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DE LA OTAN VOLARON UN PUENTE CON UN TREN CIVIL CON 50 PASAJEROS

Cada error de la Alianza lo pagan otros

La OTAN inició su ronda de ataques de ayer con mal tiempo y con una tragedia: bombardeó un puente mientras pasaba un tren y murieron al menos 10 personas y hubo 28 heridos. En una fábrica, 36 civiles fueron heridos.

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t.gif (862 bytes)  La campaña de la OTAN contra las “líneas de comunicación” del ejército yugoslavo estacionado en Kosovo provocó ayer un desastre en el sur de Serbia. Un avión de la OTAN disparó dos misiles contra un puente ferroviario en Grdelica mientras cruzaba sobre los rieles un tren de pasajeros. Los vagones fueron, según varios testigos, “completamente calcinados”. 10 personas murieron, incluyendo a un niño, y 16 fueron heridas en el último recuento de bajas oficial. Pero Tomislav Grozdanovic, el representante del ferrocarril estatal, afirmó que “puede que la cifra de víctimas sea mayor ya que tememos que algunos cayeron al río”. La OTAN admitió que el bombardeo del puente, pero “sin intención de alcanzar el tren”. En la ciudad de Kragujevac, una fábrica de automóviles fue bombardeada por segunda vez, resultando en 36 obreros heridos. La campaña aérea no parece estar teniendo gran efecto en el ejército serbio, que ayer afirmó haber “liquidado” a 150 guerrilleros albano-kosovares en la frontera con Albania.
“Esta campaña aérea no está exenta de riesgos, ni para los serbios ni para nosotros”, explicó el general norteamericano Charles Wald. “Los ataques de la OTAN –concluyó una autoridad serbia– están dirigidos contra la población civil.” A las 11.39 hora local, un avión de la OTAN disparó dos misiles contra el puente sobre el río Juzna Moravia en Grdelica. Sobre el puente comenzaba a cruzar el río el tren internacional 393 desde Belgrado hacia el puerto de Salónica, en Grecia, con 50 pasajeros. Los misiles alcanzaron al tren cuando éste se encontraba cerca de la mitad del puente. Un oficial serbio afirmó que el avión apuntó al tren con toda deliberación, disparando un primer misil contra las líneas eléctricas para detenerlo, y después “disparó directamente contra el tren”.
En cualquier caso, los efectos fueron devastadores. “El proyectil alcanzó el segundo vagón, destruyéndolo completamente –declaró el jefe de una estación cercana–, y los restantes tres vagones se incendiaron o saltaron de los rieles.” Un aldeano local relató que “las personas ardían como muñecos, algunos estaban sin brazos ni piernas, todos estaban negros”. En la cercana localidad de Grdelica se sintió una “horrible explosión y después una violenta ola de viento” que arrasó con los tejados de varios edificios. Hasta ahora las autoridades serbias afirman que las bajas llegan a 10 muertos, incluido un niño, y 16 heridos. Pero considerando que todos los vagones en un tren con 50 pasajeros fueron “calcinados”, parece posible que la cantidad sea más alta.
Aunque la OTAN admitió que era posible que se hubiera atacado a un tren, reivindicaron la estrategia global de la campaña aérea. “Hemos dejado bien en claro que las líneas de comunicación están siendo atacadas –afirmó el general Wald– y también he dejado en claro que haremos todo lo posible por evitar daños colaterales.” El militar aseguró a los medios que la destrucción de los puentes era vital para cortar el suministro de combustible y municiones al ejército yugoslavo desplegado en Kosovo.
Pero ayer el bombardeo no se limitó a las líneas de comunicaciones del ejército yugoslavo. En lana19fo02.jpg (16661 bytes) localidad de Kragujevac, una fábrica automotriz fue bombardeada por segunda vez por la OTAN, dejando a 36 obreros heridos. Los obreros sirven voluntariamente como “escudos humanos” desde el comienzo de la ofensiva atlantista. En un ataque anterior, más de 120 de ellos fueron muertos o heridos. Los aviones de la OTAN dejaron en llamas ayer a la refinería y depósitos de carburante en Pancevo. Un misil aterrizó por error en un barrio de Novi Sad sin causar bajas. En la capital de Kosovo, Pristina, se oyeron varias explosiones, pero no hubo un informe de daños. La OTAN anunció que ejecutó todos sus ataques a pesar del mal clima.
La Alianza podría agregar pronto a esta lista de objetivos a su principal villano en la crisis de Kosovo: el presidente serbio Slobodan Milosevic. “La OTAN estaría dispuesta a capturarlo”, afirmó ayer el ministro de Defensa español Eduardo Serra. El ministro aclaró que la OTANesperaría a que el Tribunal Internacional de La Haya emita un auto contra el presidente serbio por la “limpieza étnica” en Kosovo. En Estados Unidos, el jefe de personal de la Casa Blanca, John Podesta, consideró que si Yugoslavia quiere integrarse a la comunidad internacional, “el pueblo yugoslavo tendrá que librarse de él”. Milosevic –según el líder comunista italiano Armando Cossuta quien lo visitó– aseveró que “si me eliminan sólo me suplantará alguien más nacionalista”. Cossuta estimó que “Serbia nunca se rendirá”.
Tampoco parecen hacerlo los miembros de la guerrilla albano-kosovar en Albania. El Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) intentó desde el sábado comenzar una suerte de reconquista de su provincia, pero el resultado aparentemente fue catastrófico. Según el ejército yugoslavo, “varios cientos” de guerrilleros se arrojaron contra sus defensas fronterizas, pero el avance “fue rechazado”. El comando serbio se atribuyó haber “liquidado a 150 terroristas”, que contaban con apoyo directo de los aviones de la OTAN. Los guerrilleros sólo admitieron la pérdida de tres soldados.

