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UN CAOS POLITICO GANA A LA OTAN, QUE HABRIA MATADO A 75 KOSOVARES
La Armada Brancaleone en acción

Disparos de la OTAN habrían causado 75 muertos y 30 heridos entre los refugiados kosovares, aunque la Alianza dice que fueron los serbios. Pero la credibilidad de la operación está en duda y se buscan vías diplomáticas para salir del pantano.

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La infografía muestra el ataque contra el convoy de refugiados, que siguen marchando hacia las fronteras.
Blanco errado, propaganda serbia o uso de los albaneses como escudos humanos, el incidente prueba que la OTAN está fallando.

Página/12 en Bélgica
Por Eduardo Febbro desde Bruselas

t.gif (862 bytes) Tres semanas después de haber lanzado la Operación Fuerza Aliada contra los ejércitos purificadores del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, la OTAN perdió en las últimas horas su máscara del Zorro. La alianza protectora de la mayoría albanesa de Kosovo implacablemente perseguida por los militares serbios no consiguió casi ninguno de sus objetivos: el éxodo de los kosovares se incrementó con un desplazamiento masivo de la población, que sobrepasó las estimaciones más sabiamente calculadas: la policía y los militares serbios continúan cometiendo matanzas, mientras que en la cruzada contra la purificación étnica Slobodan Milosevic mantiene intacta la iniciativa. El presidente francés Jacques Chirac y el cada vez menos sonriente jefe de la OTAN, Javier Solana, reconocen hoy a media voz que los estrategas occidentales subestimaron al adversario. Un militar de la Alianza admitía ayer aquí que “pensábamos que unas cuantas bombas serían suficientes para obligar a negociar a Milosevic, creíamos que así la guerra sería corta. Ahora sabemos que va a durar”.
El colapso atlántico roza la catástrofe con la información suministrada ayer por los servicios informativos serbios, según los cuales los aviones de la OTAN mataron a 75 civiles, en su mayoría refugiados kosovares, durante el ataque que llevaron a cabo en el oeste de Kosovo, en la localidad de Meha, a pocos kilómetros de la frontera con Albania. Anoche, los serbios ganaban incluso la batalla de los medios frente a la OTAN. Mientras la Alianza afirmaba que sus aviones sólo habían atacado un convoy militar, la televisión serbia difundió imágenes probando sus afirmaciones. Blanco errado, propaganda serbia o utilización de los albaneses como escudos humanos, en cualquiera de los casos el incidente prueba que la OTAN fracasó en su primer objetivo: impedir el desmembramiento de Kosovo. Ciertos espíritus honestos de la Alianza admiten que Milosevic se “adelantó a los aliancistas”, amplificando el terror contra los albaneses para vaciar Kosovo antes de sentarse a la mesa de las negociaciones, pero con una provincia vaciada y bajo control serbio. Las inexactitudes de la OTAN son tales que los países miembros son incapaces hoy de asumir el drama de los refugiados. Los dirigentes occidentales ni siquiera pueden afirmar dónde y en qué condiciones se encuentran los refugiados kosovares que dejaron sus pueblos con destino a Macedonia, Albania y Montenegro. Una fuente del Comité Internacional de la Cruz Roja, el CICR, confirmó a Página/12 que “cerca de un millón de personas se había esfumado como por arte de magia”. El ministro francés de Relaciones Exteriores, Hubert Vedrine, calculó en 200.000 el número de refugiados “perdidos” en el interior de la provincia. Con un cinismo a toda prueba, Solana reconoció ayer en Bruselas que la OTAN “ignoraba el número de desplazados. Se trata de una gran preocupación”.
La Alianza no parece tener una noción exacta del ridículo cuando sus mismos integrantes evalúan de forma radicalmente opuesta el resultado de la campaña militar. Solana casi dice que el ejército yugoslavo está “de rodillas” pero, con más realismo, el canciller italiano Lamberto Dini dijo, cortante, que no había “signos de un debilitamiento de Milosevic”. Ayer, el Ministerio francés de Defensa admitía que, pese a los bombardeos, “las fuerzas terrestres serbias en Kosovo son importantes y amenazadoras”. Según París, los serbios disponen en Kosovo de 20.000 militares, 15.000 paramilitares y cerca de 500 vehículos blindados.
Expertos militares británicos y franceses no sólo aceptaban que la OTAN subestimó la capacidad política y militar del presidente yugoslavo, sino que, además, se cometió otro “gran error al basar los planes militares en las experiencias precedentes de Bosnia Herzegovina e Irak”. La frase es de un norteamericano y revela la duda que sacude a la OTAN. Esas experienciasconsiguieron que Saddam Hussein se fuera de Kuwait, 1991-1992, y que los serbios de Bosnia dejaran de bombardear las regiones musulmanes, 1995, y ello con la bendición del mismo Milosevic. Los errores acumulados por la OTAN son constantes y enormes. Los especialistas destacan en estos días que si en el ‘95 Milosevic aceptó el plan de paz propuesto por EE.UU. y firmado en Dayton es porque, antes, la ofensiva terrestre protagonizada por croatas y musulmanes había desbaratado sus ejércitos. Hoy no ocurre así. En momentos en que la operación Fuerza Aliada está por entrar en su cuarta semana, hasta los mismos medios militares empleados en la campaña actual aparecen inadecuados: los estrategas resaltan que en el curso de la operación contra Saddam Hussein, Tormenta del Desierto, “los aviones aliados salían 2000 veces por día, contra apenas 6000 para un total de 20 días del operativo Fuerza Aliada contra los serbios”. “Parece un operativo pensado por niños”, decía ayer a Página/12 un funcionario de la Cancillería italiana. No es para menos. Según trascendió ayer, los cerebros militares de Bruselas ni siquiera integraron en el dispositivo un número suficiente de aparatos capaces de intervenir con mal tiempo, los BIB Lancer de la US Air Force o los Tornado de la Royal Air Force, por ejemplo. “Se subestimó al adversario a tal punto que, en vez de intimidar a las fuerzas terrestres, inmovilizar la infantería de un golpe y destruir los tanques en una misma acción, se actuó con pinzas: es como si se hubiese pensado que con un par de petardos mojados Milosevic iba a retroceder”. Por esta razón, la OTAN activó el lunes la segunda fase de Fuerza Aliada: 300 aviones suplementarios para borrar con una nueva apuesta incierta los errores del pasado.

