The Guardian de Gran Bretaña
Por Maggie OKane desde Aleksinac, Yugoslavia
No fue la mano nerviosa
de un piloto de la OTAN o el error técnico excepcional de la OTAN que lanzó
cuatro misiles mortales contra una calle civil en una localidad minera llamada Aleksinac
lo que finalmente llevó al presidente Milosevic a un cese de fuego. Pero fue un buen día
para vendérselo a su pueblo. La barbarie de la fuerza aérea fascista de la
OTAN está lastimando y sacudiendo la moral de los serbios, por más que la
propaganda televisiva insista en que esta gente es muy pero muy dura. Durante los primeros
días, los serbios parecieron insensibles a los ataques que cayeron sobre oscuras bases
del ejército; nadie lloró la destrucción de los dos edificios del Ministerio del
Interior en Belgrado; pero luego en el este cayeron los puentes sobre el Danubio, al oeste
se cortó el ferrocarril, se incendieron la planta térmica y las refinerías.
Ayer, las imágenes de televisión mostraban una y otra vez el polvoriento pueblo minero
entre los escombros, la pierna de un anciano con sus medias para dormir todavía puestas.
Un recordatorio de lo sucia que puede ser la guerra.
Desde el principio de los ataques, el Ministerio de Información serbio mantuvo en secreto
el número de bajas. Pero ayer, por primera vez, el embajador serbio en Moscú le dio a su
pueblo una cifra de 300 muertos y 3000 heridos. Con este número de víctimas esperaba
alentar a que esta nación nerviosa se aferrara a la propuesta de paz de Milosevic.
Pero el rechazo de la OTAN al ofrecimiento fue cortante e instantáneo. Y Milosevic ya
tiene un abultado prontuario de falsos ceses de fuego en Bosnia y Croacia. Esto significa
que la maestra de 38 años llamada Vucici Muldinovic no será la última persona en ser
enterrada viva por los misiles, como a ella le ocurrió ayer junto con sus dos hijos, su
padre y su hermana, en el sótano de una agradable casa sobre la calle Vuk Karadzic.
Vucici Muldinovic salvó a sus dos hijos, Diana de 14 años y Milos de 10, pero no pudo
salvar a su padre Dragan, de 55, ni a su hermana Martina, una contadora de 39 años.
Cuando el sótano se nos cayó encima nos sofocábamos y mis hijos gritaban
Mamá, mamá, salvanos. Yo cavaba y cavaba con mis manos para tratar de hacer
un agujero por donde poder salir. Al final lo logré y pude salir. Luego saqué a mi hijo
y tiré de la mano de mi hija hasta salvarla. Afuera, la gente camina frente a la
casa para ver lo que queda de ella. El general Lubisha Stomirivic del ejército yugoslavo
llega en un blindado negro con un mensaje para Blair, para Su Majestad la Reina de
Inglaterra y para el Reino Unido. El mensaje es: En esta calle suburbana están
enterradas las mentiras sobre las armas de precisión. No hay armas de precisión.
El general ha dicho una gran verdad. En Aleksinac, al costado de la autopista que va del
sur de Belgrado a Kosovo, doce civiles resultaron muertos y unas 50 personas fueron
heridas el lunes a la noche. A las 10 menos cuarto de la noche cayeron tres bombas de
precisión de la OTAN. La primera hizo un agujero en el campo de remolacha al lado del
camino principal; la segunda aplastó las pequeñas casas sobre la calle Kapunka, y una
tercera aterrizó en el jardín de los Muldinovic, aplastando la casa y el auto. En la
casa de al lado, Serba Stominovic, de 65 años, miraba el living de su casa que ya no
tenía pared: Comencé a construir esta casa cuando todavía era un niño. Tenía
dos televisores y un gran piano y ahora todo desapareció. Lo que queda de otros dos
vecinos, Vosdam y Dragnica, ambos de 80 años, es difícil de calcular. Sus cuerpos están
cubiertos con el mismo polvo rojo de los ladrillos que cubría las calles después de la
explosión. Un policía enfoca con su linterna los escombros y entre lapileta de la cocina
y un inodoro está la pierna de Vosdam, con la media de lana todavía en su lugar.
Eran muy viejos y Vosdam era sordo, de manera que no fueron al refugio a la noche.
Su hija es una médica en Nis, dijo un vecino que tiene una bicicletería en la
vereda de enfrente.
