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BOMBARDEARON DOS MINISTERIOS EN PLENO CENTRO DE LA CAPITAL DE YUGOSLAVIA
Belgrado está que arde con la OTAN

La Alianza Atlántica escaló su ofensiva contra Yugoslavia bombardeando dos ministerios en pleno centro de Belgrado. Rusia había dicho que podría ayudar al país atacado, mientras el éxodo kosovar proseguía y en EE.UU. se hablaba de enviar tropas terrestres.

Alianza: La tradicional alianza entre Rusia y Yugoslavia ya daba signos de ir mucho más allá de las palabras, y el ataque de ayer sólo puede reforzar esta corriente.

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Artistas y estudiantes yugoslavos se ponen como blancos de la OTAN en el centro de Belgrado.
Después de los ataques, centenares de jóvenes formaron una cadena humana para defender un puente.


t.gif (862 bytes)  La OTAN celebró el Viernes Santo atacando el centro de la capital yugoslava de Belgrado. La televisión serbia mostró ayer a la noche imágenes de dos edificios ministeriales en llamas luego de un bombardeo de la OTAN. El Pentágono confirmó los ataques como parte de su estrategia, y fuentes anónimas agregaron que se ejecutaron con misiles de crucero disparados desde la flota atlántica en el Adriático. Según el Times de Londres, el comandante de la OTAN en Europa, el general Wesley Clark, había recibido órdenes de “sacarse los guantes” en su ofensiva. Ahora que parece haberlo hecho, está en una carrera contra reloj. El gobierno yugoslavo había lanzado ayer un pedido de auxilio militar a Rusia, cuyo Estado Mayor estimó tal apoyo como “posible”. El mismo día partió una flota de observación rusa dirigida a la zona de guerra en los Balcanes, que llegará la semana que viene. La limpieza étnica en Kosovo da signos de estar cerca del éxito, no obstante la campaña aérea intensificada, y el encuentro el jueves de Milosevic con el líder kosovar Ibrahim Rugova planteó la posibilidad de un acuerdo en Kosovo sin la OTAN. La alternativa para resolver el conflicto antes de que estos factores entren en acción era la intervención de tropas de tierra. La OTAN pareció elegir ayer el bombardeo de la capital yugoslava como el mal menor.
“Podemos confirmar que se ha hecho blanco contra objetivos en el centro comercial de Belgrado”, anunció oficialmente ayer el portavoz del Pentágono Kenneth Bacon. Las imágenes de los edificios en llamas no dejaban lugar a dudas. La televisión serbia informó que los edificios eran el Ministerio del Interior de la República Federativa de Yugoslavia y el Ministerio del Interior de la República Serbia. La cadena CNN citó fuentes del Pentágono para afirmar que los ataques fueron llevados a cabo por ocho misiles cruceros desde la flota de la OTAN en el Adriático: siete misiles lanzados por buques norteamericanos, y uno por el submarino británico “HMS Splendid”. En Belgrado la acción desató una tempestad de indignación popular, y el presidente Slobodan Milosevic parecía más fuerte que nunca.
El interrogante sobre las bajas es una pregunta abierta. Las autoridades yugoslavas afirmaron que “no hubo bajas”, pero en una ciudad tan congestionada como Belgrado las posibilidades de que se hayan registrado algunas deben ser muy grandes. La televisión serbia afirmó que “los daños son enormes”, y que una clínica maternal se encontraba muy cerca de los objetivos. Las llamas no habían podido ser dominadas horas después del ataque, y la escena fue descripta por un corresponsal de la CNN como “un infierno”. En cualquier caso, las reacciones en Yugoslavia fueron de indignación. Varios centenares de yugoslavos, todos con la insignia “target” (blanco militar), formaron cadenas humanas sobre el puente que une Belgrado con el suburbio de Novi Belgrado. Esto responde a los ataques de la OTAN contra las “vías de suministro” del ejército serbio.
¿Qué se encuentra detrás del ataque a la ciudad? Tácticamente, hay dos posibilidades. Por un lado los ministerios del Interior atacados eran los cuarteles de las fuerzas especiales serbias, encargadas de la “limpieza étnica” en la provincia de Kosovo. El ataque podría así ser presentado como un paso ulterior de la OTAN en su objetivo de “degradar” la capacidad de represión de Milosevic. Otra posibilidad es que la OTAN haya querido eliminar a miembros clave del gobierno de Milosevic, o a Milosevic mismo.
La Alianza no dio explicaciones ayer, pero los motivos pueden ser estimados. Los ataques aéreos contra el ejército serbio en Kosovo estaban siendo sometidos a críticas crecientes por su falta de resultados. El alto mando de la OTAN había afirmado ayer que había logrado –merced al bombardeo de carreteras y puentes, entre ellos el de Novi Sad sobre el Danubio, 70 kilómetros al norte de Belgrado– cortar sus rutas de abastecimiento. Pero la marea humana de kosovares refugiados en Macedonia y Albania evidentemente los empujó a adoptar medidas más fuertes.
Sin embargo, el camino emprendido ayer está repleto de peligros. En principio, el tradicional “entente cordiale” entre Rusia y Yugoslavia yadaba signos de ir mucho más allá de las palabras, y el ataque de ayer sólo puede reforzar esta corriente. El ministro de Defensa Yugoslavo Pavle Bulatovic había pedido ayuda militar “rápida y efectiva” contra la “agresión de la OTAN”. Transcendió ayer que en la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso) existe una mayoría en favor de enviar ayuda militar. Esto significa que, si el Kremlin decide hacerlo, no habría ningún obstáculo parlamentario. Asimismo, en menos de una semana habrá en el Mar Adriático una flota rusa armada con la misión de salvaguardar “los intereses de Rusia” en la región. Varias agencias rusas habían informado ayer que los servicios de inteligencia tenían estrechos contactos con sus colegas serbios, y proveían de información a las defensas aéreas yugoslavas acerca de los ataques de la OTAN.
El frente diplomático de la OTAN con Rusia era igualmente inquietante. La cumbre de los jefes de gobierno de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI, la ex URSS) había exigido ayer a la OTAN “una solución política al conflicto”. El canciller ruso Igor Ivanov comparó los ataques a Yugoslavia con “Hiroshima y Nagasaki”. Ante todo esto, el general Clark se ocupó ayer de subrayar a Rusia los límites de su simpatía por Serbia. “Es ante todo un problema diplomático. No deben interferir en nuestras operaciones”. Con dos ministerios en llamas en el centro de Belgrado, parece improbable que sea obedecido.

