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Por Mónica Flores Correa desde Nueva York Si nosotros no paramos esta locura, ¿quién lo haría?, reflexionó ayer con un tono resignado y enojado una neoyorquina entrevistada en la calle por una de las radios de la ciudad. Con esta frase, la mujer pareció sintetizar el sentimiento de muchos norteamericanos, quienes sin entusiasmo, pero con cierto sentido de fatalidad ineludible, aceptan que la obligación de defender a los que su gobierno decreta como débiles, con mayor o menor razón, es parte del paquete del notable poderío de Estados Unidos. El horror de Kosovo, que los días anteriores ya había estado bien presente en los hogares de este país con las imágenes televisivas de la peregrinación sin fin de refugiados, cobró aún más fuerza cuando los canales de televisión mostraron a los tres soldados estadounidenses capturados el miércoles, uno de ellos con la cara golpeada por los serbios. Sin promesas de que esta nueva participación concluya rápidamente la administración Clinton no habla de tiempos, una significativa mayoría aprueba el operativo internacional, por lo menos por el momento, conmovida por las víctimas y espantada por la brutalidad de Milosevic, aunque sin entender claramente qué intereses de Estados Unidos están en juego en los Balcanes. La incomprensión, como la resignación, tampoco es nueva: generalmente, los norteamericanos no entienden del todo cuáles son los motivos por los que sus militares intervienen en regiones remotas cuyos nombres se ven forzados a aprender a pronunciar de un día para el otro. Bill Clinton, que ha pronunciado la palabra Kosovo de varias maneras diferentes en estas últimas jornadas, dijo ayer que hacía responsable a Milosevic por la suerte de los tres soldados. El líder serbio no debe cometer errores advirtió Clinton en una visita a la base naval de Norfolk, Estados Unidos cuidará a los suyos. Reconoció, sin embargo, que la misión de la OTAN es peligrosa y defendió la política militar de Estados Unidos, acusada de incoherencia, argumentando que si bien no podemos hacer todo por todo el mundo, esto no significa que entonces no hagamos nada por nadie. El secretario de Defensa, William Cohen, que acompañó a Clinton a Norfolk, contestó a las críticas que sostienen que la administración no había previsto la escalada de violencia serbia en Kosovo. Sabíamos que no iba a ser fácil, sostuvo, y definió como completamente ficticias las afirmaciones de que el gobierno norteamericano ignoró las advertencias de que los bombardeos aéreos solos no salvarían a los albaneses de Kosovo y que Milosevic intensificaría la agresión contra los habitantes de esa región. Cohen también destacó que la captura de los tres soldados no debilitará la resolución de la OTAN. La situación es peligrosa: Yugoslavia someterá a los tres hoy a una corte marcial. Pese a que la crisis humanitaria, con la expulsión de los albaneses de Kosovo, parece fuera de control, Clinton se ha mostrado renuente a hacer intervenir las fuerzas militares terrestres. El operativo aéreo no es un comercial de treinta segundos, dijo el presidente el miércoles, en una entrevista con el periodista Dan Rather de la cadena televisiva CBS. Clinton evitó descartar explícitamente la posibilidad de una intervención bélica terrestre, pero enfatizó que no estaba considerando esa decisión por el momento. Sin embargo, el Wall Street Journal informó ayer que se evalúa la posibilidad de hacer intervenir a la División Aerotransportada 82, una fuerza de infantería ligera, que actuaría como un escudo para crear una zona de seguridad para los refugiados albaneses expulsados de Kosovo. Si se concreta este escenario, esta fuerza sería suplantada a las pocas semanas por una división estadounidense de tanques más pesada (Heavier American Tank Division), que se encuentra acantonada en Europa.La oposición en Washington a un operativo terrestre puede ser feroz, indicó el WSJ. Pero el matutino también señaló que algunos políticos ya están advirtiendo que la NATO no tendrá otra alternativa. Entre otros, el senador republicano John Mc Cain, posible candidato presidencial y veterano respetado de la guerra de Vietnam, ha instado a una intervención más directa, desde el punto de vista del peligro: Nosotros nos comprometimos y debemos hacer lo que se debe, ha dicho. La captura de los soldados Andrew Ramírez, Christopher Stone y Steven González subrayó los riesgos que puede haber en el futuro. Durante todo el día, los medios de comunicación transmitieron los comentarios angustiados de parientes y amigos de los tres muchachos. Los tres militares, dos de ellos hispanos, fueron descriptos como hombres fuertes, queridos y orgullosos de servir a su país. Para tranquilidad de la administración, ningún allegado a los capturados cuestionó el sentido de la misión del otro lado del océano. Estamos en shock reconoció el padre de Stone, que vive en Los Angeles, no sabíamos que algo así estaba pasando. Un instructor de deportes de Stone, Ken Marzka, comentó que Chris es un chico duro... Nunca abandona. Nunca fue excelente (como corredor), pero cuando llega el momento de la prueba, él se vuelve más y más duro. Chris va a estar bien, auguró. Hablando del sargento Stone capturado, el instructor pareció predecir lo que los norteamericanos avizoran y temen en el horizonte de esta misión, no sólo para Chris Stone sino para toda su gente en el frente de combate, que no abandonarán ni se rendirán y que tendrán que volverse más y más duros para afrontar lo que eventualmente haya que soportar.
Misilazo ruso de advertencia Frente a la guerra de la OTAN contra su aliado étnico-religioso serbio, Rusia busca demostrar que su ejército y su potencial militar son algo más que chatarra. Desde hace años, la situación de la flota del Norte preocupa más a Greenpeace que a Estados Unidos, por el temor a una catástrofe ecológica causada por filtraciones de obsoletos reactores nucleares de submarinos. Sin embargo, ha sido un sumergible, del tipo Delta-4, que navegaba por el mar de Barents, el que lanzó ayer con éxito un misil intercontinental hacia un blanco situado en la península de Kamchatka, a miles de kilómetros de distancia. Según fuentes militares, un submarino espía fue expulsado de la zona de maniobras, lo que demuestra el creciente interés de las fuerzas de la OTAN por la actividad de las flotas rusas. Mientras tanto, un buque militar llegó al Mediterráneo, y pronto se le unirán otros siete.
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