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The Guardian de Gran Bretaña Por Richard Norton-Taylor desde Londres La aviación de la OTAN escaló ayer sus bombardeos permanentes contra Yugoslavia mientras los gobiernos aliados, que tienen profundas sospechas de las tácticas del presidente Slobodan Milosevic, reaccionaban con escepticismo a la oferta de un cese del fuego por Belgrado. Estados Unidos prometió una inexorable e incesante campaña aérea de la OTAN momentos después de que Belgrado dijera que un cese del fuego entraría en vigor a las 8 de anoche para honrar la Pascua ortodoxa del próximo fin de semana. Francia advirtió que la próxima ola de ataques aéreos sería la más fuerte desde el comienzo del bombardeo. El general Xavier Delcourt, subjefe de operaciones de las fuerzas armadas francesas, anunció que con el buen tiempo que estamos teniendo y con la llegada del portaaviones norteamericano `Franklin Roosevelt, éstas van a ser las incursiones aéreas más grandes hasta este momento. Previamente, más de 100 bombarderos, incluyendo Harriers británicos armados con bombas de fragmentación, fueron vistos mientras despegaban de bases aéreas en Italia, y bombarderos B 52 lo hicieron desde Fairford, en Gloucestershire. George Robertson, ministro de Defensa británico, declaró que el asalto aéreo de la OTAN estaba golpeando centros de comando y de control, de almacenamiento de combustible y municiones, de comunicaciones y de defensa aérea, así como tanques, artillería y cuarteles. Agregó que estamos cortando sistemáticamente las líneas vitales de la máquina de guerra de Milosevic. Según los medios serbios, el aeropuerto internacional Surcin y la zona militar de Batanjnica fueron blanco de los bombardeos, así como un depósito de combustible y el aeropuerto local de Pristina, el aeropuerto militar y civil y objetivos militares de Podgorica, la capital de Montenegro, y la provincia serbia norteña de Vojvodina. De acuerdo con la prensa serbia, ayer por la mañana fue destruido un tercer puente sobre el Danubio, la aviación atacó una refinería de petróleo en Novi Sad y se impactaron objetivos diversos dentro o fuera de otras cuatro ciudades o pueblos. La OTAN dijo que el cuartel general de la fuerza aérea yugoslava en Nis, cerca del aeropuerto de la ciudad, fue atacado, como lo fueron objetivos en Kosovo, incluyendo un cuartel. Según oficiales de la Alianza, la reducción de las reservas de combustible estaría limitando los movimientos del ejército, que estaría confiscando gasolina a los campesinos. Sin embargo, el Ministerio de Defensa británico admitió que las fuerzas serbias en Kosovo aún representaban una amenaza importante a la aviación aliada. Ayer no se disponía de información actualizada sobre los ataques serbios contra los albaneses étnicos que siguen en Kosovo. El vicealmirante Sir Ian Garnett, jefe de operaciones conjuntas del Ministerio de Defensa, dijo que unidades serbias estaban barriendo a albaneses hacia Albania en el sudoeste y hacia Macedonia en el sudeste. En París, el general Delcourt afirmó que si bien la amenaza de la fuerza aérea yugoslava era prácticamente inexistente, las defensas antiaéreas todavía eran suficientes para amenazar a los aviones aliados que cumplen misiones tácticas de baja altura. Aunque aviones A10 norteamericanos rompetanques están en acción, y Estados Unidos está enviando helicópteros artillados Apache a Albania, algunos analistas militares dudan de su capacidad de atacar con eficacia unidades móviles serbias, que son fáciles de ocultar. Fueron diseñados para atacar fuerzas de invasión, recordó ayer Paul Beaver, de las publicaciones militares Janes.
POR LAS IMAGENES TELEVISADAS DEL EXODO KOSOVAR Por Javier Valenzuela desde Washington
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