 

Claves

ron2.gif (93 bytes)  El bombardeo al centro de Belgrado es parte de una escalada anunciada, donde las bajas civiles son inevitables.
ron2.gif (93 bytes)  Pero Slobodan Milosevic, que ha manejado con destreza la guerra de propaganda, respondió con la formación de columnas humanas para impedir el bombardeo de centros vitales de la capital.
ron2.gif (93 bytes)  Militarmente, la Operación Fuerza Aliada sigue disparando por la culata: crece el éxodo de los albano-kosovares que la acción se proponía proteger, multiplicando los llamados al uso de tropas terrestres.
ron2.gif (93 bytes)  La ayuda rusa a Serbia es una posibilidad en términos de logística y entrega de material militar, lo que rompería un embargo internacional.
ron2.gif (93 bytes)  El conflicto crece, con el peligro de un golpe serbio en la vecina Montenegro.


LOS ATAQUES ABREN NUEVAS POSIBILIDADES DIPLOMATICAS A RUSIA
Moscú busca una revancha política

Por K. S. Karol

t.gif (862 bytes) Los rusos percibieron el ataque a Yugoslavia como una traición por parte de Estados Unidos. Washington no esperó para atacar a atender las razones del premier ruso Yevgueni Primakov, quien precisamente estaba llegando en avión a Estados Unidos. Primakov, informado durante el viaje por el vicepresidente norteamericano Al Gore de que estaban comenzando los ataques aéreos, dio marcha atrás sobre el Atlántico y volvió a Moscú. A los ojos del premier ruso, nada justificaba una acción tan precipitada de la OTAN. Rusia había sido considerada por los norteamericanos como una potencia de segundo orden y sin voz en la reunión capitular de los grandes.
Ni Primakov ni Boris Yeltsin podían tragarse tranquilamente la píldora. Diplomático de carrera, Primakov se limitó a constatar que la agresión era ilegal. Yeltsin, más brutalmente, evocó el espectro de una tercera guerra mundial y anunció medidas militares sobre la naturaleza de las cuales su propio portavoz tuvo que desmentirlo horas después.
Toda la prensa rusa, inclusive la más occidental, se levantó contra las operaciones de Estados Unidos. Ningún diario en Moscú tomó en serio la tesis de la “intervención humanitaria”: “Si Clinton fuese tan sensible a las desgracias de las pequeñas naciones, no se hubiese callado durante la guerra de Chechenia, que hizo mil veces más víctimas que la de Kosovo”, repiten todas las editoriales. Algunos citan también a los kurdos, que sufren represiones y masacres de parte de Turquía sin que la prensa norteamericana abra la boca sobre su aliado. Y para el cotidiano moscovita de gran tirada Moskovkski Komsomolets, “Bill Clinton intenta ahogar en Yugoslavia el recuerdo del affaire con Monica Lewinsky”.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Igor Ivanov, que formaba parte del Grupo de Contacto sobre la ex Yugoslavia, acusó explícitamente a los norteamericanos de haber armado al Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) que, según él, “encarna el extremismo islámico en el continente europeo”, hasta tal punto que no sería extraño ver salir de entre sus filas un nuevo Bin Laden, el terrorista al que los norteamericanos apoyaron inicialmente en Afganistán. Con más fundamento, acusa a Estados Unidos de servirse de la OTAN para imponer al mundo su diktat político, económico y militar. Es por esto último que Rusia rompió el diálogo fatigosamente esbozado con la OTAN en los últimos dos años.
