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Por Juan Ignacio Ceballos desde Salinas, Ecuador ¡No le manden un médico; envíenle un veterinario!, fue el último insulto hiriente que Mariano Zabaleta debió soportar. Tendido en el hirviente cemento del estadio del Golf Country Club Salinas, con su pierna izquierda totalmente acalambrada, el argentino ni siquiera alcanzó a registrarlo. Sí, en cambio, lo hicieron varios integrantes del equipo nacional, que ante la enésima provocación casi se toman a los golpes de puño con los exaltados hinchas locales en la tribuna principal. Así, de manera violenta, terminó esta primera jornada del match por las semifinales de la Zona Americana de la Copa Davis, en la que Ecuador y Argentina empatan 1-1 tras el triunfo de Mariano Puerta (38º del mundo) 64, 7-5, 6-4 sobre Luis Adrián Morejón (149º), y la caída de Zabaleta (52º) ante Nicolás Lapentti (44º) por 6-3, 7-6 (7-4), 5-0 y abandono. Resultados parciales tan lógicos como previsibles. Clima de Copa tan agresivo como, lamentablemente, esperable... Tal vez afectados por los 38 grados de temperatura, o quizá sometidos a los tempranos efectos de la bebida en todos los puestos del estadio se vendía libremente cerveza, las broncas de buena parte de los dos mil espectadores marcaron el ritmo en el primer día de enfrentamientos. ¡Gordito boludo! ¡Muérete bajo el calor! ¡Eres una cucaracha de panadería!, fue uno de los insultos que abrieron el match entre Puerta y Morejón. Curioso: los gritos venían desde el sector VIP, ubicado en una cabecera del estadio, donde se reunía apretujada en unos pocos escalones toda la creme societaria de Guayaquil, que suele pasar los fines de semana aquí, en Salinas, y que ayer, por lo visto, estaba más populachera que nunca. Abstraído de tales agresiones, sin embargo, sobre la cancha Puerta orquestó el partido más inteligente que un argentino haya jugado por Copa Davis en mucho tiempo. Sabedor de su superioridad, el cordobés reguló su esfuerzo físico durante las dos horas y 9 minutos de juego, se concentró en mantener con comodidad el saque (en el primer set apenas perdió 3 puntos con su servicio, y en el tercero, sólo 6) y únicamente ante la indicación precisa de su padre Rubén fue a buscar los breaks sobre el saque de un errático Morejón. Los consiguió, uno en cada set. Y, en su debut copero, le cerró la boca a todo el estadio. Al menos por un rato. En el segundo partido llegó la tensión a su clímax. Durante el tercer set, mientras en la cancha Zabaleta padecía sus propios nervios y errores, en la tribuna lateral que da espaldas a la silla del umpire casi se arma la guerra. ¡Que se mueran todos, como en Malvinas!, fue la provocación que en un cambio de lado hizo reaccionar verbalmente al masajista del equipo, Gustavo Juárez, y a Fernando Aguirre, preparador físico de Puerta. Inmediatamente se sumó al conflicto el mismo Puerta, quien además tuvo un duro cruce con el organizador del evento, Fabricio Valdivieso. Vos no estás haciendo un carajo para calmar esto. ¡No estás haciendo un carajo!, le dijo enfurecido el jugador, mientras Valdivieso se le venía encima y un agente de la Policía Nacional intentaba separarlos. No hubo trompadas, ni allí, ni en la trifulca posterior, ni en la dramática vuelta del equipo al vestuario, aunque sólo de milagro. Seguramente, hoy la historia se repetirá. Agravios, amenazas y hasta roces formarán parte del menú. Y ni siquiera la protesta oficial hecha por el capitán Daniel García ante el timorato árbitro general Roberto Browne Da Veiga los ¡muérete, muérete no son insultos, sino intimidaciones, le reclamó tras el partido servirá para aplacar tanto matonismo tribunero. Al fin, según reza el mito, esto es la Davis. Y, según parece, todo vale.
MARIANO PUERTA, TRAS SU VICTORIA ANTE MOREJON Por J.I.C., desde Salinas
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