La puerta al lado del centro médico, en la habitación donde el Dr. Dragan Brankovic
dormía y sobrevivió, un florero de tulipanes voló a lo largo de la mesa junto con los
restos de la pasta de la noche anterior, ahora cubiertos con el mismo polvo que el de los
cuerpos de los ancianos. Una enfermera baja las escaleras gritándole a un fotógrafo
inglés, empujándolo hacia la puerta: Puede sacar sus fotografías en su propio
país. ¿Es esto una acción humanitaria? El fotógrafo mira para otro lado, y ella,
todavía llena de ira, lo empuja nuevamente. Brankovic le dice que se calme, pero quiere
decir esto: Durante las últimas dos semanas, los líderes de su país se han
comportado como pacientes psiquiátricos mal tratados.
Pero el general, dando trancos a lo largo de la calle Vuk Karadzic, tiene otro mensaje
para transmitir. Esta es una operación aérea genocida antiserbia. Norteamérica,
Francia, Alemania y Gran Bretaña demostraron que el fascismo no está enterrado en
Nuremburg. Aquí, en una de las calles más antiguas de esta ciudad, nombrada en honor al
gran poeta serbio Vuk Karadzic, que fue nuestro Shakespeare, les pido a las madres e hijos
de los pilotos de la OTAN que se avergüencen del trabajo de sus hijos y padres en nuestra
tierra en los últimos trece días. Su cuenta será saldada en el futuro.
Alguien le pregunta al general por el trabajo de los hijos y padres del ejército
yugoslavo contra los refugiados en Kosovo. El culpa a las bombas de la OTAN por la crisis.
Condena Fernández Meijide La diputada frepasista y candidata de la Alianza a gobernadora de la
provincia de Buenos Aires, Graciela Fernández Meijide, condenó ayer la
intervención unilateral de la OTAN contra Yugoslavia y reiteró su apoyo a
una solución pacífica, rápida y respetuosa de los derechos de las personas y de
los pueblos en el conflicto planteado en los Balcanes. Cuando hay guerra
crecen los mercaderes de la muerte, como aquellos que contrabandearon armas a Croacia
desde nuestro país o los (Lino) Oviedo, que mercan armas que después terminan también
en el delito común, sostuvo Fernández Meijide, quien también repudió la
atroz política de genocidio aplicada por el régimen de (Slobodan) Milosevic en
Kosovo. Frente a los nuevos ataques contra Yugoslavia por parte de la coalición liderada
por Estados Unidos, la candidata aliancista a la gobernación bonaerense señaló,
además, que la guerra y la siniestra limpieza étnica deben cesar y la comunidad
internacional tiene que trabajar para un cese del uso de las armas y la represión. |
Milosevic cesó el fuego
y la OTAN lo continuó
Slobodan Milosevic con el político
griego Nikos Konstantopoylos.
El líder yugoslavo lanzó una ofensiva diplomática contra los bombardeos. |
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El
presidente yugoslavo Slobodan Milosevic empieza a tratar de moverle el piso diplomático a
la OTAN. Ayer un comunicado oficial anunció una tregua unilateral de tres días de su
represión contra los terroristas de la guerrilla separatista en Kosovo
represión que la OTAN describe como una limpieza étnica a partir
de lo cual Milosevic espera llegar a un acuerdo con el líder kosovar moderado Ibrahim
Rugova, que otorgaría una amplia autonomía a la provincia dentro de
Yugoslavia. El encuentro entre los dos líderes se realizará en los próximos días, y
Rusia dio su apoyo a la medida, mientras el Vaticano pedía a la Alianza una actitud
abierta ante la nueva propuesta. La Casa Blanca y el secretario general de la OTAN,
Javier Solana, rechazaron la propuesta por insuficiente. La Alianza Atlántica
selló su negativa bombardeando nuevamente ayer a Yugoslavia, pero podría quedar aislada.
Si Rugova acepta los términos serbios, a la OTAN no le quedará otra base en Kosovo que
los extremistas de la guerrilla separatista.