Fue Ivanov, y no Primakov, quien presentó a la Duma (Cámara baja del Parlamento) el informe del gobierno. Misión delicada, porque la unanimidad filoserbia no bastó para sedar el conflicto político interno, furioso en este momento eleccionario. Para los comunistas y sus aliados, que sienten que la balanza política se inclina a su favor, la toma de posición de Yeltsin contra la OTAN no borra los daños cometidos en la gestión del país. Para los comunistas, Yeltsin es quien destruyó la economía y debilitó al país, permitiendo a los norteamericanos humillar a Rusia. Los nacionalistas de Vladimir Zhirinovski acusaron inmediatamente a los “rojos” de minar la autoridad del comandante supremo del ejército en plena crisis internacional. Después pidieron el envío de un cuerpo de voluntarios rusos a Serbia, como el que enviaron en 1876 para combatir a los turcos. Finalmente, los dos grupos pidieron que Rusia ponga fin unilateralmente al embargo internacional contra Yugoslavia y vuelva a enviarle armas.
Esta estrategia prudente es típica de Primakov. Cuando volvió del viaje frustrado a Washington, el premier se hizo entrevistar largamente por la televisión. “Rusia no debe aislarse del resto del mundo, sobre todo de Europa”, dijo antes que nada Primakov, informando que Gerhard Schroeder, el canciller alemán, lo había llamado por teléfono proponiéndole reforzar la unión entre Rusia y la Unión Europea. Recordó después que la agresión aYugoslavia era impopular no sólo en Europa sino también, en buena medida, en Estados Unidos. En cuanto al ejército ruso, no es un tigre de papel, en el plano tecnológico no es el segundo de nadie –agregó para poner un bálsamo en el corazón de los exacerbados teleespectadores– pero precisó que no pensaba poner en estado de alerta las fuerzas de intervención rápida ni de instalar misiles nucleares en Bielorrusia o Ucrania, como pidió el Parlamento ucraniano. Cuando le preguntaron por las negociaciones con Michel Camdessus, director del Fondo Monetario Internacional, Primakov dijo que no veía en qué sentido la guerra en Yugoslavia podía interferir en la negociación financiera. Esta precisión no deja dudas sobre las prioridades efectivas de Moscú.
La tranquilidad de Primakov se explica sin duda con la convicción de que los norteamericanos, que se movieron contra Belgrado sin pedirle su opinión, tendrán necesidad de él para salir del túnel en el cual se empantanaron. Rusia es el único país al que se escucha en la capital serbia. Podría convencer a Milosevic que acepte el despliegue de una fuerza militar de interposición en Kosovo, no compuesta por tropas de la OTAN bajo comando norteamericano, algo que Belgrado obviamente rechaza, sino de europeos con una fuerte participación rusa y ucraniana. Es la solución que ya propusieron mediadores no oficiales, como el alcalde de Moscú Yuri Luzhkov y algunos componentes de la vieja guardia reformista como Egor Gaidar, Boris Nemtsov, Boris Fyodorov, que ya corrieron a Yugoslavia en misión no oficial. Aunque estos no tienen gran peso en Belgrado, si Primakov consiguiera un gesto de Milosevic que permita la continuación de las negociaciones, esto será para Rusia una hermosa revancha.

