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Por Nora Veiras En 1973, sus amigos lo llevaron a la Plaza de Mayo para festejar el triunfo de Héctor Cámpora. Tenía apenas 15 años. Alejandro Demichelis recuerda como su debut en la militancia ese día en que sintió latir la multitud como uno más entre el montón. Nunca imaginó que alguna vez podría sentir el fervor de la gente desde el palco de esa plaza. Es el secretario de prensa de la Federación de Trabajadores de la Educación (CTERA) y uno de los organizadores de la Carpa Blanca. Desde ese lugar partieron dos masivas movilizaciones que le permitieron a él dirigir los actos en esa misma plaza repleta. Desde el 85 participa en el gremio docente. Cuatro de sus diez hermanos son maestros también. Reivindica a su familia, a su madrina Titián y al cura Eliseo Morales como los pilares que le permiten seguir en pie, después de dos años en que no sólo aprendió a moverse como un avezado productor artístico sino que casi se mudó a la Carpa Blanca. ¿Qué siente que lo cambió de todo eso? En un momento donde el menemismo intentó imponer que todo está perdido, que las ideologías están muertas, que hay que ser más pragmático, que hay que transar, que hay que ver cómo se incorporan los trabajadores al Primer Mundo abandonando sus conquistas y salvándose el que pueda, lo que está rodeado por los compañeros y dirigentes de CTERA que fueron pasando por la carpa, dio la idea de que no todo es así, que no todo está perdido. La Carpa no sólo te hace más humano por el ayuno sino que la misma gente que participa, ayudando o visitando la Carpa, se va como shockeada. Por eso hay personas que uno nunca se hubiera imaginado apoyando un reclamo tan social como El Flaco Spinetta. Lo que pasa es que nos tocó justo este gobierno. Cuando ayunamos en Plaza de Mayo, venían muchos extranjeros, muchos de ellos docentes, y nos decían si nosotros hubiésemos hecho una lucha así, al mes nos hubieran dado una respuesta. ¿Cómo viven desde el lugar de dirigentes el consenso de la gente en el sentido de la responsabilidad de no defraudar tanto apoyo? La forma de defraudar a la sociedad o a los maestros es levantando la Carpa sin ningún tipo de solución. Seguimos porque todavía no cobramos nada. Sabemos lo que son las leyes de este gobierno. Muchas no se cumplen. ¿En qué medida la continuidad no puede afectar la efectividad? La pregunta por ahí sería al revés ¿por qué vamos a levantar la Carpa? si nosotros tuvimos un compromiso con la sociedad y los maestros, ese compromiso se ratificó en el último congreso de CTERA. Obviamente, todas las luchas sociales o gremiales tienen picos de popularidad y de meseta, de quietud. La Carpa no va a seguir dos años más, tres años más. Esperemos que con un nuevo gobierno y a medida que este impuesto se cobre según dicen en Educación se está cobrando, en junio, julio aparecería la primer cuota, cuando los maestros empecemos a cobrar, el congreso evaluará si tiene sentido o no seguir. La Carpa fue una caja de resonancia de la realidad de maestros de todo el país ¿qué descubrió en ese intercambio? A medida que iban pasando los grupos, los mismos docentes de esas provincias por su forma de comportarse, de hablar, de convivir iban mostrando esas otras realidades. Jamás en la carpa hubo problemas de convivencia y los docentes se fueron acomodando. Vinieron maestros de la puna o zonas del sur muy alejadas, algunos ni conocían la capital, y se adecuaron a dormir en medio del ruido de Buenos Aires, se acostumbraron a recibir a periodistas. ¿Qué pasó con la oposición que de a poco se fue alejando de la Carpa? El trabajo de los diputados y senadores está en el Congreso. Podrán venir más o menos a la Carpa. Lo que nosotros queremos es que solucionen el problema. Los diputados de la oposición, el año pasado han realizado un trabajo muy importante también con Eduardo Mondino del Partido Justicialista, quien se ha portado muy bien y ha hecho todo lo posible para que la ley salga. Sabemos que hay incondicionales de la Carpa que son aquellos que alguna vez pasaron por una escuela: Adriana Puiggrós, Mary Sánchez, Alfredo Bravo, Irma Parentella, José Gabriel Dumón, por ahí me olvido de algunos. Ustedes al principio plantearon la derogación de la Ley Federal de Educación, ¿revieron ese reclamo? Nosotros en junio vamos a hacer un congreso educativo. No estamos de acuerdo con esta Ley Federal de Educación. Queremos otra ley. Cuando tengamos esa ley que discutan los maestros se la vamos a presentar a los candidatos. La Ley Federal no sirve. Esta es una discusión ardua dentro del seno de CTERA, porque algunos dicen derogación, otros compañeros de la provincia de Buenos Aires dicen está tan avanzada la aplicación que ¿cómo hacemos? y otros, como en la Capital y otras jurisdicciones donde no se implementó ni una coma, nos vamos a oponer a que se implemente. De esas tres posturas, nosotros planteamos superarlas: en vez de decir derogación, hacer una propuesta viable para todas las provincias, discutida por todos los sectores y pelear una nueva ley. ¿Cómo definiría a la ministra de Educación, Susana Decibe? No la conozco personalmente, pero me parece que una persona honesta no debería participar del gobierno de Menem. Este gobierno ha hecho barbaridades de todo tipo: en las privatizaciones, en el ajuste, en los despidos, en los indultos, ahora dándole asilo a Oviedo. Ella lo que hizo después de criticar e insultar la Carpa, al ver que tenía consenso y que dos veces llenamos la Plaza de Mayo y que más del 80 por ciento de la gente nos apoyaba, cambió su discurso. ¿Y a Roque Fernández? Es muchísimo peor porque al contrario de Decibe, que después de un año y medio en el gabinete trató de que esta ley de financiamiento saliera, se puso las pilas con el bloque del PJ, Roque Fernández es un mercenario de los grupos económicos, del Banco Mundial, del FMI, es una persona nefasta para los maestros. Es una persona que no ama a su país. ¿Sigue siendo el cholulo de la Carpa Blanca? No fue la mejor definición. Yo lo que digo es que para los maestros o cualquier persona común, estar al lado de personajes muy importantes de la historia es muy emocionante. Estar al lado de las Madres, de Sábato, de Serrat, de Osvaldo Bayer, de Alfredo Alcón, de León Gieco, de un montón de artistas, intelectuales, escritores, uno los veía por la tele o lejos. Verlos ahí emocionarse a uno lo emociona. ¿Se imagina un después de la Carpa? Cuando la levantemos querrá decir que ganamos en el sentido de que dimos un paso más para que los maestros reciban algo más de lo que les corresponde. No va a ser lo suficiente pero sí una ayuda más. Seguramente será una gran fiesta. Pero la pelea, la lucha va a continuar.
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