UN CONVOY RUSO SIN ARMAS PERO CON ALIMENTOS
Llegó la primera ayuda a Serbia

El País 
de Madrid

Por Rodrigo Fernández
Desde Moscú


t.gif (862 bytes) La caravana con ayuda humanitaria de Rusia y Bielorrusia para Yugoslavia pudo ayer lunes seguir su camino a través de Hungría, tras haber permanecido bloqueada durante dos días. El acuerdo al que se llegó es fruto de las negociaciones mantenidas en la capital magiar por el ministro de Situaciones de Emergencia ruso, Serguei Shoigu, con el ministro del Interior húngaro, Sandor Pinter. Pero no pudieron pasar los vehículos blindados considerados de uso militar, y sólo una parte del combustible que ahora es vital para el gobierno yugoslavo. El combustible fue justificado como imprescindible para transportar el material humanitario. Hungría es el único miembro de la OTAN con fronteras con Yugoslavia.
Ayer mismo, antes de que se solucionara el problema, Rusia protestó formalmente ante el gobierno de Budapest y le advirtió que su negativa a permitir el paso de los camiones con medicinas y alimentos que se dirigían a Yugoslavia tendría consecuencias negativas para las relaciones entre ambos países. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, se encargó personalmente de informar al Parlamento sobre el acuerdo a que había llegado Pinter con Shoigu –quien viajó a Budapest en la noche del domingo enviado por el presidente ruso Boris Yeltsin– para dejar pasar al convoy que desde el sábado había permanecido bloqueado en la frontera entre Ucrania y Hungría.
Gracias al compromiso pactado por ambos ministros, de los 73 camiones que componían la caravana, 64 han podido seguir su camino hacia Yugoslavia. Los cinco vehículos que las autoridades húngaras habían considerado de uso militar por estar blindados no entraron en Hungría y de los ocho camiones con combustible Budapest accedió a dejar pasar cuatro. Los rusos han explicado que el combustible es necesario para los vehículos que llevan el cargamento humanitario, compuesto de un hospital de campaña y medicinas.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Igor Ivanov, había dado en la mañana de ayer, antes de que se llegara a un compromiso con Budapest, una conferencia de prensa en la que advirtió que, si en horas no se encontraba una solución al bloque de la ayuda humanitaria para Yugoslavia, “ello tendrá las más graves consecuencias para las relaciones rusohúngaras”.
El embajador húngaro en Moscú, Erno Keskeny, después de ser citado al ministerio de Exteriores, donde se le presentó una protesta formal, se había mostrado muy preocupado por la situación creada. “No será justo que las relaciones húngaro-rusas se echen a perder por este incidente. El gobierno de Hungría siempre ha considerado una tarea de primordial importancia desarrollar relaciones multilaterales con Rusia”, declaró Keskeny, subrayando que “el ingreso de Hungría en la OTAN no ha cambiado nada en este respecto”.
Mientras tanto, el avión del Ministerio de Situaciones de Emergencia con ayuda humanitaria para Yugoslavia no pudo despegar ayer de San Petersburgo debido a la falta de garantías de seguridad, y su vuelo ha sido aplazado indefinidamente. El aparato ruso debía llevar 20 toneladas de alimentos y medicinas a Skopje, la capital de Macedonia. Para hoy en la mañana está planeado el despegue desde Moscú de otro avión ruso que debe llevar 35 toneladas (tiendas de campaña, mantas y alimentos) a Skopje.

