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ENVIARAN ENTRE 6000 Y 8000 SOLDADOS A ALBANIA MIENTRAS
PLANEAN UNA INVASION MASIVA
Vía libre para el Vietnam balcánico

En una escalada, la OTAN enviará hasta 8000 tropas terrestres a Albania. El motivo alegado son los refugiados, pero se estaría planeando una invasión de 60.000 soldados para tomar Kosovo. Yugoslavia sigue bajo las bombas.

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Un blindado británico antiaéreo es bajado de un avión norteamericano de transporte.
La perspectiva de combates terrestres se acerca cada vez más con el correr de los días.

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En los campos de refugiados albano-kosovares en Macedonia no hay alimentos. A veces hay agua.
La afluencia de albaneses étnicos a Macedonia aniquila el precario equilibrio social de la república.


t.gif (862 bytes)  Se vienen las tropas de tierra. La OTAN decidió ayer enviar una fuerza de entre 6000 y 8000 soldados a Albania para proveer y coordinar la ayuda para los más de 100.000 refugiados albano-kosovares que se encuentran allí, lo que significa la apertura de un nuevo frente en la guerra balcánica. El diario británico Sunday Times informó ayer además que los estrategas de la OTAN, el Pentágono, y el Ministerio de Defensa británico planean una invasión de al menos 60.000 soldados de tierra para expulsar a las fuerzas serbias de Kosovo.
Por lo pronto, la OTAN prosiguió ayer con su campaña contra las “líneas de suministro” de las fuerzas serbias y destruyó dos puentes sobre el Danubio. Pero la atención internacional, como era de esperarse, se centró en los resultados del bombardeo contra los ministerios yugoslavos en el centro de Belgrado. El portavoz de la OTAN Jamie Shea afirmó que se eliminó el “centro nervioso” de las fuerzas de represión serbia y que las bajas habrían sido “minimizadas al máximo”. Las autoridades serbias se contradecían al respecto: algunos dijeron que no hubo bajas, otros que fueron muchas.
De todos modos, la campaña de la OTAN contra Yugoslavia se acerca a la entrada de tropas de tierra. En una conferencia de prensa, Shea afirmó ayer que el Consejo Atlántico le ordenó ayer al comandante de la OTAN en la región, el general Wesley Clark, que prepare un plan para desplegar tropas y suministros lo antes posible a Albania. Algunos diplomáticos italianos agregaron que la cifra sería de entre 6000 a 10.000 soldados. Es seguro que la avanzada del contingente serán los 2000 marines norteamericanos actualmente a bordo de la flota de la OTAN en el Mar Adriático. También hubo muchos rumores en la última semana de que la 82ª División Aerotransportada sería enviada a la región. Junto con fuerzas de la Alianza, estas unidades serían el grueso del contingente. Si se decide montar una ofensiva terrestre para expulsar a las tropas serbias de Kosovo, los 10.000 soldados en Albania, junto con los 15.000 en Macedonia, estarían sin duda en la vanguardia del ataque.
Esta última posibilidad fue reforzada ayer cuando el Sunday Times publicó información sobre un supuesto plan de la OTAN para un ataque por tierra en Kosovo. El artículo afirma que el plan prevé “al menos 60.000 soldados avanzando en la provincia luego que las fuerzas yugoslavas sean atacadas intensivamente desde el aire”. Los soldados estarían encargados de salvaguardar el retorno de los refugiados albano-kosovares a sus hogares, y tendrían que permanecer “por un mínimo de 10 años” en la región. La versión del diario británico coincide con varias medidas de la OTAN que apuntan claramente en esa dirección. La secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright afirmó sin rodeos ayer que las demandas de la OTAN para que cesen los ataques es que Belgrado acepte la presencia de una fuerza de seguridad en Kosovo para –precisamente– vigilar el retorno de los refugiados. Shea, por su parte, declaró que si los ataques aéreos no tenían éxito, “la Alianza está preparada para enviar una fuerza internacioanl a Kosovo para proteger a los refugiados”. Tanto Albright como Shea evitaron decir si estas tropas tendrían que luchar para entrar en Kosovo.
Podrían tener refuerzos si deciden hacerlo. El gobierno en el exilio de los albano-kosovares decretó ayer el reclutamiento en masa de todos los hombres de edad militar los refugiados en Albania para combatir en Kosovo. Las nuevas tropas serían destinadas a reforzar a la vapuleada guerrilla separatista del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), que actualmente está cerca de ser eliminada por la represión serbia. Con todo, la OTAN podría disponer de un virtual ejército albano-kosovar en el exilio.
Por ahora, sin embargo, la OTAN apuesta todo a que los ataques aéreos contra las líneas de suministro yugoslavas detengan la “limpieza étnica” en la provincia. Los aviones de la OTAN lograron ayer destruir dos puentes sobre el Danubio en la ciudad de Novi Sad, al norte de Belgrado. La fuerza de tierra de la OTAN en la República Serbia de Bosnia dinamitó un trechoestratégico de ferrocarril, cortando una ruta de suministro del ejército yugoslavo desde Serbia hasta Montenegro, donde hay temores de un golpe de Estado instigado desde Belgrado. Según el general a cargo de la operación, el norteamericano Montgomery Meigs, sus tropas recibieron disparos aislados de rifles automáticos AK-47. No hubo bajas y se supone que el fuego provino de serbio-bosnios que simpatizan con Yugoslavia. Las condiciones climáticas sobre Kosovo siguen siendo muy malas, y Shea afirmó que se necesitaba un período de mejor tiempo para “maximizar” la ofensiva.
Por lo pronto, la OTAN está aunando sus fuerzas aéreas para este golpe decisivo. El Pentágono ordenó ayer el envío del portaaviones “USS Franklin D. Roosevelt” –que carga 70 aviones de guerra y una reserva de misiles de crucero– al Mar Adriático. Estados Unidos trasladaría además algunos de sus aviones a Alemania para reducir el congestionamiento en la base aérea de Aviano en Italia. La teoría que se puede derrotar a un país sólo con la fuerza aérea parece a punto de entrar en su prueba de fuego.

