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UN PUEBLO DE MINEROS SERBIO DESTRUIDO POR ERROR DE PUNTERIA DE LA OTAN
A los misiles los carga el diablo

Cuatro misiles de la OTAN destruyeron un barrio residencial en el centro de la ciudad serbia de Aleksinac. Al menos 12 civiles murieron y otros 50 fueron heridos. El error hizo pedazos el mito de la “precisión quirúrgica” de la Alianza,que habló de un "error técnico" mientras Yugoslavia lanzaba una tregua unilateral para descolocar a la OTAN.

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Un residente de la ciudad de Aleksinac en medio de los daños causados por el ataque de la OTAN.
El mapa muestra la ubicación de Aleksinac, en la carretera que une Belgrado con Kosovo.


The Guardian de Gran Bretaña
Por Maggie O’Kane desde Aleksinac, Yugoslavia

t.gif (862 bytes) No fue la mano nerviosa de un piloto de la OTAN o el “error técnico excepcional” de la OTAN que lanzó cuatro misiles mortales contra una calle civil en una localidad minera llamada Aleksinac lo que finalmente llevó al presidente Milosevic a un cese de fuego. Pero fue un buen día para vendérselo a su pueblo. La “barbarie de la fuerza aérea fascista de la OTAN” está lastimando y sacudiendo la moral de los serbios, por más que la propaganda televisiva insista en que esta gente es muy pero muy dura. Durante los primeros días, los serbios parecieron insensibles a los ataques que cayeron sobre oscuras bases del ejército; nadie lloró la destrucción de los dos edificios del Ministerio del Interior en Belgrado; pero luego en el este cayeron los puentes sobre el Danubio, al oeste se cortó el ferrocarril, se incendieron la planta térmica y las refinerías.
Ayer, las imágenes de televisión mostraban una y otra vez el polvoriento pueblo minero entre los escombros, la pierna de un anciano con sus medias para dormir todavía puestas. Un recordatorio de lo sucia que puede ser la guerra.
Desde el principio de los ataques, el Ministerio de Información serbio mantuvo en secreto el número de bajas. Pero ayer, por primera vez, el embajador serbio en Moscú le dio a su pueblo una cifra de 300 muertos y 3000 heridos. Con este número de víctimas esperaba alentar a que esta nación nerviosa se aferrara a la propuesta de paz de Milosevic.
Pero el rechazo de la OTAN al ofrecimiento fue cortante e instantáneo. Y Milosevic ya tiene un abultado prontuario de falsos ceses de fuego en Bosnia y Croacia. Esto significa que la maestra de 38 años llamada Vucici Muldinovic no será la última persona en ser enterrada viva por los misiles, como a ella le ocurrió ayer junto con sus dos hijos, su padre y su hermana, en el sótano de una agradable casa sobre la calle Vuk Karadzic.
Vucici Muldinovic salvó a sus dos hijos, Diana de 14 años y Milos de 10, pero no pudo salvar a su padre Dragan, de 55, ni a su hermana Martina, una contadora de 39 años. “Cuando el sótano se nos cayó encima nos sofocábamos y mis hijos gritaban ‘Mamá, mamá, salvanos’. Yo cavaba y cavaba con mis manos para tratar de hacer un agujero por donde poder salir. Al final lo logré y pude salir. Luego saqué a mi hijo y tiré de la mano de mi hija hasta salvarla.” Afuera, la gente camina frente a la casa para ver lo que queda de ella. El general Lubisha Stomirivic del ejército yugoslavo llega en un blindado negro con un mensaje para Blair, para Su Majestad la Reina de Inglaterra y para el Reino Unido. El mensaje es: “En esta calle suburbana están enterradas las mentiras sobre las armas de precisión. No hay armas de precisión”.
El general ha dicho una gran verdad. En Aleksinac, al costado de la autopista que va del sur de Belgrado a Kosovo, doce civiles resultaron muertos y unas 50 personas fueron heridas el lunes a la noche. A las 10 menos cuarto de la noche cayeron tres bombas de precisión de la OTAN. La primera hizo un agujero en el campo de remolacha al lado del camino principal; la segunda aplastó las pequeñas casas sobre la calle Kapunka, y una tercera aterrizó en el jardín de los Muldinovic, aplastando la casa y el auto. En la casa de al lado, Serba Stominovic, de 65 años, miraba el living de su casa que ya no tenía pared: “Comencé a construir esta casa cuando todavía era un niño. Tenía dos televisores y un gran piano y ahora todo desapareció”. Lo que queda de otros dos vecinos, Vosdam y Dragnica, ambos de 80 años, es difícil de calcular. Sus cuerpos están cubiertos con el mismo polvo rojo de los ladrillos que cubría las calles después de la explosión. Un policía enfoca con su linterna los escombros y entre lapileta de la cocina y un inodoro está la pierna de Vosdam, con la media de lana todavía en su lugar. “Eran muy viejos y Vosdam era sordo, de manera que no fueron al refugio a la noche. Su hija es una médica en Nis”, dijo un vecino que tiene una bicicletería en la vereda de enfrente.
La puerta al lado del centro médico, en la habitación donde el Dr. Dragan Brankovic dormía y sobrevivió, un florero de tulipanes voló a lo largo de la mesa junto con los restos de la pasta de la noche anterior, ahora cubiertos con el mismo polvo que el de los cuerpos de los ancianos. Una enfermera baja las escaleras gritándole a un fotógrafo inglés, empujándolo hacia la puerta: “Puede sacar sus fotografías en su propio país. ¿Es esto una acción humanitaria?” El fotógrafo mira para otro lado, y ella, todavía llena de ira, lo empuja nuevamente. Brankovic le dice que se calme, pero quiere decir esto: “Durante las últimas dos semanas, los líderes de su país se han comportado como pacientes psiquiátricos mal tratados”.
Pero el general, dando trancos a lo largo de la calle Vuk Karadzic, tiene otro mensaje para transmitir. “Esta es una operación aérea genocida antiserbia. Norteamérica, Francia, Alemania y Gran Bretaña demostraron que el fascismo no está enterrado en Nuremburg. Aquí, en una de las calles más antiguas de esta ciudad, nombrada en honor al gran poeta serbio Vuk Karadzic, que fue nuestro Shakespeare, les pido a las madres e hijos de los pilotos de la OTAN que se avergüencen del trabajo de sus hijos y padres en nuestra tierra en los últimos trece días. Su cuenta será saldada en el futuro.”
Alguien le pregunta al general por el trabajo de los hijos y padres del ejército yugoslavo contra los refugiados en Kosovo. El culpa a las bombas de la OTAN por la crisis.

