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DESAPARECEN 80.000, Y PODRIAN SER ESCUDOS HUMANOS
Nueva arma, los refugiados

Yugoslavia estrenó una nueva arma: mantener a los refugiados en Kosovo, quizá para usarlos como escudos humanos. Mientras, mejora  su imagen negociando con el líder albanés moderado Ibrahim Rugova.

Tropas yugoslavas minan la frontera con Albania.
Es para impedir que pasen los refugiados albano-kosovares.

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t.gif (862 bytes)  Después de que el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, cerrara el martes sus fronteras, la suerte de cerca de 80.000 refugiados que no pudieron escapar preocupa cada día más a la OTAN. La televisión serbia mostró imágenes de los refugiados siendo trasladados de los cruces fronterizos hacia destinos desconocidos. El secretario general de la OTAN, Javier Solana, dijo que era posible que Milosevic planee usarlos como “escudos humanos” para disuadir a la OTAN de atacar ciertos objetivos serbios clave. La frontera con Albania fue extensamente minada y reforzada ayer por tropas serbias para evitar que los refugiados intenten escaparse por allí. En la frontera con Macedonia la situación se revirtió. Los serbios permitieron el tránsito, pero Macedonia cerró el paso para impedir que entren más refugiados que terminarían de alterar la frágil paz étnica del país. A última hora de ayer, se informó que un militar macedonio había muerto en un confuso tiroteo fronterizo. La OTAN informó que los serbios no respetaron su propia tregua de Pascua, y los aviones de la Alianza continuaron sus ataques contra las tropas serbias en Kosovo. Milosevic también subió la apuesta en Montenegro, cuyo presidente quiere permanecer “neutral”, al subir el grado de alerta de sus tropas allí.
Milosevic parece responder a los bombardeos en términos de refugiados albano-kosovares. Cuando comenzó la ofensiva, sus tropas habían intensificado la “limpieza étnica” en la región, produciendo según la OTAN un total de hasta ahora 800.000 albano-kosovares desplazados. Esta ola de refugiados ya abrumó a Albania y Macedonia, los países fronterizos, que apenas pueden proveerles de las necesidades básicas. Ahora, el presidente yugoslavo cerró la frontera con Albania –minando y apostando tanques en los accesos– y casi todos los cruces fronterizos a Macedonia. La medida le permite disponer de alrededor de 80.000 albano-kosovares que no lograron “escapar” a tiempo de la provincia. La ministra británica de Asistencia Internacional, Clare Short, afirmó que los serbios realizaban “redadas” de las colas de refugiados, forzando a muchos a volver al interior de la provincia. Cuál es exactamente su destino es ahora la pregunta más urgente en la OTAN.
Como posible explicación, Solana aventuró que Milosevic podría tratar de impedir que su imagen internacional se siga deteriorando por las escenas de los refugiados en Albania y Macedonia, por lo que habría ordenado detener la hemorragia y retornarlos al interior. Pero Solana agregó una segunda y mucho más macabra posibilidad: “Utilizar a los hombres como escudos humanos en caso de que la Alianza ataque más fuertemente el terreno”. El secretario general afirmó que el “aparato represor de Milosevic está débil y no puede hacer las cosas que pudo hacer antes”. Por lo tanto, la estrategia de los “escudos humanos” sería una manera de resguardar a sus tropas en Kosovo de los bombardeos de la OTAN.
Pero esta posibilidad no agota los usos que Milosevic puede hacer de los refugiados, ya que por otro lado parece alentar su escape hacia Macedonia para desestabilizarla. Ayer los refugiados en el paso fronterizo de Jazince obtuvieron el salvoconducto de los serbios, sólo para ser rechazados por el lado macedonio. Los funcionarios de aduana explicaron que recibieron órdenes de último momento para impedir el paso de los refugiados. En Macedonia un quinto de los dos millones de habitantes son de ascendencia serbia, con otro tanto albanés, y en esta mezcla explosiva Milosevic ha logrado arrojar hasta el momento a 125.000 albano-kosovares. El gobierno macedonio quiere frenar este aluvión. La respuesta de los países europeos refuerza esta actitud. Aunque la OTAN comenzó una operación (“Santuario Aliado”) de envío de suministros a los refugiados, la Unión Europea anunció que no quería que los refugiados fueran trasladados a sus países. Alemania fue la excepción, y evacuó ayer a 600 refugiados.
Los serbios siguen desplazando a los albano-kosovares que todavía viven en la provincia, inflando así el número de “refugiados internos”. En la población de Sopi, el ministro de Defensa alemán, Rudolf Scharping,declaró que hubo ayer una masacre de 35 civiles desarmados por las tropas serbias. El portavoz militar de la OTAN, el comodoro David Wilby, declaró que los serbios no estaban respetando su propia tregua unilateral, y que la “limpieza étnica” continuaba. Un refugiado que llegó a Alemania pudo atestiguar de la veracidad de estas acusaciones. “Cuando salí de mi pueblo todo estaba en llamas –relató–; todo estaba calcinado y había cuerpos por todas partes”.
Milosevic también está consolidando su dominio de la república de Montenegro, que junto con la república Serbia forma la República Federativa Yugoslavia (RFY). Cuando comenzaron los bombardeos Milosevic depuró el mando del ejército local de montenegrinos, y designó a gente de su confianza en su lugar. Sus tropas comenzaron ayer a completar esta labor, tomando control de puntos clave. La OTAN advirtió a Milosevic que no intentara derrocar al gobierno, que es parcialmente opositor a Belgrado. Milosevic parece estar haciéndolo, pero a un paso por vez.