Los eslavos sean unidos
El Parlamento yugoslavo votó ayer por unanimidad el ingreso a la unión que forman Rusia y Bielorrusia. Los únicos que boicotearon la votación fueron los diputados de Montenegro, la minoritaria República que junto con la de Serbia forma Yugoslavia. “Es un gran paso hacia la paz”, comentó el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic. El presidente ruso Boris Yeltsin se encuentra ahora en la encrucijada de aceptar o rechazar la solicitud de Yugoslavia. Si acepta, tendrá dificultades para permanecer en el camino del apoyo verbal a los serbios sin correlato en los hechos. Pero si rechaza con un “niet” el pedido de los hermanos eslavos, quedará como un traidor no sólo a los ojos de la oposición nacionalista–comunista, sino también de amplios sectores de la opinión pública de su país. Los comunistas intentan sacar réditos cuanto antes de la flamante triple unión eslava. “Si se llegara a formar la unión, no sólo habría ayuda militar rusa en Yugoslavia. Pienso que también estarían allí nuestro ejército y nuestra flota”, dijo el comunista Guennadi Selezniov, presidente de la Duma (cámara baja del Parlamento ruso). El mismo Selezniov debería saber que juega con fuego. A fines del año pasado se opuso en la Duma al líder ultranacionalista Vladimir Zhirinovski, cuando éste solicitó el ingreso de Yugoslavia a la unión rusa–bielorrusa. “Usted es un loco. Con esto se nos opondrá todo el mundo”, dijo premonitoriamente el comunista en aquel entonces.

Guerra Santa  por Kosovo
En vistas de un futuro contraataque de la guerrilla separatista del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) contra los serbios, una extraña mezcla de nacionalismo y fervor religioso se movilizó para enviarles ayuda y combatientes. “Se debe crear un ejército islámico para defender a los musulmanes de Macedonia, Montenegro, y Serbia”, proclamó ayer la máxima institución islámica sunita Al Azhar desde El Cairo. “¿Donde están los musulmanes? ¿El papel islámico continuará limitándose al ofrecimiento de ayuda humanitaria?”, añadían los sabios religiosos de Al Azhar. Trescientos voluntarios albaneses –pero ciudadanos norteamericanos– dieron la respuesta que esperaban oír en El Cairo: partirán esta semana a Albania para procurar unirse a las mermadas filas del ELK. En varios países europeos, otros centenares también están respondiendo a la llamada.

 

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