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EL SACERDOTE BRASILEÑO MARCELO ROSSI VENDIO TRES MILLONES DE DISCOS
El gran rival discográfico del Papa

El fenómeno es tan grande que todas las compañías de Brasil están buscando religiosos que atraigan al público para grabarles discos. El cura asegura en televisión 15 puntos de rating, mínimo, por lo que se ha convertido en una estrella catódica, como Xuxa.

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Por Marcelo Raimon
Desde Río de Janeiro


t.gif (862 bytes)  La mítica ciudad de Salvador de Bahía acaba de celebrar sus primeros 450 años de vida. Hubo shows y espectáculos por todos lados. Un concierto de Caetano Veloso y su hermana Maria Bethania reunió 50.000 personas, otro de Carlinhos Brown 60.000. Pero el record de los festejos no fue para un artista de carrera internacional, sino para una estrella del Brasil profundo, el padre Marcelo Rossi. El cura es el nuevo fenómeno de la Iglesia y de los medios de comunicación: oficia una misa aeróbica, con canciones y danzas, tiene numerosos programas de radio y televisión y su álbum Músicas para louvar ao Senhor, vendió ya ¡tres millones de discos! El padre, con la presencia del arzobispo primado de Brasil, Geraldo Majella, y del gobernador de Bahía, César Borges, dio misa el 23 de marzo en el estadio Fonte Nova para más de 80.000 personas que rezaron y bailaron a su ritmo, después de la participación de los invitados Chiclete com Banana y Ara Ketu.
El disco se grabó en vivo en julio de 1998 en el Santuario Terço Bizantino que el padre lidera en Santo Amaro, en San Pablo, y fue lanzado como obra benéfica, de acuerdo con el contrato firmado con Polygram, con la idea de vender unos cuantos miles. Pero enseguida empezó a trepar sin respiro en los rankings brasileños y se quedó cómodo, durante meses, en el primer lugar. En el primer mes de bateas vendió 450.000 discos, contra los 300.000 que en el mismo tiempo vendieron los So pra Contrariar, el grupo de samba-pagode carioca que tenía hasta entonces el record. Para este año, Universal-Polygram tiene dispuesto el lanzamiento de una colección de seis discos compactos, que se podrán comprar juntos o por separado, en los que el padre Marcelo recita 150 salmos religiosos. Según la revista Veja –le dedicó una tapa al tema– las ventas anticipadas suman 300.000 unidades. El padre Rossi pertenece a la llamada Iglesia Carismática, una corriente que llegó a Brasil desde Estados Unidos de la mano del padre Eduardo, en 1969, con gran interés en los medios de comunicación, tanto que hasta producen novelas y miniseries para difundir el Evangelio. .
Los motivos del suceso, dice el cura en una coqueta sala de las oficinas de Río de Janeiro de Polygram –que gustosa difunde la obra de su máxima estrella– “son tres: Dios, que me puso en este lugar a pesar de ser simplemente un ex profesor de educación física que estudió teología y filosofía pero nunca comunicación; la transparencia, que me hace hablar y cantar con el corazón; y la posibilidad de hacer que el pueblo cante con el corazón y con el cuerpo, bailando en las misas. Esos son mis tres fundamentos: Dios, el corazón y el cuerpo”. Hasta los 9 años, el sueño de Rossi era ser piloto de Fórmula Uno. Pero ya la cabina del piloto le quedaba chica, así que empezó a pensar en ser bombero. “Una vez hubo un pequeño incendio en casa y cambié de idea”, contó a Página/12. “Después quise ser futbolista de Corinthians. Con trece años ya calzaba 46, le pegaba a la pelota a cualquier lado así que desistí. Pero igual me quedé con el deporte. Como medía 1,94 tenía problemas de columna y me dijeron que lo mejor era hacer gimnasia. Comencé a hacer gimnasia todos los días y llegué a pesar 130 kilos, era un monstruo fuerte. Estaba catorce horas por día, los siete días de la semana, entre la escuela y el gimnasio, formándome en educación física”.
