Por Adriana Meyer
La carta de
Juan Gelman al jefe del Estado Mayor del Ejército acusando al general Eduardo Cabanillas
como responsable del robo de su nieta o nieto tendrá un efecto judicial inminente. El
fiscal Eduardo Freiler aseguró ayer a Página/12 que pedirá al juez Adolfo Bagnasco la
citación de Cabanillas como imputado. Y este diario pudo saber que Bagnasco ya estudia la
posibilidad de convocar al actual jefe del Cuerpo II del Ejército.
Freiler agregó que la declaración de Cabanillas es importante en la medida que
pueda aportar alguna respuesta nueva, y en cuanto esté dispuesto a colaborar de verdad en
el capítulo de esta investigación referido a Orletti y al Plan Cóndor, en donde
todavía necesitamos elementos. El fiscal evaluó la posibilidad de pedir que la
citación del militar sea en condición de imputado por el elevado cargo que
desempeñó en aquel momento.
En un expediente de la justicia militar abierto por denuncias contra el ex miembro de la
Triple A Aníbal Gordon, Cabanillas reconoció en 1977 haber prestado servicios en la
SIDE. Dijo haber revistado en la OT18, número que identificaba al centro clandestino
Automotores Orletti. Cabanillas en ese momento era capitán, grado habitual junto con el
de mayor entre los oficiales que tenían responsabilidad ejecutiva en los campos de
concentración.
Freiler ya pidió a Bagnasco que exija al Ejército la entrega del expediente del
77.
El bebé de María Claudia y Marcelo Gelman, la nuera y el hijo del poeta, los dos
secuestrados en Orletti, debió haber nacido en octubre de 1976.
El apoderado de Gelman, Albor Ungaro, presentó copias de esa declaración ante el juez
Bagnasco, cuando el escritor se presentó como querellante en la causa que investiga el
plan sistemático de apropiación de menores durante la dictadura.
Al ser aceptado como parte en este proceso, Gelman tendría derecho a presenciar el
interrogatorio del próximo 23 al que será sometido Balza por una orden de Bagnasco, pero
Ungaro pudo saber que es muy probable que el jefe del Ejército responda por escrito las
preguntas del juez, haciendo uso de la prerrogativa que le da el cargo. Si bien el
interrogatorio de Balza estará referido al allanamiento del Edificio Libertador, a partir
del dato aportado por el periodista Horacio Verbitsky, el juez podría llegar a incluir el
tema entre sus preguntas.
Ayer Ungaro acercó al juzgado las dos cartas que envió Gelman a Balza y la respuesta de
Balza al escritor, publicada en Página/12 el domingo último. Allí el general admitió
que Cabanillas revistó en comisión en la SIDE desde el 5 de agosto de 1976 hasta el 28
de enero de 1977.
Tras la acusación de Gelman a Cabanillas, el jefe del Ejército le respondió que su
fuerza quedaba comprometida a satisfacer los requerimientos legales de la
Justicia. Los investigadores del plan sistemático de apropiación de menores especulaban
ayer con que los militares citados igual no pueden negarse a declarar por el propio
peso de la Justicia, pero reconocían que las palabras de Balza en la respuesta a
Gelman obligarían de manera más enérgica a Cabanillas a colaborar con esa causa.
El domingo la abogada Mirta Mántaras opinó que los términos de la carta del jefe
militar, contenidos además en un texto con membrete institucional, debían interpretarse
como una orden por anticipado para que ningún oficial, incluido Cabanillas, pueda
rechazar en el futuro la convocatoria de la Justicia.
Esa fue la puerta que Balza dejó abierta, después de establecer que el represor de
Orletti no fue imputado, procesado, condenado, indultado ni beneficiado con el Punto Final
o la Obediencia Debida. Y agregó que no fue cuestionado por el Congreso al ascender ni su
pliego fue censurado por el Ejecutivo. Por eso, el Ejército declinó investigarlo o
sancionarlo. Gelman solicitó el año pasado la citación de Cabanillas, y también la de
otros agentes de inteligencia como Eduardo Ruffo, el vicecomodoro Guillamondegui y el
capitán Marcos Alberto Calmon. Su apoderado aseguró ayer a Página/12 que para tomar ese
testimonio el juzgado debería considerar suficientes los documentos que aportó en su
momento, porque los desaparecidos son una parte que no está y la Justicia tendría
que considerar esas pruebas como válidas para ponernos en igualdad de condiciones con
quienes practicaron el terrorismo de Estado y hoy están acusados. El letrado
considera que en este caso podría también invertirse la carga de la prueba por la
gravedad del delito el secuestro y la apropiación de menores como ocurre en
el caso del enriquecimiento ilícito, es decir, que sean los represores quienes tengan que
demostrar su inocencia.