El comunicado que podría complicar seriamente la legitimidad de los bombardeos de la OTAN
comienza con un simple anuncio: Declaramos un alto al fuego unilateral ante los
terroristas del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) por la celebración de la Pascua
ortodoxa. Esta represión, que produjo más de un cuarto de millón de refugiados,
constituye el fundamento principal para los ataques de la OTAN. El comunicado describió
la tregua como un gesto de buena voluntad, y el embajador de Yugoslavia en la
ONU declaró que durará por tres días. El aspecto peligroso de la tregua serbia para la
OTAN está en la cláusula del comunicado que detalla los términos que Belgrado ofrecerá
a la provincia. Se propondrá un acuerdo provisional que hará posible el trabajo de
los órganos de administración de las comunidades nacionales albanesas y serbias. El
acuerdo será la base para la autonomía sustancial en Kosovo dentro de la República
Yugoslava. Excluyendo la cuestión de los refugiados, los objetivos de este acuerdo
son aquellos que la OTAN intenta forzar mediante los bombardeos. La firma de este acuerdo
quitaría así a la ofensiva una parte importante de su razón de ser, aunque es cierto
que no la principal: la negativa de Milosevic a aceptar tropas de la OTAN para monitorear
la paz.
Milosevic podría además dar la impresión de que cuenta con el apoyo sincero de los
albano-kosovares si Rugova decide rubricar el acuerdo. El comunicado anticipa que se
realizará pronto un encuentro entre Milosevic y el líder kosovar para negociar la firma
de un nuevo trato de autonomía. La OTAN manifestó dudas de que Rugova actúe de voluntad
propia, y exigió que Belgrado lo libere, permitiéndole salir del país.
Moscú, el candidato más probable para mediar y negociar un nuevo acuerdo de paz, y el
Vaticano saludaron la medida yugoslava. Ahora la OTAN debe cesar rápidamente los
bombardeos sobre Yugoslavia y aprovechar esta oportunidad, declaró Dimitri
Yakushkin, el portavoz del presidente Boris Yeltsin. El canciller Igor Ivanov definió a
Rugova como el mejor candidato a líder para un Kosovo semiautónomo. Rugova se había
reunido el lunes con el embajador ruso en Yugoslavia, Yuri Kótov. La Secretaría de
Estado de la Santa Sede pidió una actitud abierta de la OTAN hacia la
búsqueda negociada de la paz.
El presidente yugoslavo emitió además un golpe de efecto contra el otro pilar que
sostiene los ataques de la OTAN: el retorno seguro de los refugiados. Nuestro
gobierno propondrá a Rugova preparar un programa con el Alto Comisionado de la ONU para
los Refugiados y de la Cruz Roja para el retorno de los refugiados.
Sin embargo, la OTAN rechazó obedecer la tregua ya que Milosevic afirmó que el retiro de
las fuerzas serbias de Kosovo la condición mínima para que la OTAN se siente a
negociar depende de que cesen los bombardeos. Milosevic se queda corto
afirmó un portavoz del gobierno británico; la acción de la OTAN continuará
hasta que haya cumplido nuestras condiciones. La Casa Blanca subrayó que no
aceptaremos medidas a medias. (La tregua) es una señal de que está golpeado
estimó el portavoz del Pentágono Kenneth Bacon pero vamos a continuar
golpeándolo hasta que ceda a todas nuestras condiciones.
Quién es quién en el conflicto de Kosovo
Por Alfredo Grieco y Bavio
El líder albano-kosovar Ibrahim Rugova. Yugoslavo. Líder del Frente Democrático
de Kosovo. Desde que Milosevic suprimió en 1989 la autonomía de la provincia yugoslava
de Kosovo, organizó la resistencia pacífica de los albaneses étnicos que formaban el 95
por ciento de los dos millones de habitantes de la provincia. Según el Alto Comisionado
para los Refugiados de las Naciones Unidas, 650.000 albanokosovares ya salieron de
Yugoslavia y hay 260.000 desplazados internos. El mensaje de Rugova a los
albanokosovares cuando empezaron los ataques fue claro: ¡Huyan!. Es
partidario de un alto el fuego inmediato de la OTAN, y de la búsqueda de una solución
negociada. Para eso se entrevistó con Milosevic y con Yuri Kotov, embajador ruso en
Belgrado. Rugova es un intelectual que estudió en Francia, donde fue alumno del
semiólogo y crítico Roland Barthes. Recibió el doctorado honoris causa de la
Universidad de París. Fue llamado el Gandhi de Kosovo. Según la OTAN, Rugova está
actuando bajo coacción.