 

Claves

ron2.gif (93 bytes)  Después de 15 días de notable precisión quirúrgica, el misil caído ayer por error en Aleksinak pone de manifiesto uno de los peligros de la operación de la OTAN: las bajas civiles tienen mala prensa. Pero estas bajas van a incrementarse a medida que se intensifique el bombardeo –como se prometió ayer–.
ron2.gif (93 bytes)  En el plano diplomático, el cese del fuego unilateral declarado ayer por Yugoslavia está diseñado para fomentar el aislamiento diplomático de la OTAN. Ya ayer, el Vaticano pidió que se la considerara seriamente, mientras Rusia daba su aprobación. El broche de legitimidad lo daría Ibrahim Rugova, el líder moderado de los albano-kosovares, de llegarse a un acuerdo.
ron2.gif (93 bytes)  Pero Milosevic ha violado muchos ceses del fuego y muchos acuerdos previamente, por lo que la OTAN requiere supervisar en el terreno lo que se firme. Precisamente, esto es lo que Yugoslavia no puede aceptar, porque abre el camino a la secesión de Kosovo.


Condena Fernández Meijide

La diputada frepasista y candidata de la Alianza a gobernadora de la provincia de Buenos Aires, Graciela Fernández Meijide, condenó ayer “la intervención unilateral de la OTAN” contra Yugoslavia y reiteró su apoyo a “una solución pacífica, rápida y respetuosa de los derechos de las personas y de los pueblos” en el conflicto planteado en los Balcanes. “Cuando hay guerra crecen los mercaderes de la muerte, como aquellos que contrabandearon armas a Croacia desde nuestro país o los (Lino) Oviedo, que mercan armas que después terminan también en el delito común”, sostuvo Fernández Meijide, quien también repudió “la atroz política de genocidio aplicada por el régimen de (Slobodan) Milosevic” en Kosovo. Frente a los nuevos ataques contra Yugoslavia por parte de la coalición liderada por Estados Unidos, la candidata aliancista a la gobernación bonaerense señaló, además, que “la guerra y la siniestra limpieza étnica deben cesar y la comunidad internacional tiene que trabajar para un cese del uso de las armas y la represión”.

 

 

Milosevic cesó el fuego y la OTAN lo continuó

Slobodan Milosevic con el político griego Nikos Konstantopoylos.
El líder yugoslavo lanzó una ofensiva diplomática contra los bombardeos.

