por dejar pasar el fin de semana largo de Semana Santa antes de pronunciarse sobre esta crisis. A su arribo de Italia, ayer por la mañana, resolvió postergar hasta el lunes un encuentro con Roque Fernández y la definición de quién será el reemplazante de Alonso. Aún así, en el gabinete consideran que Jesús Leguiza, el hombre propuesto por el jefe del Palacio de Hacienda, será finalmente el nuevo secretario de Agricultura.
El mismo lunes Roque daría una conferencia de prensa para explicar los motivos que lo llevaron a remover abruptamente a Alonso –aunque éste insiste en desacatar la disposición del ministro– y postular a Leguiza.
La reacción de los productores agropecuarios fue similar a la de Menem. Más allá de reconocer la sorpresa que les causó la movida del mandamás de Economía, desvincularon el tema de los reclamos que efectúan al Gobierno, al que responsabilizan de desentenderse de la crisis que atraviesa el sector, y ratificaron la realización de medidas de fuerza. Además, numerosas organizaciones regionales, en especial de la agroindustria y de los frigoríficos, respaldaron la acción que planean las cuatro entidades del campo con representación nacional, y anunciaron que se plegarán al paro rural. El próximo miércoles se definirá la modalidad de esa protesta.
Alonso, entre tanto, se mantiene firme en que hasta no ver publicado en el Boletín Oficial el decreto que dispone su alejamiento de la cartera de Agricultura, seguirá considerándose en funciones. Ayer, en breves declaraciones a la prensa antes de partir hacia Córdoba, comentó que durante estas Pascuas rogará a Dios para que “me dé suerte”. Respecto del motivo de su viaje, a Río Cuarto, localidad para la que se postula como intendente, se limitó a contestar que es para “continuar con las intensas tareas del fin de semana”.
La firmeza de Roque es equivalente a la de Alonso. A su favor juega que si Menem desautorizara su decisión, el Presidente tendría problemas más complejos. La suerte del secretario de Agricultura no justifica desatar una crisis con el ministro de Economía, en medio de la recesión y a ocho meses de finalizar su mandato. Además, los tiempos políticos cambiaron. La designación de Alonso, hace siete meses, obedeció a que el menemismo buscó –y consiguió– incorporar a José Manuel De la Sota desde el duhaldismo, para sumarlo al proyecto re-reeleccionista, hoy desinflado.
Menem es consciente del escenario político, pero entre los motivos de su silencio de ayer hay que contar el malestar que le causó el modo en que Roque manejó la salida de Alonso, anunciándola mientras él se encontraba fuera del país. Desde su entorno se atribuyó a esa razón la demora en ratificar la orden del ministro de Economía, y del nombramiento de Leguiza como nuevo secretario. Ese movimiento ya fue formalizado en el Palacio de Hacienda con la redacción del decreto, que aguarda la firma del jefe de Estado.
Leguiza, por su parte, dijo ayer que hasta que Menem no lo designe prefiere no adelantar posiciones sobre los pasos a seguir en caso de ser nombrado. De todos modos, consideró que difícilmente se pueda convencer a los ruralistas de que desistan de la acción gremial. Roque le prometió a su candidato facilitarle la gestión, apelando a medidas de fomento –de carácter impositivo y de auxilio financiero– para los pequeños productores y a aquellos afectados por las inundaciones. En cambio, descartó acceder a la suspensión del cobro de impuestos creados en la reforma tributaria. “Eso es imposible, más aún teniendo en cuenta que el lunes llega la misión del Fondo Monetario para repactar las metas por el desborde del déficit fiscal”, comentó a Página/12 un vocero de Roque.
“Más allá de lo anecdótico de la salida de un funcionario, acá el problema es la crisis del sector rural”, subrayó Marcelo Muñagurria, presidente de Confederaciones Rurales, llevando el tema al terreno que les importa a los hombres de campo. “Las organizaciones rurales nos mantenemos firmes en la decisión de concretar la protesta”, concluyó.

 

Gumersindo vuelve al agua

Cuando en pocos meses el justicialista José Manuel de la Sota, gobernador electo de Córdoba, asuma ese cargo, tendrá que afrontar las consecuencias económicas de una pésima temporada para el agro, uno de los sectores que más divisas le proporciona a la provincia. Debido a las persistentes y abundantes lluvias, quedaron inutilizadas por el agua 500 mil hectáreas, 100 mil más que las que resultaron afectadas el año pasado por la “Corriente del Niño”. Los productores provinciales plantearon el problema y exigieron soluciones al gobernador radical, Ramón Mestre, y al propio De la Sota, quien se comprometió a “estudiar” la crítica situación. Pero para cualquier medida que requiera trasponer los límites cordobeses, el actual senador ya no tendrá el mismo plafond que hace dos días. Gumersindo Alonso, hombre allegado a él, acaba de ser echado por Roque Fernández de la Secretaría de Agricultura, con el argumento de que contrariaba la política económica del Gobierno, al apoyar el paro que anunciaron las entidades agropecuarias.


“Unidad básica cordobesa”

Felipe Solá, antecesor de Gumersindo Alonso en la Secretaría de Agricultura, justificó la decisión de Roque Fernández de relevar al funcionario. “No puede haber nunca un secretario que base su mínima probabilidad de éxito, ante una crisis tan dura como la actual, en arrebatarle cosas al ministro al estilo conquista gremial”, remarcó ayer Solá, quien también se encuentra enfrentado con Alonso. El motivo de esa disputa se basa en que el ahora precandidato a gobernador bonaerense por el justicialismo propuso para que lo sucediera en la cartera rural –hace siete meses– a Jesús Leguiza, quien se desempeñaba como su segundo. Alonso “puso una unidad básica cordobesa (en Agricultura), porque fue parte de una maniobra vinculada con ganar la gobernación de ese provincia” para el menemismo, opinó Solá, en referencia a que Alonso es el ahijado político del electo gobernador José Manuel De la Sota. “Si uno se lleva mal con las líneas de Economía, no hay secretario posible. Además, Roque nunca tuvo confianza en Alonso”, indicó Solá.

 

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