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Por David Cufré Para no verse involucrado en la desprolija salida de Gumersindo Alonso de la Secretaría de Agricultura, y no tensar más la cuerda en la conflictiva relación del Gobierno con los ruralistas, Carlos Menem optó por dejar pasar el fin de semana largo de Semana Santa antes de pronunciarse sobre esta crisis. A su arribo de Italia, ayer por la mañana, resolvió postergar hasta el lunes un encuentro con Roque Fernández y la definición de quién será el reemplazante de Alonso. Aún así, en el gabinete consideran que Jesús Leguiza, el hombre propuesto por el jefe del Palacio de Hacienda, será finalmente el nuevo secretario de Agricultura. El mismo lunes Roque daría una conferencia de prensa para explicar los motivos que lo llevaron a remover abruptamente a Alonso aunque éste insiste en desacatar la disposición del ministro y postular a Leguiza. La reacción de los productores agropecuarios fue similar a la de Menem. Más allá de reconocer la sorpresa que les causó la movida del mandamás de Economía, desvincularon el tema de los reclamos que efectúan al Gobierno, al que responsabilizan de desentenderse de la crisis que atraviesa el sector, y ratificaron la realización de medidas de fuerza. Además, numerosas organizaciones regionales, en especial de la agroindustria y de los frigoríficos, respaldaron la acción que planean las cuatro entidades del campo con representación nacional, y anunciaron que se plegarán al paro rural. El próximo miércoles se definirá la modalidad de esa protesta. Alonso, entre tanto, se mantiene firme en que hasta no ver publicado en el Boletín Oficial el decreto que dispone su alejamiento de la cartera de Agricultura, seguirá considerándose en funciones. Ayer, en breves declaraciones a la prensa antes de partir hacia Córdoba, comentó que durante estas Pascuas rogará a Dios para que me dé suerte. Respecto del motivo de su viaje, a Río Cuarto, localidad para la que se postula como intendente, se limitó a contestar que es para continuar con las intensas tareas del fin de semana. La firmeza de Roque es equivalente a la de Alonso. A su favor juega que si Menem desautorizara su decisión, el Presidente tendría problemas más complejos. La suerte del secretario de Agricultura no justifica desatar una crisis con el ministro de Economía, en medio de la recesión y a ocho meses de finalizar su mandato. Además, los tiempos políticos cambiaron. La designación de Alonso, hace siete meses, obedeció a que el menemismo buscó y consiguió incorporar a José Manuel De la Sota desde el duhaldismo, para sumarlo al proyecto re-reeleccionista, hoy desinflado. Menem es consciente del escenario político, pero entre los motivos de su silencio de ayer hay que contar el malestar que le causó el modo en que Roque manejó la salida de Alonso, anunciándola mientras él se encontraba fuera del país. Desde su entorno se atribuyó a esa razón la demora en ratificar la orden del ministro de Economía, y del nombramiento de Leguiza como nuevo secretario. Ese movimiento ya fue formalizado en el Palacio de Hacienda con la redacción del decreto, que aguarda la firma del jefe de Estado. Leguiza, por su parte, dijo ayer que hasta que Menem no lo designe prefiere no adelantar posiciones sobre los pasos a seguir en caso de ser nombrado. De todos modos, consideró que difícilmente se pueda convencer a los ruralistas de que desistan de la acción gremial. Roque le prometió a su candidato facilitarle la gestión, apelando a medidas de fomento de carácter impositivo y de auxilio financiero para los pequeños productores y a aquellos afectados por las inundaciones. En cambio, descartó acceder a la suspensión del cobro de impuestos creados en la reforma tributaria. Eso es imposible, más aún teniendo en cuenta que el lunes llega la misión del Fondo Monetario para repactar las metas por el desborde del déficit fiscal, comentó a Página/12 un vocero de Roque. Más allá de lo anecdótico de la salida de un funcionario, acá el problema es la crisis del sector rural, subrayó Marcelo Muñagurria, presidente de Confederaciones Rurales, llevando el tema al terreno que les importa a los hombres de campo. Las organizaciones rurales nos mantenemos firmes en la decisión de concretar la protesta, concluyó.
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