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t.gif (862 bytes) El presidente yugoslavo Slobodan Milosevic empieza a tratar de moverle el piso diplomático a la OTAN. Ayer un comunicado oficial anunció una tregua unilateral de tres días de su “represión contra los terroristas de la guerrilla separatista en Kosovo” –represión que la OTAN describe como una “limpieza étnica”– a partir de lo cual Milosevic espera llegar a un acuerdo con el líder kosovar moderado Ibrahim Rugova, que otorgaría una “amplia autonomía” a la provincia dentro de Yugoslavia. El encuentro entre los dos líderes se realizará en los próximos días, y Rusia dio su apoyo a la medida, mientras el Vaticano pedía a la Alianza “una actitud abierta” ante la nueva propuesta. La Casa Blanca y el secretario general de la OTAN, Javier Solana, rechazaron la propuesta por “insuficiente”. La Alianza Atlántica selló su negativa bombardeando nuevamente ayer a Yugoslavia, pero podría quedar aislada. Si Rugova acepta los términos serbios, a la OTAN no le quedará otra base en Kosovo que los extremistas de la guerrilla separatista.
El comunicado que podría complicar seriamente la legitimidad de los bombardeos de la OTAN comienza con un simple anuncio: “Declaramos un alto al fuego unilateral ante los terroristas del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) por la celebración de la Pascua ortodoxa”. Esta represión, que produjo más de un cuarto de millón de refugiados, constituye el fundamento principal para los ataques de la OTAN. El comunicado describió la tregua como “un gesto de buena voluntad”, y el embajador de Yugoslavia en la ONU declaró que durará por tres días. El aspecto peligroso de la tregua serbia para la OTAN está en la cláusula del comunicado que detalla los términos que Belgrado ofrecerá a la provincia. “Se propondrá un acuerdo provisional que hará posible el trabajo de los órganos de administración de las comunidades nacionales albanesas y serbias. El acuerdo será la base para la autonomía sustancial en Kosovo dentro de la República Yugoslava.” Excluyendo la cuestión de los refugiados, los objetivos de este acuerdo son aquellos que la OTAN intenta forzar mediante los bombardeos. La firma de este acuerdo quitaría así a la ofensiva una parte importante de su razón de ser, aunque es cierto que no la principal: la negativa de Milosevic a aceptar tropas de la OTAN para monitorear la paz.
Milosevic podría además dar la impresión de que cuenta con el apoyo sincero de los albano-kosovares si Rugova decide rubricar el acuerdo. El comunicado anticipa que se realizará pronto un encuentro entre Milosevic y el líder kosovar para negociar la firma de un nuevo trato de autonomía. La OTAN manifestó dudas de que Rugova actúe de voluntad propia, y exigió que Belgrado lo “libere”, permitiéndole salir del país.
Moscú, el candidato más probable para mediar y negociar un nuevo acuerdo de paz, y el Vaticano saludaron la medida yugoslava. “Ahora la OTAN debe cesar rápidamente los bombardeos sobre Yugoslavia y aprovechar esta oportunidad”, declaró Dimitri Yakushkin, el portavoz del presidente Boris Yeltsin. El canciller Igor Ivanov definió a Rugova como el mejor candidato a líder para un Kosovo semiautónomo. Rugova se había reunido el lunes con el embajador ruso en Yugoslavia, Yuri Kótov. La Secretaría de Estado de la Santa Sede pidió “una actitud abierta” de la OTAN hacia la “búsqueda negociada de la paz”.
El presidente yugoslavo emitió además un golpe de efecto contra el otro pilar que sostiene los ataques de la OTAN: el retorno seguro de los refugiados. “Nuestro gobierno propondrá a Rugova preparar un programa con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y de la Cruz Roja para el retorno de los refugiados”.
Sin embargo, la OTAN rechazó obedecer la tregua ya que Milosevic afirmó que el retiro de las fuerzas serbias de Kosovo –la condición mínima para que la OTAN se siente a negociar– depende de que cesen los bombardeos. “Milosevic se queda corto –afirmó un portavoz del gobierno británico–; la acción de la OTAN continuará hasta que haya cumplido nuestras condiciones.” La Casa Blanca subrayó que “no aceptaremos medidas a medias”. “(La tregua) es una señal de que está golpeado –estimó el portavoz del Pentágono Kenneth Bacon– pero vamos a continuar golpeándolo hasta que ceda a todas nuestras condiciones.”

 