 

Claves

ron2.gif (93 bytes)  Error técnico o empleo de los kosovares por los serbios como escudos humanos, los 75 muertos albano-kosovares de ayer magnifican el fracaso de la política del bombardeo sistemático para protegerlos.
ron2.gif (93 bytes)  En medio de una creciente confusión aliada, Alemania abrió ayer un curso de negociación que incluye una tregua de 24 horas, la participación de Rusia y el despliegue de fuerzas de la ONU como forma de escapar del empantanamiento militar.
ron2.gif (93 bytes)  Yugoslavia, entretanto, reclamó una vez más entrar a la aún tentativa unión Rusia-Bielorrusia, el germen de un pacto de defensa paneslava que teóricamente permitiría el despliegue de tropas rusas en territorio yugoslavo.


MILOSEVIC SE REUNIO CON EL PRESIDENTE BIELORRUSO
Dos potencias eslavas se saludan

t.gif (862 bytes) “Belgrado no cederá.” El veredicto lo pronunció ayer el presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko luego de una entrevista con su colega yugoslavo Slobodan Milosevic, en un revés a la propuesta de paz del canciller alemán Gerhard Schroeder. Milosevic pidió formalmente entrar a la Unión eslava de Rusia-Bielorrusia, pero el presidente yugoslavo subrayó que comprendía que tal unión requiere “tiempo, mucho tiempo”, y Lukashenko consideró que esto “desmiente las conjeturas de que (Milosevic) quiere arrastrar a mi país a una guerra”. La postura dura de Milosevic se extendió más allá del plano diplomático, y “congeló” el tráfico marítimo en la zona yugoslava del mar Adriático. Durante el encuentro los medios yugoslavos anunciaron que la OTAN destruyó un puente en Krusevac, al sur de Belgrado, dejando sin comunicaciones a 15 pueblos.
“Le pregunté varias veces (a Milosevic) –relató ayer Lukashenko– si estaba dispuesto a dar algunos pasos hacia atrás para después dar algunos hacia adelante (pero), me dijo que hay un límite más allá del cual él y el pueblo yugoslavo no pueden ceder.” El presidente bielorruso estimó que el principal logro de su visita fue “haber determinado cuál es este límite”. ¿Cuál es? Lukashenko precisó que Yugoslavia sólo admitiría la presencia de observadores civiles en Kosovo, y que de ninguna manera admitiría que los países de la OTAN obtengan acceso a la provincia. Milosevic, por su parte, reiteró que las negociaciones de paz deben ser realizadas sólo por “la gente que vive en la región”, haciendo referencia a sus diálogos con el líder kosovar Ibrahim Rugova.
Lukashenko había sido recibido con toda la pompa y circunstancia de la que fue capaz un Belgrado en tiempo de guerra, incluyendo una guardia de honor, himnos, alfombra roja, y un caluroso abrazo de bienvenida del presidente yugoslavo. Bielorrusia y Rusia son los aliados más activos de Yugoslavia dentro de la comunidad internacional, y ayer ambos mandatarios intercambiaron garantías de “solidaridad eslava”. Ambos concordaron, no obstante, mantener distante todavía la posibilidad de una unión entre sus países.

 


 

Alemania rompe filas y pide la acción de la ONU

Una propuesta de Alemania busca involucrar a la ONU –y, por lo tanto, a Rusia– en una solución negociada. Es el primer miembro de la Alianza que insinúa algo distinto al bombardeo permanente.

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Gerhard Schroeder (izq.) hizo posible que Kofi Annan volviera por la puerta grande.
La propuesta alemana pide un despliegue internacional que sólo puede dirigir la ONU.

Por E. F.