Todo bien hasta entonces. Rossi tenía sus músculos, salía con chicas y la pasaba bárbaro. Pero llegó la muerte de un primo. “Entonces hice el viaje que todo ser humano tendría que hacer, el más corto y el más difícil, que es el viaje hasta el corazón. Comencé a cuestionar mi vida,cuestionarme como ser humano. Empecé a estudiar historia, por mi cuenta, primero la historia del mundo y luego la historia de la Iglesia, y me apasioné. Mi tutor espiritual en el colegio me ayudó y me volqué a la Iglesia, ya no como cuando era chico, que mis padres me obligaban, sino que esta vez iba a la misa de corazón.”La Iglesia brasileña hasta ahora lo recibe con satisfacción porque –más allá del show– no toca ni una coma de la liturgia y es extremadamente respetuoso de las jerarquías y de la doctrina. Y es, sobre todo, un campeón de ventas de discos, revistas y libros. Los principales programas televisivos se lo disputan: su presencia garantiza no menos de l5 puntos de rating, está comprobado.
El padre recuerda que cuando retornó a las misas, después de aquella etapa de gimnasta, sintió que estaba faltando algo. “Era un período en que la Iglesia estaba muy volcada a la cuestión política, a través de la Teología de la Liberación, que fue positiva en su momento, durante la dictadura. Pero después faltaba algo. Yo había perdido un primo e iba a la Iglesia para escuchar hablar de Dios. Pero llegaba y escuchaba hablar de política. Siempre creí que eso también es importante, pero desde ese momento en mi cabeza comenzó a crecer una idea: no me gusta criticar. Yo tengo un principio: no critique, haga algo. Por eso no critiqué, me pregunté ¿por qué no haces algo.?
–¿Por qué la Iglesia necesitó de algo como la música para volver a atraer a la gente?
–El Papa pidió “usemos nuevos métodos”. No se trata de cambiar los contenidos. Hay algo que está muy claro: yo no quiero cambiar nada ni cambio nada. Creo en todo lo que la Iglesia dice y predica. Soy un sacerdote, soy un padre, eso lo tengo claro... no un artista. Un artista tiene su vida propia. Mi función es predicar y Dios trabaja conmigo. Para mí, fue una bendición que el disco se vendiera como se vendió, pero todo el dinero va a parar a diez instituciones.
–¿La fama que acumuló puede incidir en su carrera eclesiástica?
–Soy un cura, sería diferente si fuera militar. Cuando uno entra en la Iglesia no busca perseguir cosas... Yo no quiero ser obispo: nadie entra en la lglesia para hacer una carrera, al contrario. Dios escoge algunos para ser obispos y debe tener sus razones, pero creo que no será mi caso.
–La fuerza de su opinión política está creciendo. ¿Qué opina del Movimiento de los Sin Tierra?
–Los respeto mucho, pero cada uno tiene un área. El dedo pulgar no necesita hacer lo que hace el meñique, pero ambos trabajan en la misma mano. Uno no necesita hacer lo que hace el otro, pero sí necesitan respeto. La belleza de la Iglesia está en la unidad en la diversidad. Si el Movimiento de los Sin Tierra camina junto a la Iglesia... ¿cómo puedo yo esta en contra? Todo lo que es hecho en comunión y unidad con la Iglesia y con el Papa es un mismo cuerpo.
Desde Río de Janeiro


