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Por Diego Schurman Carlos Corach ocupará desde el 10 de diciembre una banca en el Senado de la Nación. El ministro del Interior fue elegido ayer por una porción de justicialistas e independientes porteños en comicios internos, en los que no faltaron episodios de violencia y contradicciones a la hora de anunciar la lista ganadora (ver pág. 3). El funcionario accederá a un cargo legislativo que le asegurará una importante cuota de poder y, eventualmente, inmunidad hasta el año 2001. Yo nunca tuve una causa, se defendió ayer ante Página/12. Corach logró su objetivo de la mano de una lista que consagró al ministro de Justicia, Raúl Granillo Ocampo, como candidato a jefe de gobierno porteño por el PJ. Esa boleta menemista, una de las dos que compitieron en la interna, estuvo conformada por varios dirigentes vinculados con el actual Gobierno, como el secretario de Seguridad Interior, Miguel Angel Toma, la secretaria de Derechos Humanos, Inés Pérez Suárez y el ex subsecretario de Desarrollo Social, Santiago de Estrada, entre otros. La Constitución reserva a la segunda fuerza una banca de senador para el período que va desde el 10 de diciembre de 1998, hasta el 10 de diciembre del 2001, día en el que recién asumirán los legisladores elegidos por el voto directo. Hasta entonces, y de acuerdo con la reforma de la Carta Magna del 94 la minoría dispone de una banca sin necesidad de competir electoralmente con nadie. En la Capital Federal esa minoría está representada por el justicialismo. Corach asumirá una banca que está vacante desde diciembre, cuando terminó el mandato de Mario Pacho ODonnell, justamente uno de los que ayer competía con la lista del ministro. El Senado se transformó en una panacea para el Gobierno. Lo demostró el año pasado al forzar el ingreso, con un fallo de la Corte Suprema de por medio, de dos hombres del menemismo. Uno fue el chaqueño Hugo Sager, el otro el correntino Rubén Pruyás. La presencia en la Cámara alta de gente propia le garantiza a Menem la mantención de poder pese a la expiración de su mandato. Y quienes ostentan el cargo también se aseguran inmunidad frente a las constantes denuncias judiciales. Corach, como él mismo lo dijo a este diario, no tiene ninguna causa pendiente, aunque sí una infinidad de acusaciones. Y nadie descarta que frente a un eventual gobierno de la Alianza esa realidad se modifique. De hecho fueron hombres de la coalición opositora, como el frepasista Horacio Viqueira, los que lo acusaron de tener conocimiento del contrato entre IBM-DGI. El ministro del Interior es el funcionario de peor imagen del Gobierno y quizá por ello fue prácticamente nula se presencia en la campaña encabezada por Granillo Ocampo. Ayer, sin embargo, luego de anunciar a los cuatro vientos el triunfo de la lista que lo lleva como senador, se mostró sin ningún pudor celebrando junto al presidente Carlos Menem. En Olivos no faltaron la pizza, el vino y el champagne. Y en especial las dedicatorias a Eduardo Duhalde. El propio Corach se encargó de remarcar que el 70 por ciento de los votos escrutados ayer fueron un respaldo a la gestión de Menem. Es que las dos listas menemistas se adjudicaron el primer y segundo puesto. Y en tercer lugar quedó la boleta del duhaldista Jorge Argüello. LAS PRIMERAS DEFINICIONES DEL
SENADOR CORACH Por A.H.M.
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