t.gif (862 bytes) El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, entró por la mejor puerta que la historia podía ofrecerle: el Consejo extraordinario de la Unión Europea consagrado a la crisis de Kosovo. Kofi Annan ingresó sonriente, mostrando su revancha en los labios. Aplastada por el bramido de los aviones norteamericanos, la ONU volvió ayer a recuperar parte de sus derechos “pacíficos” en la busca de una solución política a la guerra en los Balcanes. Los 15 miembros de la Unión Europea aceptaron, por primera vez en su historia, la presencia de un secretario general de la ONU en el seno de una cumbre especial. La urgencia de la situación justifica y explica esta deferencia. El fracaso actual del operativo militar de la OTAN exige una solución “independiente” que, al mismo tiempo que ponga fin a la guerra, reconozca los derechos de los kosovares, renueve la influencia de la ONU, le otorgue su justo papel a Rusia y, por último, le dé a la amordazada Unión Europea parte de la responsabilidad que le incumbe a fin de liberarse de la “paz americana”.
La partida diplomática que se jugó ayer en Bruselas tiene una trascendencia de peso. En esa reunión figura el esbozo político que podría acallar los cañones anglonorteamericanos. En primer lugar, Alemania, que ocupa la presidencia de la UE, les presentó a Kofi Annan y a los jefes de Estado y de gobierno de la Unión un plan de paz en el que están presentes las “cinco condiciones de consenso” ya aceptadas por la comunidad internacional, en el orden: el fin de los combates, el retiro de las fuerzas serbias, el retorno de los refugiados y el envío de una fuerza multinacional capaz de garantizar la seguridad y el respeto del estatuto de Kosovo, tal como se desprende de los acuerdos elaborados en la localidad francesa de Rambouillet. Bonn, sin embargo, en acuerdo con sus socios europeos, introdujo “un mecanismo” con el objetivo de generar “una dinámica” capaz de salir del estancamiento actual. Alemania propuso que la OTAN suspenda sus bombardeos durante 24 horas a fin de permitirles a los serbios iniciar su retiro de Kosovo. Los alemanes estiman, en contra de la opinión de la OTAN –es decir de los norteamericanos–, que una tregua de 24 horas y la implicación de Rusia en el conflicto -.país miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, así como del Grupo de Contacto sobre la ex Yugoslavia-. eran las “condiciones absolutas para elaborar la paz”. Los británicos, que, junto a los norteamericanos, desconfían del pactismo de los socios europeos, pusieron como condición que si existe un despliegue militar éste esté a cargo de la OTAN. Un principio rechazado por Alemania, para la cual sólo “la ONU” tiene legitimidad para dirigirla.
La implicación de Rusia a través del Grupo de los 8, el G8, torna automática la intervención de las Naciones Unidas, la cual podría entonces votar una resolución integrando los cinco puntos que Kofi Annan negociaría así con Slobodan Milosevic. En realidad, la propuesta alemana no hace sino atraer hacia Europa el protagonismo de la solución. Por esta razón vino acompañada por otro plan presentado por el presidente francés. Jacques Chirac, tras insistir en la necesidad de que prosiga la ofensiva militar, ideó para el futuro, es decir una vez que las fuerzas serbias se hayan retirado, una suerte de administración interina de Kosovo a cargo de la Unión Europea. Según Chirac, esta responsabilidad sólo podría ser asumida por la UE a través de una “resolución obligatoria” de la ONU, confiando a la Unión Europea ese papel. Los dos planes europeos son la emanación del primero, presentado la semana pasada por Kofi Annan con el acuerdo de la OTAN. Cada uno contiene las líneas de convergencia y de ruptura entre los tres bloques en antagonismo: Europa, Rusia y la ONU.

