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Becerra le dio pan a un Menem que no tiene dientes

Un dictamen de Becerra propone convalidar el congreso de Parque
Norte que nominó a Menem presidente del PJ hasta el 2003. Pero
la decisión llega tarde para un menemismo muy debilitado.

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Por Diego Schurman

t.gif (862 bytes)  Nicolás Becerra convalidó ayer al congreso justicialista que dio plafond a Carlos Menem para aspirar a una nueva reelección y le extendió el mandato como jefe del partido hasta el 2003. La resolución del procurador general de la Nación es tardía para los intereses del menemismo: la utopía de un tercer mandato consecutivo está prácticamente extinguida y la posibilidad de que Menem controle los hilos del PJ no es algo que inquiete a Eduardo Duhalde. El gobernador ahora cree que la evolución de la interna va a hacer recaer el poder del partido en sus manos, más allá de los títulos y las jerarquías.
El congreso de Parque Norte, hegemonizado por el oficialismo, fue clave en la estrategia para lograr la perpetuación de Menem en el poder. Por eso Duhalde lo impugnó alegando que los representantes bonaerenses fueron deliberadamente excluidos de esa cumbre.
Hasta ayer, la última voz de la Justicia que se había expresado era la de la Cámara Nacional Electoral. Ese tribunal, atendiendo a la demanda del gobernador, invalidó el congreso y obligó al menemismo a recurrir a la Corte con un recurso de queja.
El pronunciamiento de Becerra conocido ayer no altera el panorama judicial. Apenas suma una “sugerencia” a la Corte si es que ésta se decide a fallar. Pero tampoco el político, porque cuando se inició la disputa Menem tenía el control de la mayoría del partido y el respaldo de prácticamente todos los gobernadores del PJ. Pero ahora su expectativa de concentrar todo el poder partidario se desmorona.
Por eso Duhalde, si bien evita reflotar aquello del “candidato natural”, no ve manera de que el Presidente le dificulte el camino hacia la competencia con la Alianza. Se entiende así su preocupación por minimizar cualquier pronunciamento, inclusive el de Becerra, que haga mención sobre el controvertido congreso de Parque Norte.
A esta altura el gobernador sabe que la posibilidad de una nueva reelección sólo descansa en el sueño de algunos obsecuentes. Y asegura, como el resto de la plana duhaldista, que no tiene ningún problema que Menem se quede con la jefatura del partido hasta el 2003. Cree que es una mera cuestión de forma.
El menemismo, contrariamente, se ilusiona con un Menem controlando al partido e incidiendo sobre la conformación de la fórmula que se presentará en 24 de octubre. De hecho, el Presidente dejó que los sindicalistas de la CGT, que lo visitaron la semana pasada, pidieran la cabeza de Ramón Ortega, seguro precandidato a vicepresidente, y de Carlos Ruckauf, precandidato a gobernador bonaerense.
“Por más intentos que quieran hacer ya no hay nada que inventar”, dijo ayer Duhalde para ridiculizar cualquier otra intentona de ese tipo. En el duhaldismo aseguran que Menem está sumamente debilitado y que los gestos que realizará de ahora en más tendrán más bien la figura de “manotazo de ahogado”.
Ese debilitamiento comenzó luego de una sucesión de hechos adversos, entre los que se encontraron la falta de apoyo de los gobernadores a la reelección, la derrota de Ramón Saadi en Catamarca, y la decisión de Carlos Reutemann de no dar pelea en la interna justicialista en representación del menemismo.

 

DUHALDE Y PALITO ANUNCIAN LA FORMULA ESTA SEMANA
Con otros gobernadores en la foto

Por F.Y.
T.gif (862 bytes) Eduardo Duhalde y Ramón Ortega ya tienen decidido el orden de la fórmula presidencial. Era un secreto a voces pero quieren ser ellos los que personalmente informen entre el jueves y el viernes, que el bonaerense será el candidato a presidente y el tucumano su compañero. Ambos esperan contar para la foto de ese día con tres nuevos gobernadores justicialistas a su lado.
El anuncio no se hará hoy, martes 13, por eso de “ni te cases ni te embarques”. Tampoco será el miércoles 14 porque esa fue la fecha en que Ortega asumió como secretario de Desarrollo Social, el puesto que le confió el menemismo cuando todavía era el delfín del Presidente, y al tucumano no le trae buenos recuerdos. Es por ello que tanto los operadores de uno y otro precandidato sostienen que la noticia se conocerá recién hacia fines de la semana y el pretexto que utilizan es la entrega de los resultados finales de una encuesta encargada por el binomio.
En tanto, Duhalde personalmente se ocupa de las negociaciones con los gobernadores justicialistas para atraerlos a su redil. Sus operadores sostienen que ya dieron el sí el misionero Ramón Puerta, el mendocino Arturo Lafalla y el salteño Juan Carlos Romero. A este último lo esperaron infructuosamente en el acto que el binomio organizó en la ciudad entrerriana de Concordia como cierre del segundo tren de la Esperanza. Los tres mandatarios son los que, junto a Jorge Busti y al duhaldista de la primera hora Néstor Kirchner, integrarán el gabinete federal con el que Duhalde busca, como dice el bonaerense a sus íntimos, “esmerilar a Menem”.
Pero hasta que se conozca el resultado de la encuesta Ortega sigue diciendo que no resigna su sueño de “ser presidente de mi país” pero se apresura a aclarar que si en esta oportunidad no pudiera serlo “tengo todavía por delante doce años para seguir buscando esa posibilidad”. A pesar de ello, en todos los pueblos por los que pasó el segundo tren de la Esperanza, que el domingo recorrió Corrientes y Entre Ríos, el tucumano dijo que en caso de llegar a ser gobierno él se encargará personalmente del área social y que Duhalde, el senador lo gritó en Concordia, “se hará cargo de todo lo político”.
De todas formas y repitiendo a su modo lo manifestado por los aliancistas Fernando de la Rúa y Carlos “Chacho” Alvarez, los operadores orteguistas se apuraron a decir que “más allá de quién sea el candidato a presidente, el gobierno de Duhalde y Ortega será totalmente diferente a las experiencias conocidas. El presidente y el vice gobernarán juntos, saben que se necesitan más de lo que se piensa. El haber concretado el binomio los potenció hasta el punto de acercarse en las encuestas peligrosamente a la fórmula de la Alianza sin ser todavía los candidatos del justicialismo”.

 

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