 


 

Estados Unidos empieza a pensar en un fracaso

El fantasma de la derrota está en la mente de todos en Estados Unidos. Bill Clinton negó ayer que la operación Fuerza Aliada esté fracasando, mientras aumenta la presión para el envío de tropas terrestres.

Bill Clinton en su conferencia de prensa de ayer.
Todavía dice que los bombardeos no son contraproducentes.

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Por Mónica Flores Correa desde Nueva York

t.gif (862 bytes) La impresión de que los bombardeos aéreos sobre Yugoslavia están fracasando sobrevuela Washington. En el Pentágono, los más altos oficiales discuten agriamente sobre la efectividad de la estrategia elegida. Y entre los políticos cunde la división de opiniones acerca de si finalmente habrá que resignarse a hacer intervenir las tropas de tierra, con todos los peligros que esto implica. “¿No cree usted que Kosovo está definitivamente perdido?”, le preguntó ayer a Bill Clinton un periodista en una conferencia de prensa. El presidente dijo que no. Reiteró que la crisis humanitaria de los refugiados es “grave”, sostuvo que los bombardeos no habían sido contraproducentes, pese a que Slobodan Milosevic intensificó la violencia contra los albano-kosovares cuando comenzó el operativo de la OTAN y manifestó que estaba “impresionado” por informes de que “los refugiados apoyan decididamente la acción” de la alianza. Agregó que Estados Unidos se mantendrá junto a sus socios militares europeos y brindará ayuda para que los kosovares retornen a su región. Indicó que posiblemente deba enviarse una fuerza de seguridad terrestre para proteger a la perseguida comunidad étnica. El eje de inquietud pareció ayer moverse a la posible invasión de Montenegro por las fuerzas de Milosevic (ver pág. 6). James Rubin, del Departamento de Estado, advirtió que el líder serbio no debía atreverse a derrocar la democracia montenegrina.
La intransigencia de Milosevic, las imágenes de las caravanas de refugiados, la captura de los tres soldados norteamericanos por las fuerzas serbias, acicatean, sin embargo, la impaciencia, pese a las palabras que instan a la calma y los intentos de ofrecer reaseguros de la administración. El Wall Street Journal informó ayer que en el Pentágono los militares se acusan mutuamente por las críticas al bombardeo en Kosovo. “Los oficiales del ejército y la marina protestan que la Fuerza Aérea publicitó demasiado la capacidad de su poderío. Por su parte, los oficiales de la Aeronáutica dicen que la campaña aérea es demasiado limitada en espectro y tamaño sin tropas terrestres que la apoyen. Un experto militar del Capitolio coincide con esta apreciación y ha bautizado la misión ‘Zorro del desierto lite’, en comparación con los bombardeos contra Irak realizados en diciembre pasado.”
Si bien dispersos por el feriado largo de Pascua, los legisladores de ambos partidos virtieron opiniones contradictorias acerca del conflicto y la necesidad o no de incluir fuerzas terrestres. La captura de los tres norteamericanos provocó desasosiego, irritación y críticas. El senador republicano John McCain, una voz muy escuchada en temas militares, pospuso el anuncio de su postulación como candidato presidencial debido a la situación, e instó a la administración a que “intensifique la campaña aérea y considere otras opciones”, incluso el envío de tropas terrestres.
De las propias filas demócratas salió una de las críticas más duras a la misión militar, en la voz del senador Robert Torricelli. “Para mí, es incomprensible que los militares estadounidenses hayan enviado una patrulla de tres hombres cerca de la frontera con Serbia. Parece haber sido una invitación”, dijo. Con respecto al bombardeo limitado para quebrar a Serbia, comentó que nunca había sido “un plan muy realista”.
“Esta política no funciona. Es como tirar gasolina en un incendio”, afirmó el senador republicano Pat Roberts. Y el senador Richard Lugar, respetado miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, publicó el jueves una nota en el Washington Post afirmando que “estamos perdiendo la guerra”. La única forma de que EE.UU. y la OTAN reviertan esta situación, dijo Lugar, es que intensifiquen la acción en todos los frentes, desde los bombardeos hasta la posible introducción de tropas terrestres. La nota común en el coro discordante de opiniones es la sensación de que los tiempos se acortan y que una solución expeditiva, en la forma de tropas terrestres, pareciera estar volviéndose inevitable.

