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A horas de la salida de su nuevo CD, el doble “Brutal honestidad”, el argentino está completando la tarea de ser soporte de la gira por España de su ídolo. En esta entrevista telefónica, cuenta sus sensaciones. Además, dos letras del CD.
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Por Esteban Pintos  “Cuando todo esto
termine, recién voy a tener tiempo de envidiarme a mí mismo”, comenta Andrés
Calamaro desde su casa en Madrid, un par de horas después de haber concluido su
actuación en el Palacio de los Deportes de la capital española. Allí, como viene
sucediendo desde hace una semana en distintas ciudades del país del pasodoble y los
toros, Calamaro está abriendo los shows de Bob Dylan con un set acústico, esmerado y
respetuoso (acompañado de otras dos guitarras) para con el hombre que tanto admira y que
pisa los escenarios, nada menos, después de él. Es de madrugada y mientras suena de
fondo una canción de su álbum doble Honestidad brutal –que aparecerá en la
Argentina el miércoles 21, con una tirada inicial por pedidos anticipados de 120.000
copias, lo que equivale a una certificación inmediata de doble platino–, Calamaro
trata de acomodar sus ideas y sensaciones sobre lo que está viviendo. “Subo al
escenario con la idea de cumplir dignamente. Y creo que lo estoy haciendo, con elegancia y
respeto. Salimos con tres guitarras acústicas y creo que lo que se da es, finalmente, un
tipo de concierto rancio”, cuenta vía telefónica a Página/12. La gira compartida
con Bob Dylan, envuelto en su propio y casi infinito viaje que no casualmente se ha dado
en bautizar “Never Ending Tour” (La gira interminable), siguió anoche por
Valencia y hoy se trasladará a Granada, para continuar por Málaga, Zaragoza y Barcelona.
Allí se terminará el cuento de la cenicienta para el alumno argentino, aunque el
venerado maestro norteamericano realizará una fecha más en la ciudad de Murcia.
“Voy a fijarme en el mapa español para ver dónde queda Murcia y es posible que
aunque sea lo vaya a ver”, comenta entre sonrisas. Un rato después, en el mismo tono
relajado y hablando de proyectos ya concretados y por concretar, dirá aludiendo a su
actualidad y a la grabación del nuevo CD: “Con Maradona, Dylan, Pappo y Mariano
Mores de acompañantes, se puede cruzar cualquier semáforo en rojo”.–¿Cual sería el primer balance de estas serie de shows? –Que todo muy bien. Que siempre hay algo más interesante para descubrir. –¿Los conciertos son similares o cada uno es una experiencia aparte? –La primera noche en Galicia hubo bastante entrega y generosidad de parte del público para conmigo y eso se notó después. El salió con un humor increíble y dio un show buenísimo. Después, en las demás noches, ha vuelto un poco a la normalidad... Es un show difícil el suyo. Creo que hoy en Madrid hubo demasiado flashes y no se produjo el clima. De cualquier manera, hoy subí al escenario y pude ver su show desde un costado. Eso es una gentileza que roza la falta de profesionalismo. Trato de ser educado, y que se le dé bola al telonero agranda el concierto también. –¿Estuvo personalmente con Dylan? –Me vino a saludar en Gijón y después hablamos un rato en San Sebastián. Nada importante, sólo tontos comentario musicales. Pero sé positivamente que le gusta más cuando estamos nosotros. Ha sido educado y sensible conmigo. Podría decir: “yo, de chico tenía un sueño...”, etc. –¿Cómo está encarando estos conciertos? Porque, de alguna manera, son diferentes para usted y la música que habitualmente hace. –Como si se tratara de un concierto normal. Aunque para mí es un formato atípico, con la guitarra acústica, en donde está todo a la vista. Es cierto que no tengo un repertorio netamente folk, entonces tocamos de todo y tratamos de cambiar la lista de canciones. Es que mucha gente sigue la gira y siento que, incluso para ellos, tenemos que cambiar. Realmente puedo decir que, más allá de mi admiración para con Dylan, todo ha resultado verdaderamente muy interesante. Era correr un riesgo grande meterme en esta gira. Pero, para mí, representaba medirme la talla. Ahora, creo que está muy bien. La gente en España me quiere un montón, y eso me hace sentir bien, también. Tal vez le tome el gusto al formato acústico y siga un poco más en ese estilo. Es partir del silencio cuando siempre, hasta ahora, había partido del ruido. Y eso me gusta también. –¿Qué canciones está tocando? –La lista varía entre “Alta suciedad”, “Te quiero igual”, “Me arde”, “I Can’t Stand Fall in Love with You”, “Adiós amigos adiós”, “Elvis está vivo”, “El novio del olvido”. Ahora quiero hacer también “Nocturno de princesa” y “La copa rota”. Con Guille y Cande, mis compañeros de siempre, cada vez estamos más adentro de la gira, cada día pasa algo nuevo, tenemos mucha simpatía con los músicos y somos correctos hasta con los de seguridad. Y siempre tengo ganas de tocar... Realmente, no iba a poder soportar no hacer esta gira. –¿Esta es la mejor experiencia musical de su carrera? –No sé, espero mañana cosechar una más interesante que la de ayer o la de hoy. Pueden pasar muchas cosas o ninguna, y para mí el año recién está empezando. Recién estamos tocando los primeros acordes. –Se trata, además, de un momento particular de su carrera. Está a punto de salir su nuevo disco, que además es doble... –Para mí, terminarlo y tenerlo entre las manos fue un momento de gracia muy especial, sobre todo después de una grabación tan larga. Espero que los avatares del año me agobien y pueda salir a tocar estas canciones con lo mejor que tenga para dar. El disco es un disco original y gigante, lleno de música y canciones. No sé lo que pueda provocar en la gente. Intento cada vez hacer más discos menos comerciales y la compañía discográfica, por suerte, me acompaña. Tengo un montón de planes para el futuro. –¿Entre esos planes figura de producir un CD de Maradona? –Estamos planeando hacer un disco. Por ahora hablamos de juntarnos para ver qué cantaríamos. Me gusta la naturaleza de cantante que tiene Diego, creo que espontáneamente o no, se puede hacer algo interesante. Tal vez con clásicos... Está claro que yo nunca podría jugar al fútbol con él, pero él sí podría cantar conmigo. Desde que lo conocí supe que podía cantar bien. Es más, creo que él canta más y mejor que yo. Diego es la clase de flaco que seguramente ha cantado y aún canta en los cumpleaños familiares, con o sin vino. Cuando grabamos fue como un experimento, un encuentro de amigos y salió buenísimo. Mejor compañía para Diego, musicalmente hablando, no se me ocurre. Tal vez éste es un buen momento para que intente nuevas formas de creatividad. La gente se lo puede tomar en broma, pero yo aseguro que no será así. Lo que sí sería una broma es que yo intentara jugar al fútbol. –¿Cómo le contaría esto a los amigos? –Les diría que estoy viendo gratis un montón de conciertos de Dylan...
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“Convengamos que Alta Suciedad no se trata de mi punto más alto. Las mejores
letras son apenas inteligentes. Pero eso bastó para que fueran consideradas muy buenas.
Ante Honestidad brutal, las letras de Alta Suciedad no existen.”