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El País de Madrid Por José Luis Barbería desde París La diplomacia francesa baraja la posibilidad de contrarrestar la depuración étnica emprendida por los serbios por medio de una operación militar y humanitaria dirigida por la ONU y destinada a crear una zona de seguridad en Kosovo. La opción, que no figura entre las prioridades actuales de las potencias de la OTAN, está siendo considerada ante la perspectiva de que los acontecimientos bélicos permitan devolver a tierra kosovar a los más de 450.000 refugiados. La idea de que crear un espacio de seguridad conlleva, en todo caso, a falta de una estrategia de mayor alcance, el riesgo de servir en bandeja al régimen de Belgrado la partición de hecho de la región, un objetivo que Slobodan Milosevic parece haberse marcado en el caso de que Serbia no pueda retener a Kosovo dentro de sus fronteras. Los periodistas franceses que se han entrevistado recientemente con mandos del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) en el valle de Rugovo (oeste de la región) dan cuentan, por otra parte, de que los guerrilleros kosovares colaboran ya con la OTAN facilitándoles información de los objetivos serbios a destruir. Así, indican que la destrucción de una serie de puentes llevada a cabo por los aviones de la OTAN responden a las indicaciones facilitadas por el ELK. Según los enviados especiales franceses, los guerrilleros armados con fusiles de asalto Kalachnikov se sirven de los caballos para desplazarse por las montañas nevadas y aseguran que, pese a haber tenido que replegarse ante la ofensiva serbia, controlan el 40 por ciento de la región, pero, obviamente, ninguna de las carreteras principales. Al contrario que en otras muchas zonas, los habitantes de la región de Rugova permanecen en sus casas y albergan, llegado el caso, a los militantes del ELK. El apoyo a la intervención en Kosovo sigue aumentando en la opinión pública francesa, al igual que el respaldo a la posición que el gobierno y la presidencia mantienen sobre la guerra. Según los últimos sondeos, el 68 por ciento aprueba las posiciones sostenidas por el presidente Jacques Chirac y el 60 por ciento, las del primer ministro Lionel Jospin. Matices al margen, el jefe de Estado y el jefe de Gobierno están manteniendo una actitud común: respaldo completo a la ofensiva de la OTAN en tanto Milosevic no acepte las condiciones impuestas por las grandes potencias y compromiso internacional de que los kosovares deben poder regresar a sus hogares. La mayoría de los franceses, el 53 por ciento, sin embargo, no da crédito a las informaciones que la OTAN facilita sobre el curso de la guerra. En línea con la actitud de las autoridades de dar prioridad a las ayudas a los asentamientos de refugiados, Francia, desde las asociaciones humanitarias, hasta los ayuntamientos y consejos regionales, multiplica estos días la asistencia. Por otra parte, el escritor Sabri Hamini, considerado el mejor poeta en lengua albanesa, declaró ayer en Blois, que está convencido de que las declaraciones de Ibrahim Rugoba responden a su situación de rehén de Milosevic. El escritor se preguntó cómo es posible que no se pueda saber lo que ocurre realmente en Kosovo cuando hoy día disponemos de fotos de la luna y de Marte.
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