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RUSIA PODRIA MEDIAR, PERO EE.UU. YA DISCUTE HOY LA OFENSIVA TERRESTRE
Si quieres paz, prepara la guerra

Los países de la OTAN podrían lograr que Moscú actúe de mediador con Yugoslavia, para concluir en un tratado celebrado en el ámbito de la ONU. Pero hoy en EE.UU. el Congreso comienza a debatir el envío de tropas de tierra.

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t.gif (862 bytes)  La OTAN se prepara para la guerra y la paz simultáneamente. Por un lado, las conversaciones del sábado y de ayer entre Rusia y los países atlantistas alentaron la posibilidad de que Moscú interceda para que Belgrado acepte los términos de la OTAN. El precio de la ayuda rusa es que las negociaciones se realicen siempre desde el marco de la ONU. Pero en Estados Unidos la corriente parece ir en la dirección opuesta: el envío de tropas de tierra. Hoy el Congreso debatirá una moción para decidir si le pedirá a Clinton que planee una campaña de este tipo. La Casa Blanca anunció que ya tenía planes “rápidamente actualizados”. El Consejo Atlántico autorizó ayer en Bruselas el envío de 8000 tropas a Albania para “tareas humanitarias”. Si se invade Kosovo, servirían de avanzada. Los ataques aéreos prosiguieron ayer, aunque la OTAN redujo su intensidad (a pesar de que siguieron las víctimas civiles) por respeto al domingo de Pascua ortodoxo. En la frontera albano-yugoslava continuaron los combates entre la guerrilla separatista albano-kosovar y las tropas serbias.
Las apresuradas charlas que sostuvieron los líderes políticos de la OTAN para apaciguar a Rusia luego de que advirtiera el viernes sobre “una guerra mundial” podrían lograr algo mucho más importante. La OTAN aspira a un auxilio ruso para que el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic acepte una paz con autonomía para la provincia serbia de Kosovo y la presencia de tropas internacionales para garantizarla. El presidente norteamericano Bill Clinton y su colega francés Jacques Chirac subrayaron ayer “el importante papel de Rusia para una solución política”. Desde el sábado, los ministros de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña y Alemania, Robin Cook y Joschka Fischer, iniciaron activas gestiones con el canciller ruso Igor Ivanov. Ivanov también sostuvo ayer “una larga charla telefónica” con el premier italiano Massimo D’Alema y se reunirá mañana con la secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright.
La demanda rusa para jugar el rol de mediador sería, según el viceprimer ministro de Relaciones Exteriores ruso Georgy Mamedov, que las negociaciones y una eventual fuerza militar de paz sean “internacionales”: es decir, sin jurisdicción de la OTAN. Pero el secretario general de la ONU Kofi Annan propuso condiciones que eran idénticas a las de la Alianza Atlántica. Esto hace posible a los ojos atlantistas que su organismo presida sobre la implementación de la paz. Albright sugirió ayer que si Belgrado negocia, la OTAN podría moderar su demanda del retiro absoluto de todas las tropas serbias de Kosovo. “Debemos ser realistas y flexibles”, resumió.
La iniciativa podría beneficiarse del derrumbe de la propuesta alternativa de Yugoslavia para un tratado de paz: un acuerdo entre Milosevic y el líder moderado albano-kosovar Ibrahim Rugova. La perspectiva parecía posible cuando Milosevic anunció que concedería la “autonomía sustancial” a Kosovo si Rugova firmaba un acuerdo con él. La OTAN aseveró inmediatamente que el líder kosovar no actuaba de propia voluntad, y hoy el semanario alemán Der Spiegel publicará una entrevista con Rugova, recluido en Belgrado, en la que él mismo confirma esta versión. “Milosevic juega al gato y ratón conmigo –aseguró– y quiere presentarme como un traidor ante mi propio pueblo”. La imagen del presidente yugoslavo volvió a deteriorarse ayer con el arresto de un australiano que trabajaba para la organización humanitaria CARE. Las autoridades serbias emitieron una confesión donde el australiano confesaba ser un espía, pero el jefe de CARE Peter Bell afirmó que fue “forzado”.
Si no se produce una mediación por Moscú, las alternativas militares de la OTAN parecen gravitar con cada día que pasa hacia una invasión terrestre. “Queremos examinar el envío de tropas y queremos que la OTAN comience a planificarlo”, declaró llanamente el senador demócrata Joseph Lieberman, quien adelantó que ésta sería su posición para la ronda de debates que comienza hoy en el Congreso. Según un sondeo difundido ayer por el Canal Fox, el 59 por ciento de la opinión pública en Estados Unidos apoya el envío de tropas de tierra. El secretario de Defensa, WilliamCohen, aseguró ayer a los medios que existían planes de contingencia para una intervención terrestre, y que podrían ser “puestos al día” en poco tiempo. Ayer continuaron los bombardeos contra Yugoslavia. La OTAN anunció que aligeró sus ataques porque fue el domingo de Pascua ortodoxo. Junto con el mal tiempo, significó que comparativamente se golpearon pocos objetivos. “Los pilotos de la OTAN no pueden ver sus objetivos –afirmó una ama de casa en Belgrado– y ojalá no nos vayan a bombardear justo este domingo”. En Belgrado el deseo aparentemente se cumplió ya que no hubo bombardeos, pero en otras localidades fueron alcanzadas por las bombas de la OTAN, que según la agencia oficial serbia Tanjug causaron tres muertos, incluida una niña de tres años. “Realizar ataques aéreos durante la Pascua significa la misa fúnebre para el humanismo europeo”, declaró ayer Amfilohije, arzobispo de Montenegro.

