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Por Felipe Yapur El pretexto que los hombres de Eduardo Duhalde y Ramón Ortega utilizarán para anunciar la definición de la fórmula presidencial será la reunión que el binomio tendrá con congresales de todo el país el próximo viernes a las 11. El lugar aún no está definido, pero en realidad es lo que menos importa, ya que lo que se pretende es anunciar, con bombos y platillos, quién encabezará la boleta del dueto. Sorpresas no habrá, pero los precandidatos esperan contar con la participación de varios gobernadores justicialistas para que el anuncio llegue lejos, es decir, hasta la Casa Rosada. Sobre todo porque también se conocerá la realización de un congreso peronista que definirá, entre otras cosas, la fecha de la interna, en un esfuerzo por responder a las sucesivas jugadas de Carlos Menem, quien ayer recibió al liberado Juan Carlos Rousselot en la sede del gobierno. El viernes, además de lanzar la fórmula Duhalde-Ortega, en la reunión podría exponerse también un deseo que Palito viene trabajando en su relación con el gobernador bonaerense: hacerse cargo desde la vicepresidencia en caso de ganar en octubre de la agenda social del gobierno, tarea a la que se dará juntamente con la mujer de su compañero de fórmula, Hilda Chiche Duhalde. Ayer hubo una cuestión doméstica que puso de mal humor al gobernador: él, personalmente, había ordenado que nadie filtre la fecha del lanzamiento de la fórmula. Duhalde había imaginado convocar a una reunión con cualquier justificativo para sorprender. Pero la noticia se filtró y ya no habrá sorpresa, a pesar de los esfuerzos que ayer hicieron sus operadores de prensa para tender algún manto de piadoso misterio. Es verdad, él quería que fuera una sorpresa pero no podrá ser, se lamentó uno de sus hombres. De todas formas, la reunión del viernes guarda para el duhaldismo una doble intención. Por un lado está el lanzamiento de la fórmula que contará con la presencia de los gobernadores Jorge Busti (Entre Ríos), Néstor Kirchner (Santa Cruz) y los nuevos aliados Arturo Lafalla (Mendoza), Ramón Puerta (Misiones) y Juan Carlos Romero (Salta). Pero también tienen pensado anunciar la fecha de un nuevo congreso peronista, en una obvia respuesta al fallo de la Corte que convalidó lo actuado por el congreso que se realizó en julio del año pasado en Parque Norte. El día de la cumbre partidaria no está decidido, pero no pasarán más de quince días para que se fije. Los operadores duhaldistas intentaron ayer bajarle un poco el perfil al congreso, al sostener que será la continuidad de aquel que se realizó en diciembre de 1997 y que nombró a Duhalde y a Carlos Reutemann como presidente y vice de la asamblea partidaria. Pero el propio gobernador bonaerense fue el que anunció, desde el segundo Tren de la Esperanza realizado el fin de semana pasado por el litoral argentino, que está decidido a competir por los cargos partidarios, en obvia referencia a su oposición a las decisiones a las que el congreso de Parque Norte arribó y donde se prorrogó el mandato de Carlos Menem como presidente del PJ hasta el 2002. El objetivo a lograr una vez que se realice el congreso es definir la fecha de la interna y la integración de la junta electoral. Pero Menem no se quedó quieto. Ayer hizo que el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, recibiera al ex intendente de Morón, Juan Carlos Rousselot, quien sigue sosteniendo que es un perseguido político y señala a Duhalde como el responsable de todos sus males. El encargado por el duhaldismo para responder a estas maniobras fue Julio Bárbaro, quien no dudó en considerar que el congreso de Parque Norte fue un papelón y ahora, con el fallo de la Corte, es un papelón con respaldo jurídico y contragolpeó diciendo que en el peronismo hay dos conducciones, pero para los que estamos con Duhalde la presidencia partidaria de Menem realmente no existe. Mientras todo esto se desarrolla, en el orteguismo se respeta la orden que bajó el senador tucumano: estricto silencio. La pelea con Menem no es nuestra, así que Palito no quiere que juguemos en ésta, confió a este diario un operador del senador. Este silencio incluye la posición a adoptar sobre la facultad que tendrá el congreso para reformar la carta orgánica. Duhalde está decidido a modificarla para poder llamar a elecciones internas abiertas. El detalle es que no se tocará la elección de fórmula, por lo que la idea de que se elijan candidatos, como pregonaron los integrantes del binomio, ha quedado en el olvido.
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