 

Claves

ron2.gif (93 bytes)  Entre 6000 y 8000 tropas terrestres irán a Albania para ayudar a los refugiados albano-kosovares, lo que plantea la posibilidad de su entrada en combate con tropas serbias en Kosovo.
ron2.gif (93 bytes)  Se estaría planeando una invasión a Kosovo con 60.000 tropas terrestres, respaldadas por una feroz ofensiva aérea. La operación es difícil por lo accidentado del terreno y la excelente preparación y moral de combate de los 90.000 soldados de Yugoslavia.
ron2.gif (93 bytes)  Existe el peligro de escaladas graduales de la OTAN, que respondan a los cambios de la situación pero que no sean suficientes para prevalecer. Ese es el escenario de un Vietnam balcánico: un empantanamiento creciente de la acción militar, con un cambio de la opinión pública.
ron2.gif (93 bytes)  Hoy cumple 50 años la OTAN, una alianza defensiva que está embarcada en una ofensiva contra un país soberano. Las dificultades de esta operación, que prometía una salida rápida de la crisis sin bajas occidentales, podrían llegar a dividir a la Alianza Atlántica.

 

 

DESPUES DE UNA OPERACION ERRONEA, LA OTAN ESTA OBLIGADA A GANAR
El escenario más temido se aproxima

Por Claudio Uriarte

t.gif (862 bytes) Una catástrofe militar está en marcha en los Balcanes. El anuncio del envío a Albania de una fuerza de 6000 a 8000 marines destinada a ayudar a los cientos de miles de refugiados albano-kosovares que se han derramado sobre ese país es solamente la indecisa punta de lanza de una fuerza de intervención terrestre que Bill Clinton y la OTAN aún no se han resuelto a despachar a la zona, pero cuya entrada en escena se vuelve más inevitable a medida que las premisas de la Operación Fuerza Aliada, que suponían que Slobodan Milosevic accedería a la pax otaniana después de unos días de bombardeos, se prueban desastrosamente falsas: el bombardeo no sólo ha reforzado a Milosevic en su poder sino que le permitió limpiar la provincia rebelde de Kosovo de un tercio de sus habitantes albaneses, precisamente por lo que Fuerza Aliada se lanzó con la intención declarada de evitar. Por eso, el anuncio de ayer tiene un precedente ominoso: fue así, con escaladas graduales, que Estados Unidos se empantanó en Vietnam.
Es difícil decidir qué es más asombroso dentro de la operación: si el grado de improvisación militar con que se la lanzó o la irresponsabilidad geopolítica de quienes la ordenaron. Por un lado, el Pentágono y la OTAN planearon solamente para el mejor de los casos; no se hicieron planes de contingencia; el nivel de tropas estacionadas en la zona –12.000 soldados, en Macedonia– claramente iba a resultar insuficiente en el caso de que se probara necesaria una entrada en acción de la infantería, y como de todos modos estaban asignadas a una misión diferente –proteger la integridad territorial de Macedonia– respondían a una cadena de mandos y a unas consignas diferentes que las de la operación principal. En este sentido, el episodio en que tres soldados norteamericanos fueron capturados por fuerzas serbias esta semana es ejemplar: una patrulla claramente exigua fue enviada sin ningún tipo de cobertura a una zona de la frontera kosovo-macedonia que para colmo no está claramente demarcada, y es objeto de disputas. De este modo, la ofensiva aérea “perfecta” de “cero baja” del Pentágono produjo tres no bien comenzar.
Desde lo geopolítico, los cálculos no fueron menos desastrosos. EE.UU. y la OTAN pusieron todo su peso y prestigio detrás de un objetivo –la protección, autonomía o secesión de Kosovo– que no radicaba dentro de los intereses vitales de ninguno de los dos. Más bien lo contrario: Grecia e Italia saltaron rápidamente al campo de los disidentes, insinuando una fractura de la OTAN que podría llegar a Francia. La tensión con Rusia subió, mientras la crisis de refugiados que estalló en Albania, Macedonia y Montenegro reabría las líneas étnicas de fractura y antiguos apetitos territoriales regionales, todos precios muy altos a pagar por los derechos humanos de los albano-kosovares. Los líderes de la OTAN se dejaron llevar por su propia retórica, exactamente el modo de empezar una mala guerra.
En el ínterin, el carácter de la OTAN fue desnaturalizado: una alianza defensiva lanzó una operación ofensiva, una alianza creada para librar una compleja Guerra Fría de elementos nucleares, convencionales y políticos con la URSS fue lanzada a una guerra puramente convencional contra una oscura república del sur europeo reminiscente de la tenebrosa Syldavia de las historietas de Tintín. Pero eso mismo instala el eje de un difícil dilema para EE.UU. y para una OTAN que casualmente cumple hoy 50 años: si retroceden, pierden toda credibilidad ante cualquiera; si persisten, deben estar dispuestos a jugarse el todo por el todo. De este modo, una operación ilógica resulta consagrada por la lógica de la razón de Estado.
Lo que inaugura una situación peligrosa. Desde el comienzo de la crisis, la OTAN dijo que harían falta de 150.000 a 250.000 soldados para hacer frente en el terreno a los 90.000 uniformados de Milosevic. El cálculo tampoco era demasiado serio, ya que la operación partió de la premisa de que el bombardeo aéreo bastaría, como había bastado en Bosnia en 1995. Pero en Bosnia, el bombardeo había sido precedido por una exitosa ofensiva del ejército croata en el terreno, que había forzado el repliegue de los separatistas serbios en primer lugar. Y hoy Albania –un país arruinado y, con un ejército de lata– dista de poder ser la Croacia de Serbia.
Entonces, las premisas para la entrada de las tropas terrestres de combate están en su lugar, porque ésta no es una guerra que la OTAN pueda darse el lujo de perder. En el ínterin, se ha concretado un peligro: el de los generales y planificadores militares que empiezan a prometer que una fuerza de tierra más pequeña que la originalmente calculada puede hacer el trabajo, en un territorio boscoso y montañoso que los serbios conocen y la Alianza Atlántica no. Este es el escenario de Vietnam: una constante escalada gradual, insuficiente; un sostenido crescendo de bajas norteamericanas, el descrédito de la operación, y finalmente el desbande.