 


 

ANDRE GRATCHEV, EX ASESOR DE MIJAIL GORBACHOV
“No hay una solución sin Rusia”

Por E.F.Desde París

t.gif (862 bytes) Andrei Gratchev es una de las figuras rusas más respetadas en Occidente. Este ex consejero del presidente Mijail Gorbachov, que jugó un papel esencial en los años de la Perestroika, es también autor de varios libros remarcables sobre los años en que el gran imperio rojo se vino abajo. Gratchev es hoy corresponsal del diario ruso Tiempos modernos y en esta entrevista con Página/12 explica la importancia que tiene Moscú en la solución política de la crisis de Kosovo.
–Rusia, como la ONU, pasó de ser el olvidado del banquete al invitado más solicitado. ¿Cómo explica este retorno de Moscú a la escena diplomática?
–Hay que reconocer que Rusia no es la potencia que fue en su momento la ex URSS. Moscú no cuenta ya con los medios para pesar tanto como lo hubiese hecho la URSS. Sin embargo, Rusia es la única potencia que no rompió los lazos con las dos partes en conflicto, es decir, por un lado, digamos Occidente y, por el otro, Milosevic. También es preciso reconocer que Rusia es aún la segunda potencia nuclear.
–Usted declaró hace unos días que la implicación de Rusia es determinante, no tanto por su influencia sino por el cambio geopolítico que produce.
–Efectivamente es así. Si Moscú se aúna a la comunidad internacional entonces el presidente Milosevic aparece de inmediato como un dirigente aislado. Si se da un marco de legitimidad internacional, es decir, si interviene la ONU, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, la OSCE, Milosevic se verá enfrentado a una fuerza colectiva que lo dejará en una posición política frágil.
–Usted también definió la etapa actual con un viejo concepto heredado de la Guerra Fría, “la diplomacia de los megáfonos”. Esto significa acaso que el que grita más, más gana.
–No, no exactamente. Fíjese, hizo falta que Boris Yeltsin evocara la amenaza de los misiles para que EE.UU. acudiera rápidamente a una cumbre con los rusos. Eso es lo que durante la Guerra Fría se llamó la diplomacia de los megáfonos. Pero lo que está en juego hoy es extremadamente importante y, contrariamente a lo que puede creerse, Rusia defiende hoy mucho más la legalidad internacional que una supuesta solidaridad religiosa o eslava con Slobodan Milosevic. En realidad, lo que ocurrió es que Occidente pensó que los cinco mil millones de dólares del FMI serían suficientes para comprar el silencio ruso. No se evaluó con precisión la reacción de Rusia. Pero Moscú se vio obligado a actuar de manera exagerada para ser escuchado. Le recuerdo que Rusia es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y también del Grupo de Contacto para la ex Yugoslavia. Y sin embargo, cuando se pasó a la etapa militar, Moscú fue apartado de manera humillante. Es un gran error por parte de los occidentales. Un error muy norteamericano.

 

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