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OPINION
Cómo competir

Por Enrique M. Martínez *

Ricardo López Murphy sostiene que se deben bajar los salarios para conseguir reducir los costos y mejorar la competitividad argentina. Como advierte la inconveniencia de devaluar –que es la forma indirecta de reducir los salarios– propone lisa y llanamente recortar los salarios. No habrá dirigente político que se anime a respaldar una afirmación tan piantavotos. Pero es conveniente que además se señale que la propuesta es absurda, porque de lo contrario se corre el riesgo de que su autor se quede con el supuesto mérito de decir lo que “habría que hacer, pero nadie se atreve”.
La propuesta es absurda porque más del 85 por ciento de las importaciones argentinas provienen de Estados Unidos, Japón y Europa, lugares donde los salarios son varias veces superiores a los locales. No es ésa su razón para vendernos, sino su mayor eficiencia productiva y su mayor capacidad de aprovechar el esfuerzo humano. En el mismo sentido, el grueso de nuestras exportaciones son materias primas con bajo grado de elaboración y casi nula mano de obra en su costo. Aunque los peones o tractoristas u operarios de pozo trabajaran gratis no exportaríamos más maíz, soja o petróleo.
López Murphy razona como si viviera en Inglaterra o Corea, países con una estructura industrial moderna e integrada al mundo, que exportan tanta mano de obra contenida en los bienes que venden, como aquella mano de obra incorporada a los bienes que importan. Allí, una devaluación –o una rebaja salarial– puede mejorar la balanza comercial y a la larga mejorar la calidad de vida general. Aquí esas medidas sólo transfieren ingresos de los pobres a los ricos, porque la producción no se expandirá hasta que nos convenzamos de que debemos incorporar tecnología, identidad, calidad y valor agregado a los bienes que intentemos exportar.
Tenemos un nuevo Hood Robin en la pista. Tratemos de entender por qué está ahí y busquemos asumir que su lugar debiera ser el arcón de las ideas obsoletas, más que el altar de los incomprendidos por la sucia política.
* Integrante de los equipos técnicos de la Alianza.

 

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