DEBATE INTELECTUAL EN EUROPA SOBRE EL ATAQUE
Con la espada y con la pluma

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El austríaco Peter Handke.(arriba)
El alemán Günter Grass.(derecha)

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Por Pablo Rodríguez

t.gif (862 bytes) Los intelectuales europeos discuten en los medios la posición a tomar sobre el ataque de la OTAN a Yugoslavia. Algunos lo hacen publicando manifiestos en los diarios, otros escribiendo columnas de opinión y otros tantos en entrevistas de televisión. La excepción a la regla es el escritor austríaco Peter Handke: mientras todos se declaran a favor o en contra de los bombardeos pero sin dejar de criticar al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, Handke apoyó a Yugoslavia al punto de viajar a Belgrado, la semana pasada, para estar cerca de sus amigos serbios. Allí recibió la Orden de los Caballeros Serbios. Luego declaró que iba a devolver el Premio Georg Büchner (especie de Premio Cervantes de la literatura en alemán, que le fue otorgado en 1973) para manifestar su desacuerdo con la postura de Alemania en el conflicto.
Otro de los pesos pesados de la literatura alemana contemporánea, Günter Grass, se manifestó enfáticamente a favor de los bombardeos e incluso de un ataque con tropas terrestres, y criticó a Occidente por “haber tardado tanto tiempo en darse cuenta de lo que ocurre en Kosovo”. Durante esta semana varios intelectuales también publicaron notas conjuntas apoyando la intervención de la OTAN en Yugoslavia.
“Esta acción militar no debe ser una forma de protesta o de asistencia, sino más bien una política, una manera de reglar la situación, de crear las bases de una solución justa para el problema de Kosovo”, sostuvieron el presidente honorario de Médicos Sin Fronteras, Rony Brauman, los filósofos franceses Alain Finkielkraut y Paul Thibaud y el periodista Jean-Claude Guillebaud en la edición del miércoles del diario francés de izquierda Libération. Hasta fueron más allá de la intención de la OTAN de convencer a Milosevic de darle la autonomía a Kosovo al decir que “esta intervención debe tener claramente el objetivo de lograr su independencia”. El sábado, en el Tagesspiegel de Berlín, los escritores alemanes y críticos Hans Cristoph Buch, Richard Herzinger, Steffen Noack, Rüdiger Safranski, Richard Wagner, Jürg Altwegg, y el filósofo francés André Glucksmann, apelaron “a los gobiernos occidentales a no detener la presión contra el gobierno serbio”.
Entre los que se oponen a los ataques figura el escritor Walter Jens, quien subrayó por televisión que los bombardeos son “la peor de las opciones, porque se producen la multiplicación de la muerte, la aniquilación de la oposición serbia, la desestabilización de la región entera y un dramático retroceso hacia nacionalismos antidemocráticos”. Y otros intelectuales cambiaron su posición al respecto, como Erich Loest, ex presidente de la Federación Alemana de Escritores. Ahora Loest se opone al ataque porque la única consecuencia palpable es el número de víctimas en la población civil. “No tiene importancia si los aviones de la OTAN destruyen un tanque más o menos. La persecución serbia en Kosovo también se puede hacer si se está armado con cuchillos y garrotes”, dijo Loest.
Pero por su parte, el escritor Peter Schneider defendió los ataques como si estuviera respondiendo a los argumentos de Loest. “No puede ser que algunos pacifistas den vuelta la situación y sostengan ahora que es la OTAN la que produjo los desplazamientos masivos de la población albana de Kosovo. Esto es una mentira y un horroroso autoengaño propagandístico”, afirmó.

 

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