 


 

UN EDITORIAL DEL “THE GUARDIAN” SOBRE LA OTAN
Echale la culpa a Milosevic

The Guardian de Gran Bretaña

t.gif (862 bytes) ¡Por fin! El premier laborista Tony Blair resuelto a enfrentar al demócrata Bill Clinton. Cuando leyeron el número de refugiados para cada país, era como mirar el puntaje de la Competencia de Canciones de Eurovisión. “Canadá 5.000, Norteamérica 10.000,” anunciaban, mientras todos esperábamos ansiosamente el puntaje británico. Pero nada. Ni siquiera nos mencionaron. “No se puede confiar en esos jueces macedonios,” pensamos. Pero el motivo era que Clinton había sugerido que Gran Bretaña aceptara una cifra simbólica de refugiados y probara así su humanidad. Pero ahí Blair se puso firme. La explicación de Blair era que aceptar refugiados era hacer exactamente lo que quería Milosevic. Esa debe ser la razón, entonces, por la que el año pasado el Nuevo Laborismo propuso aplicar severas restricciones a los que buscan asilo. Sabían por anticipado que ayudar a los refugiados era justo lo que Milosevic quería.
Quizás todas las decisiones del gobierno laborista, pasadas y presentes, se justificarán de ahora en adelante recurriendo a Milosevic. El ministro de Educación David Blunkett dirá: “En el caso de los docentes decidimos aumentarles el sueldo sólo en función de evaluaciones personales, porque un acuerdo con el sindicato habría sido hacerle el juego a Milosevic”. Qué irónico entonces que Radomar Diklic, que milita en favor de una prensa libre en Serbia, se lamente. “La OTAN convirtió a Milosevic en un símbolo de nuestro país, lo que es horrible”. La acción de la OTAN era para evitar que los albaneses étnicos fueran expulsados de Kosovo. Dos semanas después, 700.000 han abandonado Kosovo. Entonces dicen que sin los bombardeos hubiera sido aún peor. ¿Cuánto peor podía haber sido? ¿701.000? ¿700.002?
La OTAN tiene otro truco. Puede terminar con el desastre anunciando una nueva fase. Y luego anunciar orgullosamente que destruyó una ruta o un ferrocarril vital. Para esta época, el año que viene, quedará un solo albanés en todos los Balcanes. Ellos anunciarán que terminaron con la fase 602 y pasarán a la 603, para destruir la autopista B1675, la ruta pintoresca que va de Novo Sid a Cacuk evitando el puente bajo.
Algunos aseguran a los gritos que la OTAN debería haber involucrado a sus tropas de tierra en el ataque. Como intervenir en Kosovo empeoró las cosas, la solución es intervenir más. Y algunas personas no estarán contentas hasta que hayan encontrado la forma de que Suiza participe con tropas. El problema, resumió Blair, es sobre “el bien y el mal”. Milosevic gobernó Serbia por más de 10 años. ¿Es una casualidad que desde hace dos semanas Milosevic de pronto fue más malo de lo que era antes? La OTAN podría haber intervenido hace años, pero en aquel momento Milosevic no era lo suficientemente malo. El propósito militar de las primeras bombas en el centro de Belgrado fue salvar la credibilidad de la OTAN. El comodoro David Wilby, jefe de la operación de la OTAN, admitió esto, diciendo que los bombardeos “me sacarán de éste brete en el que me ando meneando día tras día”. Y cuando los meneos se ponen muy dolorosos, ¿qué otra cosa hacer salvo disparar un misil de crucero contra un edificio de oficinas justo frente al pabellón de maternidad? Esperemos que este comodoro nunca tenga hemorroides, o toda Europa caerá bajo las bombas nucleares.
A menudo, el apoyo serbio a Milosevic es atribuido a los medios, que no informan sobre los horrores de su gobierno. Entre las atrocidades sobre las que no informó no sabemos si encontraremos ejemplos de soldados asesinando a bayonetazos a prisioneros desarmados y cortando sus orejas como trofeos. Puede ser un truco aprendido del Tercer Batallón de Regimiento de Paracaidistas, que –según su cabo Vincent Bramley– hizo exactamente eso cuando tomaron Mount Longdon en las Malvinas. No recuerdo que esa información estuviera en el noticioso de las seis de la tarde, después de que Thatcher gritara encantada “Alégrense, Alégrense”.
Los ejércitos occidentales no son una fuerza para el bien, sino para forzar a los gobiernos a actuar en función de los intereses de Occidente.Es por eso que la única vez en que les gustan los refugiados es cuando son una oportunidad para una buena foto, como si fuera en un casamiento: “Ahora quisiera una del ministro, el refugiado y la hermana del refugiado, sonrían, así está muy bien. No, no podés venir conmigo querida, eso sería justo lo que quiere Milosevic”.
Traducción: C.D.

 

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