Quién es quién en el conflicto de Kosovo
Por Alfredo Grieco y Bavio

ron2.gif (93 bytes)   El líder albano-kosovar Ibrahim Rugova. Yugoslavo. Líder del Frente Democrático de Kosovo. Desde que Milosevic suprimió en 1989 la autonomía de la provincia yugoslava de Kosovo, organizó la resistencia pacífica de los albaneses étnicos que formaban el 95 por ciento de los dos millones de habitantes de la provincia. Según el Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas, 650.000 albano–kosovares ya salieron de Yugoslavia y hay 260.000 desplazados internos. El mensaje de Rugova a los albano–kosovares cuando empezaron los ataques fue claro: “¡Huyan!”. Es partidario de un alto el fuego inmediato de la OTAN, y de la búsqueda de una solución negociada. Para eso se entrevistó con Milosevic y con Yuri Kotov, embajador ruso en Belgrado. Rugova es un intelectual que estudió en Francia, donde fue alumno del semiólogo y crítico Roland Barthes. Recibió el doctorado honoris causa de la Universidad de París. Fue llamado el Gandhi de Kosovo. Según la OTAN, Rugova está actuando bajo coacción.
ron2.gif (93 bytes)   El presidente yugoslavo Slobodan Milosevic. Serbio. Líder del Partido Comunista desde 1986 y actual presidente de Yugoslavia. Fue un modelo para los dirigentes del Este europeo: con la caída del Muro cambió el comunismo por el nacionalismo (en su caso el nacionalismo serbio) y la alianza con la Iglesia (en su caso la Iglesia Ortodoxa Serbia). Presenció la secesión de Eslovenia (1991), Croacia (1992) y Bosnia-Herzegovina (1992-1995) de la República Federativa de Yugoslavia. En cada secesión hubo una guerra; en cada guerra los serbios llevaron a buen término “limpiezas étnicas” (genocidios de baja intensidad y tecnología) de los no serbios. Los ataques de la OTAN de las dos últimas semanas favorecieron el objetivo básico de Milosevic: neutralizar a la oposición –unida en contra de la OTAN “fascista”– y conservar el monopolio del poder.
ron2.gif (93 bytes)   El presidente montenegrino Milo Djiukanovic. Yugoslavo. Presidente de la República de Montenegro, la otra república que junto con Serbia forma la República Federativa de Yugoslavia. Moderado. Occidente considera que es una buena alternativa para presidir Yugoslavia. Montenegro declaró su neutralidad en la cuestión de Kosovo. La posición de Djiukanovic es difícil: intenta demostrar su oposición a la dictadura de Milosevic y al mismo tiempo evitar una confrontación directa con el Ejército Federal, que tiene 12.000 tropas estacionadas en Montenegro. Los 8000 efectivos de la policía montenegrina son fieles a Djiukanovic, pero están armados pobremente. Si la posición de Milosevic fue fortalecida en Serbia por los bombardeos de la OTAN, la de Djiukanovic quedó debilitada frente a los nacionalistas que organizaron en la capital montenegrina de Podgorica un concierto de rock pidiendo la unión con Serbia.
ron2.gif (93 bytes)   El guerrillero albano–kosovar Adam Demaci. Yugoslavo. Líder en el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK). Desde 1995, la guerrilla separatista del ELK buscó la independencia de la provincia yugoslava de Kosovo, y combatió las tropas militares y paramilitares serbias en la provincia. En el combate de Serbia contra el ELK murieron desde 1995 centenares de ancianos, mujeres y niños albano–kosovares, y miles se exiliaron o abandonaron campos y aldeas destruidas. El ELK se oponía al Frente Democrático de Kosovo, cuya finalidad más restricta era recuperar para Kosovo la autonomía que le aseguraba la Constitución de Tito de 1974.
ron2.gif (93 bytes)   El presidente macedonio Koro Gligorov. Presidente de Macedonia. Este ex comunista de 80 años es un buen aliado de la OTAN en la región. Pero enfrenta ahora el pánico creciente de que el equilibrio étnico de los 2.300.000 habitantes del país –donde dominan los serbios– se altere para siempre con la llegada de los refugiados albano–kosovares, que ya suman más de 120.000. El 25 por ciento de los macedonios son albaneses étnicos. Las familias albanesas tienen muchos hijos; las serbias un promedio de sólo uno. Si el conflicto interno estalla en Macedonia, la posición de las 12.000 tropas atlantistas estacionadas allí sería insostenible. Gligorov intenta negociar su auxilio a cambio de un ingreso más rápido a la OTAN.
ron2.gif (93 bytes)   El presidente albanés Rexhep Meidani. Albanés étnico, socialista y presidente de Albania. Su país tiene dos records europeos: es el único con abrumadora mayoría islámica y es el más pobre del continente. Su producto bruto interno es menor que los 2200 millones de dólares que cuesta un bombardero norteamericano B-2. El apoyo a la OTAN es total. Meidani invitó a lanzar cualquier tipo de acciones militares atlantistas desde su territorio, que se convierte así en la única cabecera de puente segura para una eventual entrada de tropas de tierra en la vecina provincia yugoslava de Kosovo.
ron2.gif (93 bytes)   El canciller ruso Igor Ivanov. Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia. Desde el inicio de los ataques de la OTAN adoptó una violenta retórica antinorteamericana donde resuena un lenguaje olvidado desde el enfriamiento definitivo de la Guerra Fría. Fue encargado por el gobierno ruso de presentar su posición ante la Duma (Cámara baja del Parlamento), cuya mayoría comunista y nacionalista intenta capitalizar electoralmente en su favor el sentimiento proserbio de los votantes rusos. Ivanov calificó a Rugova del mejor líder posible para los albano–kosovares.

 

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