Diputados
dio ayer media sanción a un proyecto oficialista, con el que los que los legisladores
intentan apuntalar el esfuerzo de Economía para evitar el paro agropecuario. La
iniciativa propone la eximición del impuesto sobre los intereses para las zonas en
emergencia y la deducción de Ganancias del valor de los animales destinados a cría. Las
medidas para el campo, que Roque Fernández anunció el martes en esa misma cámara, no
conformaron ni al justicialismo ni a las entidades del sector, que ayer ratificaron la
medida de fuerza.
La Alianza intentó infructuosamente que se votara una propuesta
complementaria, pero un cuarto intermedio promovido por el justicialismo la
condenó a un futuro incierto. Entre otros pretendidos estímulos, Roque anunció una
rebaja del 25 por ciento en el costo del peaje, la refinanciación de deuda bancaria con
garantía de títulos públicos y el subsidio de dos puntos a la tasa de interés para los
préstamos al sector. Pero los propios legisladores oficialistas consideraron insuficiente
el paquete.
Durante la sesión especial que el PJ promovió para ayer, se votó el proyecto de Oscar
Lamberto y del titular de bancada, Humberto Roggero, que postula deducir del Impuesto a
las Ganancias el valor de las vacas y hembras porcinas. El propósito es alentar una
recomposición de stock, ya que, en épocas de crisis, existe tendencia a liquidar las
hembras. Con ésta se fusionó otra, promovida por Lamberto, que exime de los Impuestos a
la Ganancia Mínima Presunta y a los Bienes Personales a los contribuyentes radicados en
las zonas amparadas por la Ley de Emergencia Agropecuaria.
La vicepresidenta de la Comisión de Agricultura, la justicialista Marta Cardozo, asumió
un rol más combativo respecto de Economía. Ayer difundió un dossier en el que cuestiona
uno a uno todos los anuncios de Fernández, y acusa al Gobierno de querer desentenderse de
los males del campo.
Con similar énfasis, el titular de la Sociedad Rural Argentina, Enrique Crotto, aseguró
que con las medidas de Economía no se puede levantar el paro, que ratificó
para los días 19, 20 y 21 de este mes. Es más: creo que vamos a tener más
adhesiones, acotó.
Las declaraciones del ruralista fueron pronunciadas en el mismo momento en el que los
productores frutihortícolas de Río Negro y Neuquén realizaban una masiva movilización
por las calles de las principales ciudades patagónicas, demandando auxilio oficial para
el sector. El tractorazo sureño fue casi un preámbulo de la medida de fuerza que todo el
campo planifica para la semana que viene y que el Gobierno no consigue evitar. Las
medidas no son óptimas, pero es lo máximo que el Gobierno puede conceder sin poner en
riesgo la estabilidad económica, sentenció ayer el recién asumido secretario de
Agricultura Ricardo Novo.
CONFLICTO CON LAS TERMINALES POR EL PLAN CANJE
Las concesionarias en emergencia
La
cámara de concesionarios automotores se declaró ayer en estado de emergencia económica.
Los empresarios más poderosos del sector advirtieron que si las terminales rechazan una
serie de planteos tendientes a mejorar su rentabilidad, la fuente de trabajo de 20 mil
personas correrá peligro.
El marco de fondo del enfrentamiento ahora declarado entre vendedores y
productores de autos es la implementación del Plan Canje II.
Los concesionarios se resisten a ceder parte de sus ganancias, que aseguran son las más
bajas de la historia, para abaratar los costos de ese programa, mientras que las
terminales demandan que aporten 3 de los 10 puntos porcentuales de rebaja de los
vehículos promocionados.
Tras el fracaso de las negociaciones con ADEFA (terminales automotrices), la Asociación
de Concesionarios (Acara) planteó ayer públicamente las controversias que mantiene con
la industria. Abel Bomrad, presidente de la entidad, recordó que a principios de los 90
los concesionarios aceptaron bajar en 2 puntos su rentabilidad, en pos de reducir los
costos de los vehículos y afianzar la reconversión del sector. En este marco, las
terminales nos exigen que vendamos productos de una sola marca, tengamos talleres propios
y ofrezcamos financiación con cero por ciento de interés. Pero, a la vez, permiten la
aparición de centros de venta multimarca, sin talleres propios, y con una estructura de
atención al cliente mucho más económica, se quejó Bomrad, quien pide igualdad de
condiciones.
Otro de los motivos de la emergencia económica enumerados por los dirigentes
de Acara es la insoportable presión impositiva que sufre el sector. Del 14
por ciento de margen que les queda a los concesionarios sobre la venta de cada una unidad,
el 40 por ciento lo deben destinar al pago de impuestos. Descontando otros costos, las
agencias de autos obtienen una ganancia neta sobre la colocación de cada vehículo
que, en el mejor de los casos, ronda entre el 1,5 y el 2 por ciento, aseguró
Bomrad. Si nuestros pedidos no son atendidos, la continuidad laboral de 20 mil
personas se verá amenazada, concluyó.
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