El presidente yugoslavo Slobodan Milosevic. Serbio. Líder del Partido Comunista
desde 1986 y actual presidente de Yugoslavia. Fue un modelo para los dirigentes del Este
europeo: con la caída del Muro cambió el comunismo por el nacionalismo (en su caso el
nacionalismo serbio) y la alianza con la Iglesia (en su caso la Iglesia Ortodoxa Serbia).
Presenció la secesión de Eslovenia (1991), Croacia (1992) y Bosnia-Herzegovina
(1992-1995) de la República Federativa de Yugoslavia. En cada secesión hubo una guerra;
en cada guerra los serbios llevaron a buen término limpiezas étnicas
(genocidios de baja intensidad y tecnología) de los no serbios. Los ataques de la OTAN de
las dos últimas semanas favorecieron el objetivo básico de Milosevic: neutralizar a la
oposición unida en contra de la OTAN fascista y conservar el
monopolio del poder.
El presidente montenegrino Milo Djiukanovic. Yugoslavo. Presidente de la República
de Montenegro, la otra república que junto con Serbia forma la República Federativa de
Yugoslavia. Moderado. Occidente considera que es una buena alternativa para presidir
Yugoslavia. Montenegro declaró su neutralidad en la cuestión de Kosovo. La posición de
Djiukanovic es difícil: intenta demostrar su oposición a la dictadura de Milosevic y al
mismo tiempo evitar una confrontación directa con el Ejército Federal, que tiene 12.000
tropas estacionadas en Montenegro. Los 8000 efectivos de la policía montenegrina son
fieles a Djiukanovic, pero están armados pobremente. Si la posición de Milosevic fue
fortalecida en Serbia por los bombardeos de la OTAN, la de Djiukanovic quedó debilitada
frente a los nacionalistas que organizaron en la capital montenegrina de Podgorica un
concierto de rock pidiendo la unión con Serbia.
El guerrillero albanokosovar Adam Demaci. Yugoslavo. Líder en el Ejército
de Liberación de Kosovo (ELK). Desde 1995, la guerrilla separatista del ELK buscó la
independencia de la provincia yugoslava de Kosovo, y combatió las tropas militares y
paramilitares serbias en la provincia. En el combate de Serbia contra el ELK murieron
desde 1995 centenares de ancianos, mujeres y niños albanokosovares, y miles se
exiliaron o abandonaron campos y aldeas destruidas. El ELK se oponía al Frente
Democrático de Kosovo, cuya finalidad más restricta era recuperar para Kosovo la
autonomía que le aseguraba la Constitución de Tito de 1974.
El presidente macedonio Koro Gligorov. Presidente de Macedonia. Este ex comunista
de 80 años es un buen aliado de la OTAN en la región. Pero enfrenta ahora el pánico
creciente de que el equilibrio étnico de los 2.300.000 habitantes del país donde
dominan los serbios se altere para siempre con la llegada de los refugiados
albanokosovares, que ya suman más de 120.000. El 25 por ciento de los macedonios
son albaneses étnicos. Las familias albanesas tienen muchos hijos; las serbias un
promedio de sólo uno. Si el conflicto interno estalla en Macedonia, la posición de las
12.000 tropas atlantistas estacionadas allí sería insostenible. Gligorov intenta
negociar su auxilio a cambio de un ingreso más rápido a la OTAN.
El presidente albanés Rexhep Meidani. Albanés étnico, socialista y presidente de
Albania. Su país tiene dos records europeos: es el único con abrumadora mayoría
islámica y es el más pobre del continente. Su producto bruto interno es menor que los
2200 millones de dólares que cuesta un bombardero norteamericano B-2. El apoyo a la OTAN
es total. Meidani invitó a lanzar cualquier tipo de acciones militares atlantistas desde
su territorio, que se convierte así en la única cabecera de puente segura para una
eventual entrada de tropas de tierra en la vecina provincia yugoslava de Kosovo.
El canciller ruso Igor Ivanov. Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia. Desde el
inicio de los ataques de la OTAN adoptó una violenta retórica antinorteamericana donde
resuena un lenguaje olvidado desde el enfriamiento definitivo de la Guerra Fría. Fue
encargado por el gobierno ruso de presentar su posición ante la Duma (Cámara baja del
Parlamento), cuya mayoría comunista y nacionalista intenta capitalizar electoralmente en
su favor el sentimiento proserbio de los votantes rusos. Ivanov calificó a Rugova del
mejor líder posible para los albanokosovares. |
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