Descendieron a toda prisa al andén, con Yugoslavia en un extremo
y Macedonia al otro, y se agruparon ante los puestos de control. Los hombres dirigían
cada grupo familiar. Hombres jóvenes y mayores: no faltaba ninguno. Y, sin embargo,
muchos refugiados aseguran que los hombres en edad militar suelen ser separados por la
policía serbia y obligados a quedarse en Kosovo.
Algunos portavoces de la OTAN ofrecen confidencialmente la cifra de al menos 100.000
hombres desaparecidos. Pero ese guarismo podría ser uno más entre las exageraciones
propias de la batalla de la propaganda, una de las más cruciales en cualquier guerra. El
portavoz de la OTAN, Jamie Shea, ha expresado más de una vez su preocupación
por la situación de los hombres a los que se ha impedido salir de Kosovo. Y se ha
referido a informes sobre posibles campos de concentración y a imágenes de
satélite en las que se ve lo que podría ser una fosa común. La filmación de numerosos
cadáveres de hombres jóvenes por parte de un videoaficionado que logró huir a Albania
confirma, en principio, que la policía, el Ejército o los paramilitares serbios han
perpetrado matanzas. Pero el número total de víctimas constituye por ahora un enigma.
Shea y el ministro de Asuntos Exteriores británico, Robin Cook, también se han referido
a unos 400.000 albano-kosovares de todas las edades que estarían ocultos en los bosques.
La cifra de 400.000 personas me parece exagerada, pero es indudable que existen
bastantes miles: son los que se acumularon durante días ante la frontera yugoslava y
fueron obligados a retroceder por los serbios, comentó un observador de la
Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE) que trabajó durante
meses en Kosovo. La cifra de 100.000 hombres en edad militar desaparecidos me parece
imposible: no podría haber casi ninguno entre los refugiados, y hay bastantes,
añadió.
El resultado de un cálculo simple parece respaldar el comentario del observador de la
OSCE. Si los refugiados desde el inicio de la limpieza étnica son unos 500.000 y los
grupos familiares de Kosovo tienen, según las estadísticas, siete miembros, habrían
sido expulsadas unas 70.000 familias. Contando con que en cada una hubiera dos hombres en
edad militar padre e hijo mayor, o dos hijos, resultarían 140.000 personas.
Para llegar a los 100.000 desaparecidos, dos de cada tres familias deberían carecer de
hombres jóvenes. Y eso no se corresponde con lo que se observa en los campos.
Un periodista afirmó al llegar a Macedonia que tanto lo que él había visto
personalmente como lo que le contaban en el tren de evacuación coincidía: los asesinatos
eran selectivos. Parecían disponer de buena información, porque separaban a los
más activos políticamente o a los líderes comunitarios, jóvenes o viejos, y los
mataban en el acto o se los llevaban, explicó.
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