PROYECTO DE BRAVO PARA QUE CITEN A CABANILLAS
Obsequia libros contra la CONADEP
El
diputado Alfredo Bravo presentará hoy un proyecto de resolución para que el general
Eduardo Rodolfo Cabanillas sea citado ante la Comisión de Defensa de la Cámara de
Diputados para explicar las razones por las que, en su carácter de comandante del
II Cuerpo de Ejército, obsequia libros que denostan el informe elaborado por la Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) y el juicio seguido a las ex juntas
militares.
El libro que reparte el general se titula tal como lo informó Rosario/12
Subversión: la historia olvidada. Cabanillas lo obsequia con su tarjeta abrochada en la
primera hoja. En el prólogo se informa que fue editado con el propósito de brindar
a quienes no vivieron o conocieron los hechos en forma directa o contemporánea la
otra voz de la verdad contra el anestesiante compendio del Nunca Más de la CONADEP y de
la propaganda oral, escrita y televisiva con que se pretende sepultar la verdad
histórica. También se advierte sobre la sumisión del Poder Judicial
para poner en la picota al país bajo el pretexto de la violación de los
Derechos Humanos. Y en el epílogo se indica que la historia dará
su veredicto final sobre la validez de los juicios a que fueron sometidos los ex
comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas del Proceso de Reorganización Nacional.
El libro está editado por AUNAR (Asociación Unidad Argentina), inscripta como entidad
civil sin fines de lucro en la Inspección General de Justicia y presidida por el general
retirado Fernando Verplaetsen, quien figura entre los represores mencionados ante la
CONADEP. El general Cabanillas puede, como cualquier ciudadano, leer, obsequiar,
recomendar y/o comentar públicamente los libros, folletos y publicaciones que desee. Pero
su deber como soldado a sueldo de la Nación y, fundamentalmente, como comandante de una
de las importantes divisiones del Ejército es acatar y cumplir los lineamientos
políticos del jefe del Estado Mayor General de la fuerza y defender las instituciones de
la República y sus decisiones, en este caso, el fallo del Poder Judicial sobre los
crímenes cometidos por las Fuerzas Armadas entre 1976 y 1983, asegura Bravo en los
fundamentos del proyecto. El diputado no deja de mencionar que el poeta Juan Gelman
responsabilizó a Cabanillas por el secuestro de su nieto o nieta a través de una carta
publicada por Página/12 de la cual aún no hay respuesta escrita.
MASSERA EN EL HOSPITAL NAVAL
Tiene diagnóstico dudoso
Por A. M.
El ex almirante Emilio
Massera está internado en el Hospital Naval a raíz de una dolencia de tipo
digestivo, tal como confirmó a Página/12 su abogado Miguel Arce Aggeo. Sin
embargo, fuentes judiciales citadas por la agencia Télam aseguraron que un equipo de
médicos forenses que revisaron al ex marino en su domicilio establecieron que sufre un
problema hepático.
El represor cumplía arresto domiciliario y la jueza María Servini de Cubría, que lo
procesó por la apropiación de un hijo de desaparecidos, le dio autorización para salir
de su casa e internarse en el hospital, donde está custodiado por efectivos de
Gendarmería. El letrado sostuvo que se comunicaron con él desde la casa de Massera
diciéndole que tenía un problema de salud y solicitó el traslado inmediato. Cuando a
fines del año pasado Servini ordenó su detención, su primer lugar de alojamiento fue
una dependencia de la Gendarmería Nacional en Campo de Mayo y a los pocos días fue
internado en el Hospital Naval a raíz de una descompensación coronaria. Tras un breve
período de internación fue llevado directamente a su departamento de la avenida del
Libertador. Por tener más de 70 años y estar enfermo la jueza le otorgó el beneficio
del arresto domiciliario. Massera también está procesado por el juez federal Adolfo
Bagnasco.
NELIDA FARRAS DE VAZQUEZ
Fue indagada y sería detenida
Nélida Farrás, la
mujer que junto con su marido Policarpio Luis Vázquez se apropió de la niña que sería
hija del matrimonio Bauer-Pegoraro, también está internada en el hospital naval. La
jueza María Romilda Servini de Cubría le tomó declaración indagatoria ayer y pensaba
transformar su detención domiciliaria en efectiva, pero la descompostura de la acusada
pospuso la medida.
Farrás cumplía con prisión domiciliaria desde que se conoció que ella y su esposo se
habían apropiado de una hija de desaparecidos. El viernes la jueza pidió que la mujer
fuera trasladada a Gendarmería. Fuentes judiciales aseguraron que existen elementos para
que su arresto sea efectivo y no domiciliario. Ayer, la jueza indagó a la acusada, quien
se niega a colaborar con la investigación aunque ratifica lo afirmado en su anterior
declaración. En ella, Farrás había admitido que la joven anotada como Evelyn Karina no
es su hija. La verdadera identidad de Evelyn aún no pudo ser comprobada a través de los
análisis genéticos.
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