 


 

YA ABANDONO LA PROVINCIA UN TERCIO DE LA POBLACION
Kosovo se va quedando sin kosovares

t.gif (862 bytes) El tema de los refugiados en Albania y Macedonia es cada vez más inmanejable para las fuerzas occidentales. Ayer se registró la mayor huida de refugiados de Kosovo hacia Albania: 40.000 personas. La frontera entre Yugoslavia y Macedonia se atiborró con 10.000 refugiados en una sola noche. El portavoz de la OTAN, Jamie Shea, informó ayer que un tercio de la población (634.000 personas) huyó de la provincia yugoslava. Las organizaciones humanitarias occidentales y el gobierno macedonio pidieron a gritos una ayuda más sustanciosa. El ministro de Defensa alemán, Rudolf Scharping, anunció que el ejército de su país se hará cargo de la organización y el funcionamiento de los campos de refugiados en Macedonia.
Judith Kumin, portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), señaló que en sólo diez días fue expulsado el 10 por ciento de la población en Kosovo y que se ha organizado una vasta operación de limpieza étnica en la provincia yugoslava. “Si Milosevic decide despoblar completamente Kosovo, los pequeños países vecinos no podrán absorber a esa población”, dijo Kumin. La vicepremier macedonia Radmila Kiprijanova estimó que un total de 10.000 personas llegaron entre el jueves y el viernes desde Kosovo. Frente a esta situación, “si la comunidad internacional considera que Macedonia debe ser un factor de estabilización en la región, también debe considerar que el país ya no está en condiciones de enfrentar solo este problema”, recalcó.
Frente a este vendaval de pedidos de auxilio, el secretario general de la OTAN, Javier Solana, anunció ayer que se tomó “la decisión de pedir a todas las fuerzas desplegadas en Macedonia que ayuden, dentro de las posibilidades que tenemos, a socorrer a todos los refugiados que están allí, y también ayudar al gobierno a manejar el problema”. Por su parte, Alemania reaccionó: Scharping dijo que el ejército alemán se encargará del transporte y la distribución en Macedonia de víveres, vestimenta, mantas y medicinas, y pondrá a disposición médicos y personal sanitario para los campamentos y hospitales en Skopje, la capital del país.

 

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