 


 

EUROPA PROCURA CONTENER LA NUEVA OLA DE REFUGIADOS
Que los kosovares se queden allá

t.gif (862 bytes) Si las expulsiones siguen al ritmo actual, todos los albaneses étnicos habrán abandonado la provincia yugoslava de Kosovo en 10 o 20 días. Desde que la OTAN comenzó sus ataques, la limpieza étnica emprendida por las fuerzas serbias hizo que 290.000 albano-kosovares alcanzaran los países vecinos. Pero éstos ya están dando signos de fatiga, si no de abierto rechazo. La OTAN insiste en definir a la situación como “una catástrofe humanitaria”. Pero la Unión Europea prefiere que los refugiados kosovares se queden en los países limítrofes.
Macedonia, uno de los países que más refugiados recibió, anunció que no puede enfrentar ya más la ola humana que busca escapar de la provincia yugoslava, e indicó que sólo dejará entrar a los más frágiles, que no pueden buscar asilo en otra nación. Alemania dijo que está pronta a recibir algunos refugiados, pero quiere entrar en conversaciones con otras naciones europeas para compartir “la carga”. Más de cuatro millones de alemanes, más del 10 por ciento de la fuerza laboral, está desempleada y 350.000 refugiados de la guerra de Bosnia (1992-1995) ya viven en su país. “La mayoría de los alemanes está de acuerdo conmigo. Inmigración cero por ahora”, dijo el ministro del Interior del gobierno rojiverde alemán, Otto Schily. Si la política de aceptación cero de refugiados no se acompaña de ayudas económicas, el equilibrio social de los Balcanes se destruirá hasta un punto de no retorno. Francia e Italia viven problemas similares, y están igualmente determinados a que los kosovares se queden en los Balcanes, y no marchen a Europa del Oeste y del Norte. Grecia, que tiene una minoría albanesa en su territorio, ya anunció que no quiere más refugiados.
Albania, el país más pobre de Europa, continúa recibiendo a los albaneses étnicos de Kosovo. El gobierno de Tirana confía en la ayuda humanitaria que está llegando de Europa, Estados Unidos, Canadá y hasta Taiwán para alimentar a los refugiados. Esto, unido a la invitación rotunda formulada a la OTAN para que opere desde su territorio, convierte a Albania en el país que más espera ganar por su buena voluntad con las potencias occidentales.
El gobierno yugoslavo afirmó que las fuerzas serbias en Kosovo sólo están respondiendo a la agresión de los albaneses étnicos, particularmente a los de la guerrilla separatista del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK). Acusa a la OTAN de violar las leyes internacionales, alimentar el terrorismo y buscar desmembrar a Serbia.

 

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