@La mítica ciudad de Salvador de Bahía acaba de celebrar sus primeros 450 años de vida. Hubo shows y espectáculos por todos lados. Un concierto de Caetano Veloso y su hermana Maria Bethania reunió 50.000 personas, otro de Carlinhos Brown 60.000. Pero el record de los festejos no fue para un artista de carrera internacional, sino para una estrella del Brasil profundo, el padre Marcelo Rossi. El cura es el nuevo fenómeno de la Iglesia y de los medios de comunicación: oficia una misa aeróbica, con canciones y danzas, tiene numerosos programas de radio y televisión y su álbum Músicas para louvar ao Senhor, vendió ya ¡tres millones de discos! El padre, con la presencia del arzobispo primado de Brasil, Geraldo Majella, y del gobernador de Bahía, César Borges, dio misa el 23 de marzo en el estadio Fonte Nova para más de 80.000 personas que rezaron y bailaron a su ritmo, después de la participación de los invitados Chiclete com Banana y Ara Ketu.
El disco se grabó en vivo en julio de 1998 en el Santuario Terço Bizantino que el padre lidera en Santo Amaro, en San Pablo, y fue lanzado como obra benéfica, de acuerdo con el contrato firmado con Polygram, con la idea de vender unos cuantos miles. Pero enseguida empezó a trepar sin respiro en los rankings brasileños y se quedó cómodo, durante meses, en el primer lugar. En el primer mes de bateas vendió 450.000 discos, contra los 300.000 que en el mismo tiempo vendieron los So pra Contrariar, el grupo de samba-pagode carioca que tenía hasta entonces el record. Para este año, Universal-Polygram tiene dispuesto el lanzamiento de una colección de seis discos compactos, que se podrán comprar juntos o por separado, en los que el padre Marcelo recita 150 salmos religiosos. Según la revista Veja –le dedicó una tapa al tema– las ventas anticipadas suman 300.000 unidades. El padre Rossi pertenece a la llamada Iglesia Carismática, una corriente que llegó a Brasil desde Estados Unidos de la mano del padre Eduardo, en 1969, con gran interés en los medios de comunicación, tanto que hasta producen novelas y miniseries para difundir el Evangelio. .
Los motivos del suceso, dice el cura en una coqueta sala de las oficinas de Río de Janeiro de Polygram –que gustosa difunde la obra de su máxima estrella– “son tres: Dios, que me puso en este lugar a pesar de ser simplemente un ex profesor de educación física que estudió teología y filosofía pero nunca comunicación; la transparencia, que me hace hablar y cantar con el corazón; y la posibilidad de hacer que el pueblo cante con el corazón y con el cuerpo, bailando en las misas. Esos son mis tres fundamentos: Dios, el corazón y el cuerpo”. Hasta los 9 años, el sueño de Rossi era ser piloto de Fórmula Uno. Pero ya la cabina del piloto le quedaba chica, así que empezó a pensar en ser bombero. “Una vez hubo un pequeño incendio en casa y cambié de idea”, contó a Página/12. “Después quise ser futbolista de Corinthians. Con trece años ya calzaba 46, le pegaba a la pelota a cualquier lado así que desistí. Pero igual me quedé con el deporte. Como medía 1,94 tenía problemas de columna y me dijeron que lo mejor era hacer gimnasia. Comencé a hacer gimnasia todos los días y llegué a pesar 130 kilos, era un monstruo fuerte. Estaba catorce horas por día, los siete días de la semana, entre la escuela y el gimnasio, formándome en educación física”.
Todo bien hasta entonces. Rossi tenía sus músculos, salía con chicas y la pasaba bárbaro. Perona25fo02.jpg (7744 bytes) llegó la muerte de un primo. “Entonces hice el viaje que todo ser humano tendría que hacer, el más corto y el más difícil, que es el viaje hasta el corazón. Comencé a cuestionar mi vida,cuestionarme como ser humano. Empecé a estudiar historia, por mi cuenta, primero la historia del mundo y luego la historia de la Iglesia, y me apasioné. Mi tutor espiritual en el colegio me ayudó y me volqué a la Iglesia, ya no como cuando era chico, que mis padres me obligaban, sino que esta vez iba a la misa de corazón.”La Iglesia brasileña hasta ahora lo recibe con satisfacción porque –más allá del show– no toca ni una coma de la liturgia y es extremadamente respetuoso de las jerarquías y de la doctrina. Y es, sobre todo, un campeón de ventas de discos, revistas y libros. Los principales programas televisivos se lo disputan: su presencia garantiza no menos de l5 puntos de rating, está comprobado.
El padre recuerda que cuando retornó a las misas, después de aquella etapa de gimnasta, sintió que estaba faltando algo. “Era un período en que la Iglesia estaba muy volcada a la cuestión política, a través de la Teología de la Liberación, que fue positiva en su momento, durante la dictadura. Pero después faltaba algo. Yo había perdido un primo e iba a la Iglesia para escuchar hablar de Dios. Pero llegaba y escuchaba hablar de política. Siempre creí que eso también es importante, pero desde ese momento en mi cabeza comenzó a crecer una idea: no me gusta criticar. Yo tengo un principio: no critique, haga algo. Por eso no critiqué, me pregunté ¿por qué no haces algo.?
–¿Por qué la Iglesia necesitó de algo como la música para volver a atraer a la gente?
–El Papa pidió “usemos nuevos métodos”. No se trata de cambiar los contenidos. Hay algo que está muy claro: yo no quiero cambiar nada ni cambio nada. Creo en todo lo que la Iglesia dice y predica. Soy un sacerdote, soy un padre, eso lo tengo claro... no un artista. Un artista tiene su vida propia. Mi función es predicar y Dios trabaja conmigo. Para mí, fue una bendición que el disco se vendiera como se vendió, pero todo el dinero va a parar a diez instituciones.
–¿La fama que acumuló puede incidir en su carrera eclesiástica?
–Soy un cura, sería diferente si fuera militar. Cuando uno entra en la Iglesia no busca perseguir cosas... Yo no quiero ser obispo: nadie entra en la lglesia para hacer una carrera, al contrario. Dios escoge algunos para ser obispos y debe tener sus razones, pero creo que no será mi caso.
–La fuerza de su opinión política está creciendo. ¿Qué opina del Movimiento de los Sin Tierra?
–Los respeto mucho, pero cada uno tiene un área. El dedo pulgar no necesita hacer lo que hace el meñique, pero ambos trabajan en la misma mano. Uno no necesita hacer lo que hace el otro, pero sí necesitan respeto. La belleza de la Iglesia está en la unidad en la diversidad. Si el Movimiento de los Sin Tierra camina junto a la Iglesia... ¿cómo puedo yo esta en contra? Todo lo que es hecho en comunión y unidad con la Iglesia y con el Papa es un mismo cuerpo.

 

El sueño del padre propio
Uno de los principales críticos musicales brasileños, Ruy Castro, del diario O Estado, de San Pablo, analizó muy críticamente la maquinaria que se mueve detrás del éxito discográfico del sacerdote. “¿Y si el padre Marcelo fuera la Carla Pérez de este año?”, se preguntó en referencia a la rubia teñida, de gran boom, que fue la estrella indiscutida de tres carnavales atrás y ahora languidece en un triste pograma televisivo de entretenimientos. “En noviembre último –dice Castro autor del libro Chega de saudade– Polygram, sorprendida por los pedidos de discos del padre Marcelo que no paraban de llegar, prácticamente interrumpió el prensado del resto de su catálogo previsto para fin de año. No había fábricas suficientes para prensar los discos del padre Marcelo, cuyos ejemplares estaban vendiéndose más que el pescado en Pascua.” Las restantes compañías discográficas no se quedaron atrás y, por ejemplo, EMI ya fichó al padre Zeca, un ex surfista que tiene particular llegada entre los jóvenes, y Sony al padre Antonio Maria.



¿Un freno a la oposición?

Los expertos en temas eclesiásticos creen que el éxito del padre Marcelo es producto de un afán institucional de la Iglesia, que lo visualiza como un posible freno al crecimiento de las sectas evangelistas, un fenómeno que de tan instalado hasta tiene sus chistes, como el que dice que Brasil pronto será “el mayor pueblo ex católico del mundo”. El padre Rossi tiene respuestas para todas esas crítica, cuando Página/12 se las traslada. “Con todo respeto por Carla Pérez, esa comparación no tiene sentido, porque yo soy un sacerdote”, dice sobre el tema de su comparación con un éxito discográfico (ver el otro recuadro). En cuanto a la lucha con otras organizaciones religiosas y sectas –que sí son una preocupación para la jerarquía eclesiástica– contesta así: “Respeto a todos, y tengo amigos evangelistas. Nunca nada de lo que hice fue para contener su avance. Por otro lado, nunca tuve contacto con el culto evangelista, no sé nada de ellos. Todo el contacto religioso que tuve fue, desde niño, con mi familia, con la Iglesia Católica. Mi interés es traer de vuelta a aquellos católicos que se dicen católicos. Recuperarlos para la Iglesia es mi alegría. No hago imitaciones de los evangelistas, como dicen, porque nunca los vi oficiar”.

 

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